Movilización nacional contra la violencia de género: ¡Sigamos en las calles por #NiUnaMenos!

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)

Mujeres de Izquierda Socialista junto a trabajadoras ferroviarias contra los femicidiosEn todo el país, más de 500 mil personas se movilizaron contra la violencia machista, y centenares de miles más replicaron la campaña por las redes sociales. El reclamo fue contra los femicidios, se exigió presupuesto para la atención a las mujeres y se responsabilizó al gobierno nacional, a los gobiernos locales y a la justicia por la impunidad de femicidas y golpeadores.

Escribe: Malena Zetnik

La fecha del 3 de junio va a quedar marcada como una jornada histórica en el calendario de las luchas en el país y, en particular, para las luchas que viene llevando adelante el movimiento de mujeres desde hace décadas, tal como lo calificaron las referentes de Mujeres de Izquierda Socialista en el FIT en distintas provincias: Liliana Olivero de Córdoba, Angélica Lagunas de Neuquén, Carolina Goycochea de La Rioja, Anisa Favoretti de Santiago del Estero, Laura Marrone en Buenos Aires, Mónica Schlotthauer en Provincia de Buenos Aires, entre otras. En cada gran ciudad y en cada pequeño pueblo, las calles fueron tomadas por personas de todas las edades y géneros, de organizaciones sociales, políticas e independientes, por sobrevivientes de violencia de género, como Karina Abregú (ver nota) y por personas solidarizadas con la causa, para reclamar: ¡Basta de femicidios! ¡Basta de violencia machista!

También se exigieron medidas efectivas para terminar con la violencia, como la declaración nacional de emergencia en violencia de género; presupuesto para la ley 26.845 de erradicación de la violencia contra las mujeres que garantizaría refugios, centros de atención a las víctimas y campañas de prevención; la creación de un registro único de denuncias y un observatorio nacional de femicidios; la aprobación de la ley para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y el desmantelamiento efectivo de las redes de trata, entre otras medidas.

Los que se quieren colgar del cartel

A pocos días de lanzarse la convocatoria del 3, muchos se quisieron colgar el cartel de#‎NiUnaMenos, para no perderse la foto. Desde la presidente Cristina Fernández que comenzó a “twittear” frases antimachistas, hasta Macri, que “prestó” el escenario para la concentración frente al Congreso, pasando por los gobernadores del resto de las provincias como Gioja de San Juan, Zamora de Santiago del Estero y muchos otros que comenzaron desesperadamente a hacer anuncios a dos días de la movilización. Pero ante estas acciones oportunistas, hay que tener claridad: si el presupuesto nacional para la ley de erradicación de las violencias contra las mujeres es del 0,0018% y en las provincias tienen cifras similares; si no hay refugios ni centros de atención; si los policías siguen siendo los principales femicidas; si desde la sanción de la ley 26.485 en 2009 solo hay tres femicidas cumpliendo la condena que corresponde; si no se ha desmantelado ni una red de trata; si no se ha legalizado el aborto; si en los medios de comunicación nos siguen acusando por “el largo de nuestras polleras”; mientras sigue muriendo una mujer cada 30 horas, el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y la Justicia patriarcal, son responsables de la situación de las mujeres.

¿Y ahora cómo seguimos?

Sin dudas, el 3 de junio no fue el final de una lucha, sino el comienzo de un gran movimiento que repudia la violencia machista y patriarcal, que tiene que lograr las medidas concretas que se sumaron a la consigna #NiUnaMenos. El impacto de la movilización fue enorme, pues al día siguiente, la línea telefónica 144 que recibe llamados de víctimas de violencia, pasó de 1500 a 13700 denuncias. Y casos como el de Karina Abregú, que vive con más del 50% de su cuerpo quemado por su ex pareja, están siendo visibilizados en todos los medios de comunicación. Pero el único anuncio que el gobierno nacional realizó fue la creación de un registro único de denuncias para dentro de “dos meses”, medida necesaria pero evidentemente insuficiente ante el escenario presentado.

Por eso debemos seguir en la calles. Porque queremos terminar con la impunidad de quienes nos golpean, violan y asesinan, y también de quienes se jactan de ser gobiernos que “respetan los derechos humanos”, mientras se perpetra un genocidio de mujeres. Llamamos a todas las organizaciones de mujeres, de izquierda, estudiantiles, sociales y sindicales, así como a todos aquellos que se vienen sumando a la campaña por #NiUnaMenos, a organizarnos frente a la inmovilidad de los gobiernos y a movilizarnos a Plaza de Mayo para continuar con nuestros reclamos. 


Karina en la marcha frente al CongresoEntrevista a Karina Abregú, víctima de violencia de género

“Con la lucha vamos a estar mejor”

Karina Abregú, sobreviviente de un intento de femicidio por parte de su ex pareja, Javier Albonoz, conversó con El Socialista luego de su participación en la gran jornada del 3 de junio. Su historia, que salió a la luz hace pocos meses, refleja las múltiples violencias por las que atraviesan las mujeres que reclaman justicia. Mientras Karina aún se recupera de las quemaduras que le propinó Albornoz en todo su cuerpo, fue echada de su trabajo sin indemnización, ya que lo hacía en negro. Sigue sin recibir ayuda cierta de las instituciones públicas y sobrevive con la ayuda de familiares y colaboradores solidarios. Mientras tanto, el femicida sigue libre. Al contrario de lo que muchos esperaban frente a esta dramática situación, Karina sigue en la lucha y fue una de las principales protagonistas de la jornada.

¿Qué significó para vos la jornada del 3 de junio?

Fue algo muy positivo. Fue muy emocionante. El tema es que la violencia se volvió algo muy fuerte, muy cotidiano. Y así como la gente sale a la calle a pedir que cambien las cosas como con la suba de precios o la inflación, que no alcanza el sueldo, acá pasó lo mismo. La gente salió a la calle pidiendo que dejen de matar a las mujeres, que dejen de golpearlas, que termine la violencia porque ya no se soporta más. Pero por ahora, más allá de la marcha que fue muy importante en todo el país, todo sigue igual. Las cosas no cambiaron. Ya hubo una nueva muerte. Nadie salió a decir nada.

¿Qué cosas tendrían que pasar para empezar a ver los cambios?

En primer lugar, que se cumpla la ley de erradicación de la violencia. Hay que poner presupuesto para la atención de las mujeres. No hay refugios. Hoy, una mujer se quiere ir y no sabe a dónde ir. No tiene como hacer para arreglárselas si está sola y con chicos. Por eso muchas se quedan. Hasta que no haya presupuesto, que el gobierno se haga cargo, todo va a seguir igual. También tiene que cambiar la cúpula del gobierno actual. Tenemos derecho a que no nos griten en la calle, a que no nos peguen ni nos maten. Ellos son responsables de que se cumplan nuestros derechos.

¿Cuál es tu situación actual? ¿Recibiste alguna ayuda del gobierno o de alguna instancia pública?

Yo no recibí nada de ayuda real por parte de ningún gobierno. Ni antes, cuando hice como 13 denuncias que no fueron escuchadas, ni ahora. Pasó más de un año desde que fui quemada por Javier Albornoz, mi ex pareja, y solo tengo la ayuda de mi familia que siempre me apoyó y ahora vivo también de la ayuda de la gente. Yo llevo una cajita donde la gente dona. Yo no puedo trabajar por mi salud, y mis hijos, que son adolescentes, no tienen trabajo.

El gobierno nacional, por ejemplo, apareció cuando salió una nota mía en Diario Popular diciendo que la línea 144 había fallado. Me visitaron, me entrevistaron sobre cómo había funcionado la línea, pero no me ayudaron con nada en concreto. Solo me ofrecieron un emprendimiento productivo de una máquina de coser o bordar, cosa que yo no puedo usar por mi salud, por la rehabilitación y los problemas que tengo. Ahora estamos viendo si algún familiar se puede capacitar para empezar con eso, mientras tanto, no tengo dinero ni para los medicamentos.

¿Qué le dirías a una mujer que hoy es víctima de violencia de género?

A mí me costó. Estuve 13 años en silencio por miedo. Es muy difícil dar un consejo porque si no funcionan las denuncias después los golpes son peores. Pero yo creo que con la lucha vamos a estar mejor, va a haber más refugios y lugares de atención. Yo le diría que se animen, que dejen de tener miedo, y a las familias, que la ayuden. Eso es fundamental.

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