Otra vez, más de 20.000 afectados por una catástrofe que podría haberse evitado. Mientras Cristina y Scioli miran para otro lado, florece la solidaridad popular. Hay que poner todos los recursos del estado para ayudar a los damnificados

Escribe: José Castillo

Las lluvias de los últimos días y los vientos del sudeste, provocaron el desborde de las cuencas de los ríos Luján, Reconquista y Matanza, inundando medio Gran Buenos Aires. No se trata, como quieren hacernos creer, de una “catástrofe natural imprevisible”. ¡Desde la época de la Colonia hay registros de que, periódicamente, se producen este tipo de inundaciones! Sin ir más lejos, hace apenas dos años, la ciudad de La Plata quedó con zonas enteras bajo las aguas, con secuela de muertos, desaparecidos y evacuados. Innumerables estudios de los mejores especialistas hidráulicos han explicado cientos de veces las obras de saneamiento imprescindibles para que esto no se repita. El costo de las obras insumiría apenas 3.000 millones de pesos, una ínfima parte de lo que se dedica a pagar en concepto de vencimientos de deuda externa (ver columna izquierda).

La respuesta del gobierno es vergonzosa: apenas un día después de las elecciones ya nada les importa y dejan a los afectados librados a su suerte. Cristina mira para otro lado, ofreciendo apenas la “limosna” de una jubilación mínima más, o una Asignación por Hijo extra durante tres meses. La Afip, directamente llega al cinismo de ofrecer como “gran contribución” la eximición del impuesto inmobiliario a los afectados o de “suspender” las intimaciones por falta de pago durante 120 días. Scioli declaró su “solidaridad” con los inundados desde su butaca de primera clase en viaje a Italia. El Banco Provincia a su cargo, “invita” a los damnificados a solicitar un crédito para reconstruir los hogares destruidos o comprar los electrodomésticos perdidos.

Como siempre, la única ayuda que existe es la que surge de la solidaridad obrera y popular. Organizaciones sindicales, estudiantiles y barriales se han puesto a la cabeza de la ayuda, tal es el caso de los Sutebas combativos o los ferroviarios del Sarmiento. Junto con estas iniciativas, desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda nos ponemos a disposición de los damnificados, ofreciendo nuestros locales como centros de solidaridad y realizando colectas en lugares de trabajo y estudio. Pero a la vez proponemos que todo eso se transforme en organización, llamando a realizar asambleas de los vecinos inundados, que reclamen soluciones efectivas a los gobiernos municipales, provincial y nacional, como ya empezó a ocurrir en Luján.

Tenemos que exigirles a los gobiernos de Cristina y Scioli, que se hagan cargo del desastre a causa de su desidia. Reclamamos que ambos gobiernos declaren la emergencia social y pongan todos los recursos necesarios (lanchas, helicópteros, colchones, frazadas, ropa de abrigo, medicamentos y alimentos) que necesitan urgentemente los damnificados. Y que se obligue a los grandes empresarios, laboratorios, centros comerciales e hipermercados entreguen los artículos necesarios y no lucren ni especulen con ellos. Que se proceda al resarcimiento sin condiciones a todos los afectados por la inundación, pagándose las reparaciones de todos los daños en sus viviendas, electrodomésticos, autos y muebles. Que las patronales paguen los días no trabajados a los trabajadores damnificados. Que se les exima del pago de todos los impuestos, hasta que se repare todo lo perdido. Al mismo tiempo, deberá comenzarse de inmediato con un plan de realización de las obras hidráulicas indispensables para que situaciones como estas no se repitan nunca más.

Este programa de emergencia deberá ser financiado con la inmediata suspensión de los pagos de la usuraria deuda externa, de los subsidios a las privatizadas y demás capitalistas, y la imposición de un impuesto especial al gran capital y a la gran propiedad urbana y rural. Para que, ante la emergencia, esta vez no sea el pueblo trabajador afectado el que pague la crisis.

Desidia y negociados en Luján

Escribe: Arnoldo Troncoso 

Otra vez la lluvia provocó que decenas de miles pobladores pierdan todo. La culpa es de los gobiernos, no de la naturaleza. La pura realidad es que no se hicieron las obras para evitarlo y se sigue actuando con una desidia y desprecio hacia la población. Lo que sí existen son los grandes negocios inmobiliarios, se siguen construyendo countries y barrios cerrados sobre las márgenes del río Luján río abajo, y persisten los canales clandestinos río arriba.

Lujan tuvo una gran inundación en 1986 donde el pico del río en aquel momento llegó a los 6,40 metros, y desde el año 2000 para acá se ha vuelto recurrente. En 2012, 2014 y ahora, el río ha superado los 5 metros. Las inundaciones ocurren porque fue modificado el escurrimiento de agua en toda la cuenca del río Luján.

En los humedales de dicho río -lugares de inundación habitual del río, que comprende a los partidos de Pilar, Escobar y Tigre-, construyeron countries y barrios privados. Para ello se elevaron los suelos mediante terraplenes, para evitar que se inunden... ¡Pero trasladaron el problema río arriba, es decir, a Lujan y Mercedes, afectando a la población más carenciada!

Luján no sólo se inunda por el río, sino también por falta de obras mínimas, como el cuneteo y limpieza de zanjas, como sucede en Lezica y Torrezuri, Parque Laza, Los Gallitos y otros, o por obras hidráulicas mal hechas por la autopista del Oeste como sucede con el barrio Ameghino, El Pinar y Lanusse.

En la zona de Suipacha, donde está la naciente del río Luján, la Agrupación Vecinos Inundados de Luján documentó 114 canales clandestinos en distintos campos, el negocio de la soja así lo imponía. Estos canales hacen que el agua desagote más rápido a los campos y, a la vez, que el río crezca rápidamente, provocando que su zona media se desborde, afectando a Luján y Mercedes.

Recorrieron todos los organismos oficiales y nunca obtuvieron respuesta. Por el contrario, en la provincia les contestaron ¡que se iban a tomar dos años por canal clandestino para verificarlo! El secretario de obras públicas de la municipalidad de Luján les dijo que las inundaciones no eran una prioridad. Y cuando hicieron una presentación en el Concejo Deliberante, de los 18 concejales asistieron 6.

Previo a las PASO, dicha agrupación hizo firmar a los precandidatos a intendente un acta compromiso para solucionar el problema de las inundaciones en Luján. Yo lo firmé en nombre del Frente de Izquierda. ¡Y al otro día se daba esta nueva inundación! Por eso nos comprometimos a apoyar ese reclamo y a llamar a movilizar.

La gente reza para que la sudestada pronosticada no suceda y que el río no aumente. Y se responde con solidaridad, auto organización y lucha. Ya varias veces se cortaron rutas y calles, como este martes en Olivera, donde los vecinos echaron a los funcionarios municipales.

Desde Izquierda Socialista nos sumamos a ayudar en la emergencia, exigiendo al gobierno nacional, Scioli y a los intendentes alimentos, colchones y toda la asistencia ne cesaria, y las obras necesarias para frenar este flagelo.