El 1 de enero de 2014, luego de años de sufrir violencia de género, Karina recibió una golpiza de su ex marido Javier Albornoz, quien luego la roció con alcohol y prendió fuego. Con el 55% del cuerpo quemado y tras seis meses de internación, Karina sobrevivió. Ahora lucha por justicia y para que el gobierno y el conjunto del estado actúen ante la violencia de género y contra los femicidios. Enviar pronunciamientos y solidaridad al facebook “Justicia por Karina”

Entrevistó Sandra Pedemonte • Mujeres Izquierda Socialista

Nos encontramos con Karina y su hermana Carolina en su casa de Tortuguitas, Malvinas Argentinas. Porque Karina necesita de cuidado permanente y va a ser nuevamente operada. Esto nos dijo Carolina, mientras Karina asentía y agregaba datos.

“Hubo episodios de violencia anteriores, pero nunca fueron escuchados. El 31 de diciembre, a la hora de la cena, comenzaron una discusión y lamentablemente se llegó a esta brutal agresión de Albornoz. Karina nos avisa que estaba en el hospital de Merlo. Albornoz, alcoholizado, nos dice que Karina había intentado suicidarse y que había hecho la denuncia. En el hospital nadie sabía responder. Fui a la Comisaría Primera de Merlo y no estaban notificados del ingreso de Karina al hospital. Empezó una disputa con la Comisaría de la Mujer. Ninguna quería tomar la denuncia.

¿Karina trabajaba?

Sí. Trabajó casi veinte años con Albornoz en la empresa Intermedics Sudamericana SRL. Llamamos para que se hagan cargo. Karina estaba en una camilla en la guardia. Así pasó los primeros 4 días, con una mínima atención. Pedimos hablar con médicos y el director. Al no recibir respuesta tomé la determinación de cortar la calle con mi familia y amigos. Vinieron patrulleros y apareció el director. ¡Llegar a esto para que Karina en quince minutos esté en una sala con la atención que debió recibir!

Deciden su traslado a la clínica Figueroa Paredes que tenía Osecac. ¡No podían creer que llegara sin ningún estudio, ni la hayan derivado al Hospital del Quemado! Nos dijeron que el Quemado no quiso recibirla porque era intento de homicidio.

En enero los patrones fueron a verla y llevaron algo de dinero. Pero se lo daban a Albornoz, que se lo gastaba. Hablamos para que le den el sueldo a los hijos. Le dieron ‘de a puchos’, hasta que no fueron más. Cuando Karina sale de estar internada quiso volver al trabajo (atendía el teléfono), necesitaba trabajar. ¡Pero la empresa la despidió!

¿Y la justicia?

Lo único que obtuvimos de la justicia fue que Albornoz estuviera detenido un mes por intento de homicidio agravado por el vínculo y una prohibición perimetral para que no se pudiera acercar. Sigue libre, pasando por la casa y amenazando. La policía dice que sale “a buscarlo”. Fuimos a la UFI 6 y 8, donde estaban las causas, a pedir abogados. Nos dijeron que no nos correspondía porque abogado gratis es para los acusados, no para las víctimas. La fiscal Carina Reyes nunca nos defendió. Cuando Albornoz quedó libre nunca más nos atendió. Los jueces y fiscales ‘se agarran’ de que tuvieron que largar a Albornoz porque Karina no lo acusó. ¡Estaba toda quemada y la denuncia la hizo Albornoz diciendo que ella se había hecho todas las lesiones tratando de suicidarse! A un año y cuatro meses, ¿qué hizo la justicia?

¿Qué reclaman?

Justicia por Karina, que se encarcele a este asesino. También que el estado dé respuestas. Karina no se murió, está viva, la puede contar y necesita ayuda. Económicamente Karina está incapacitada (no puede trabajar) y tiene a sus dos hijos. Necesita una pensión, trabajo, ayuda con los medicamentos, abogado pago por el estado, atención psicológica. Es necesario que el gobierno y el estado se hagan cargo de la violencia de género y femicidios. No funcionan las denuncias preventivas. No tenemos sostenimiento económico ni ayuda social para afrontar una ruptura con estos asesinos. La policía se pone de su lado, las comisarías no quieren meterse. Hay que modificar las leyes. No existe el cargo de “femicidio” (asesinato por el hecho de ser mujer) sino de “homicidio agravado por el vínculo”. Todo lo que el gobierno dice que cambió, de la Ley de Violencia de Género, son palabras muertas. En la realidad seguimos abandonadas a nuestra suerte.

Estamos súper agradecidas con las Mujeres de Izquierda Socialista que nos ayudaron a encarar la lucha juntas, por las respuestas que estamos recibiendo, la difusión, compartiendo criterios y cómo decidir las acciones. Mientras podamos seguir coordinando creo que vamos a tener buenos resultados, que es lo que todos queremos.