Los “alineamientos” de la oposición patronal: Macri con Reutemann, Massa con Puerta
El macrismo acaba de apuntarse un “poroto” en la carrera presidencial: el apoyo del “Lole” Reutemann. Massa también suma adhesiones. Nada saldrá a favor de los trabajadores de uno ni de otro
Escribe: José Castillo
Los aumentos de sueldos corriendo por detrás a la inflación, el impuesto al salario, la corrupción, el caso Nisman...cada vez más nos encontramos con compañeros de trabajo o estudio que se interrogan si, para “castigar” al gobierno, no hay que votar a algunas de las variantes de la oposición patronal.
En estos días, algunas encuestas, por primera vez, dan a Macri primero, por encima de Scioli y Massa. Sólo el desastre kirchnerista puede generar esto. Porque “Mauricio” llega a su candidatura presidencial con un largo currículum contra la clase trabajadora. Dos mandatos al frente de la Ciudad de Buenos Aires dejan como balance la destrucción de la escuela pública, y los privilegios, a través de subsidios, a la educación privada. El desastre en el estado de los hospitales de la Ciudad. O la ausencia absoluta de cualquier política de vivienda. Macri ya dejó claro qué entiende por “políticas sociales”, cuando salió con bandas de patoteros (bajo el nombre de UCEP -Unidad de Control del Espacio Público-) a atacar a palazos a la pobre gente que vive en situación de calle. O cuando reprimió salvajemente en el Indoamericano o el Borda. Y si alguno piensa que, al menos, se acabará el uso político de los servicios, recordemos que Macri “inauguró” su Policía Metropolitana poniendo al frente nada menos que al “Fino” Palacios, el “espía” de las escuchas de la Amia.
Ahora Macri, en su expansión nacional, mientras por un lado se junta con cuanto radical le dé votos en cada provincia, ha incorporado a una figura conocida: Carlos Reutemann. Inmediatamente las usinas del PRO corrieron a presentarlo como un posible candidato a Vice. Más allá de los recuerdos ya lejanos de su paso por la Fórmula 1, debemos recordarle, compañero lector, de quién estamos hablando. El “Lole” no es un recién llegado a la política. Ingresó al peronismo de la mano de Menem, y desde ahí ascendió hasta la gobernación de Santa Fe. En las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, junto con la represión de De la Rúa en Plaza de Mayo, el otro lugar que terminó con decenas de asesinatos fue justamente la provincia de Santa Fe, por el accionar policial directamente ordenado por Reutmann. Dos años después, volvería a aparecer en los diarios nacionales ante el desastre de las inundaciones en la capital provincial, donde el gobierno no sólo no hizo nada para prevenirlas, sino que, después dejó sin ningún tipo de ayuda a decenas de miles de evacuados.
En esto de “captar” adeptos im- portantes, Massa trata de no quedarse atrás. Después de “perder al Lole” (al que consideraba como propio), el ex intendente de Tigre pudo mostrar por lo menos el apoyo del misionero Ramón Puerta. Nuevamente apelamos a la memoria popular: se trata de uno de los cinco presidentes que salieron “volando” en medio de las movilizaciones del Argentinazo. Es que Massa también tiene su “currículum”: llegado al peronismo desde la Ucedé de Alsogaray, empezó como menemista y luego se convirtió repentinamente al kirchnerismo, llegando a ser director del Anses primero y Jefe de Gabinete después. Muy difícil, para decir que no tiene “nada que ver” con el actual modelo K.
Macri y Massa, Massa y Macri, independientemente quien vaya “primero” en tal o cual encuesta, o incluso quién termine despegando, no ofrecen ninguna salida al pueblo trabajador. Ambos plantean seguir pagando la deuda externa como prioridad. Incluso, sus posibles “ministros de economía” son figuras que ya estuvieron con el kirchnerismo, como Lavagna, Peirano, Loustau o Redraro. Compañero trabajador: entendemos y compartimos su bronca contra el gobierno. Pero no hay que caer en la trampa del “voto castigo” que termina favoreciendo a estas variantes patronales. La única salida es el Frente de Izquierda.
Estalló UNEN en Capital
La decisión de Carrió de irse con Macri, sumado ahora al casi seguro alineamiento también del radicalismo con el PRO, terminó, como no podía ser de otra manera, repercutiendo en UNEN. En la Ciudad de Buenos Aires, trataron primero de mantener la fantasía de que podían presentarse como la “fuerza opositora” al macrismo, aunque ambos fueran juntos a escala nacional. Para esto jugaron a la figura de Martín Lousteau (que, dicho sea de paso, tiene en su currículum haber sido nada más ni nada menos que el ministro de Economía de Cristina y autor de la Resolución 125 en 2008).
Como no podía ser de otra manera, todo terminó estallando: finalmente se presenta por un lado ECO (Energía Ciudadana Organizada), donde Lousteau competirá con Graciela Ocaña (ex Carrió, que luego se pasó al kirchnerismo y después “volvió” a la oposición). Ahí quedaron la UCR, el PS, la Coalición Cívica-ARI y otros grupos menores. Y del otro lado, el Frente SURGEN, con Proyecto Sur, el GEN de Stolbizer y Libres del Sur de Victoria Donda, con Tumini y Sergio Abrevaya como pre-candidatos a Jefe de Gobierno. El desbarranque del otrora frente “centroizquierdista” UNEN, asume ribetes payasescos.
J.C.
Las piruetas de Pino Solanas
¡Qué lejos quedó el Pino Solanas que despertaba expectativas con sus denuncias por la entrega del petróleo, la minería o el desguace ferroviario! Ya hace dos años reventó su propio espacio cuando, después de jurar y perjurar que su lucha era “contra el bipartidismo”, terminó abrazado a Carrió y a la UCR. ¡Cómo si ellos no hubieran sido también responsables de la entrega!
Pino arrió todas sus banderas siendo parte de ese engendro. Lo justificaba diciendo que había que “unir a todos contra la corrupción K”. Pero sucedió que, Carrió primero, y los radicales después, le dieron la partida de defunción a UNEN. Así es como en las últimas semanas, se le conoció otro salto. Se supo de sus negociaciones con Sergio Massa, donde éste le llegó a ofrecer que sea “su candidato” a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En las idas y vueltas de esas conversaciones, Pino dijo que tenía mucho en común con Massa por su origen peronista (desconociendo que el ex intendente de Tigre provenía de la UCedé de Alsogaray) e incluso anunció que “compartían muchos puntos programáticos”. ¿Serán aquellos que puso en práctica Massa durante su paso por el kirchnerismo?
Finalmente, todo terminó en un sainete: Pino llevó a los “restos” de su partido, Proyecto Sur, la propuesta de aliarse con Massa. La mitad del partido le votó en contra. Así fue como Solanas finalmente reculó y terminó armando una triste y gris alianza con uno de los pedazos de la explosión de UNEN. Lamentable. Pero también educativo. Así terminan las medias tintas de la centroizquierda.
J.C.