Editorial: ¡Marchemos el 24 de marzo!
El importante acto del pasado domingo en apoyo a Cristina frente al Congreso con gente venida de todo el país (moviendo un gran aparato nacional K y el de La Cámpora), no implica que el gobierno esté pasando por un buen momento. Todo lo contrario. Una encuesta después del caso Nisman da que Macri estaría arriba con el 27%, después viene Scioli con el 23% y Massa con el 18%. “El candidato de Cristina”, como se autodefine Randazzo, ni figura. Capitanich y el ex ministro Manzur dejaron sus cargos en el gabinete nacional para ir corriendo a sus provincias ante posibles derrotas electorales. Y la asunción de Aníbal Fernández, hoy un “progre K” (quien vino prestando servicios en el menemismo, el duhaldismo y Ruckauf, el mismo que metió preso al “Pollo” Sobrero años atrás acusándolo sin pruebas de “quemar trenes”), muestra que la crisis política invade a la Casa Rosada. Los pétalos de rosa que tiraron al final del discurso de Cristina quedarán como parte de un costoso despliegue en sus últimas palabras en el recinto antes de dejar el poder, más que en darle continuidad a un “modelo” que viene siendo repudiado por amplias franjas de trabajadores y de la clase media.
Cristina señaló que va a dejar “un país mejor”. No piensan lo mismo los jubilados que en un 80% cobran la mínima, los trabajadores con salarios de pobreza, los millones de obreros y jóvenes precarizados o los miles de docentes que están de paro por culpa de sus magros ingresos. Que el salario mínimo vital y móvil es el mejor de Latinoamérica parece una tomada de pelo. Los burócratas sindicales tal vez esperaban alguna disminución del impuesto a las Ganancias para seguir justificando su inacción ante sus bases, pero se quedaron con las manos vacías. Solo hubo anuncios de leyes para los industriales, defensa de los acuerdos leoninos con la dictadura china y un doble discurso repetido hasta el cansancio, como que “hemos desendeudado definitivamente al país”, cuando las cifran dicen lo opuesto. Argentina tiene una deuda que supera los 300 mil millones de dólares. Cristina reconoció que pagó casi 120 mil millones de dólares desde 2003. ¡Imaginémonos todo lo que se podría haber hecho con esa plata que le regaló a los usureros internacionales en concepto de una deuda ilegítima y fraudulenta que viene de la dictadura!
Con el anuncio de que enviará una ley para que el estado se haga cargo de los ferrocarriles, y la rescisión de algunas concesiones, el gobierno está reconociendo que en todos estos años dejó correr el negocio menemista de las privatizaciones. Si el gobierno dice que con eso se ahorraría 415 millones de pesos, ¿por qué no lo hizo antes? Además, ¿le va a dar el control y la gestión de los ferrocarriles a los trabajadores y usuarios como reclaman los ferroviarios del Sarmiento, o a funcionarios corruptos y a La Cámpora como ahora? Esto último es lo que está pasando hoy en el Sarmiento. El anuncio de apuro está claro que es para entregarle el negocio ferroviario al gobierno chino (como se hizo con la compra de trenes a ese país en desmedro de la industria nacional) y apuntalar la campaña electoral de Randazzo.
Lo mismo pasó con Repsol. Después que nos saqueó todo el petróleo, el gobierno le compró onerosamente su parte de YPF y le entregó el negocio a Chevron. O con la ex SIDE, que se “disuelve” para crear otra super agencia de inteligencia K. Y podríamos seguir con la Ley de Medios, para crear un monopolio mediático K.
La consigna “Cristina o golpe”, como escribe en los paredones La Cámpora, intenta mostrar una falsa disyuntiva: o se está con el gobierno, o se está con las corporaciones, Clarín o la derecha. Acusar de “golpista” a todo opositor es para encubrir un “modelo” de corrupción, entrega, salarios y jubilaciones de pobreza. Un relato desesperado que tiene por objetivo retener a miles de honestos votantes K que se le están yendo porque empezaron a ver que a esta década la ganaron la Barrick, las automotrices, el FMI, Lázaro Báez y Cristóbal López, la burocracia sindical traidora, banqueros, sojeros y grandes empresarios. Lo mismo pasa con el tema derechos humanos. Ante la muerte dudosa del fiscal Nisman, millones percibieron que en este gobierno hay mafias impunes que nunca desmanteló. La presencia del genocida Milani en el Congreso escuchando a Cristina, jefe de un sofisticado aparato represivo para espiar y perseguir opositores (entre ellos a luchadores sindicales y la izquierda), prueba que de derechos humanos en este gobierno no hay nada. ¿Por qué el gobierno no vota entonces la ley de desprocesamiento de los 5.000 luchadores populares presentada por el Frente de Izquierda y otros diputados si dice defender los derechos humanos? El kirchnerismo se atribuye haber anulado la Obediencia Debida y el Punto Final, cuando esto se logró con la lucha sostenida de varias generaciones cada 24 de marzo, como lo tenemos que volver hacer ahora contra la impunidad, no solo la de ayer, sino la de hoy, precisamente contra la que encarna el actual gobierno kirchnerista.
El próximo 24 de marzo, a 39 años del golpe militar de 1976, miles de jóvenes, trabajadores y demás sectores populares van a marchar nuevamente junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y organismos de derechos humanos independientes del gobierno, y la izquierda. Muchos empiezan a decir con razón: “este modelo no va más”. Hay que aprovechar este 24 de marzo para movilizarse también contra el ajuste en curso. Por aumento de salario. Para que la plata vaya a salario, trabajo, salud y educación, no para la deuda. Para que se prohíban los despidos y suspensiones y se termine con el impuesto al salario (Ganancias), entre otros reclamos obreros y populares.
Izquierda Socialista convoca a marchar en sus columnas junto al Frente de Izquierda en todo el país. Gritemos bien fuerte el 24: ¡Basta de impunidad, muertes, saqueo y corrupción! Nada puede ofrecer el gobierno con Scioli o Randazzo. Tampoco los Macri o Massa. Solo el Frente de Izquierda plantea una salida de fondo ante esta crisis política y social. ¡Esclarecimiento de la muerte de Nisman! ¡Disolución de todos los servicios! ¡Que se abran los archivos secretos! ¡Fuera Milani! ¡Abajo el Proyecto X y la ley antiterrorista! ¡Desprocesamiento a los luchadores populares! Este “modelo” de corrupción, saqueo y pobreza no va más: ¡Plata para salario, trabajo, salud y educación, no para la deuda!