El drama de los refugiados del siglo XXI

(Tiempo estimado: 3 - 6 minutos)

Los refugiados lograron imponer su traslado en los trenes y que se abrieran las fronterasLa terrible imagen de la foto del niño Aylan en una playa turca puso en evidencia, ante miles de millones en el mundo, una realidad que el imperialismo y los gobiernos capitalistas escondían en su real magnitud, y que era previsible. La catástrofe de la miseria capitalista y de sus guerras, como la de Siria. Solo por la reacción de sus pueblos, los gobiernos europeos tuvieron que ceder transitoriamente. ¿De qué huyen los refugiados? ¿Cómo responder a este drama?

Escribe: Miguel Sorans

No fue gracias a la Merkel ni al Papa que abrieron las fronteras. Fue solo por la movilización popular, sea en manifestaciones (Dresde-Alemania o Viena-Austria), como por la solidaridad expresada por miles de voluntarios que se presentaron para ayudar a los refugiados. Así fue que los gobiernos europeos tuvieron que aflojar y aceptar a los miles de refugiados concentrados en Hungría. Sumado a la presión de la bronca de millones en el mundo. El propio gobierno derechista de Hungría, que pretendía dar el ejemplo de “duro”, encerrando a los refugiados en “campos de acogida”, tuvo que ceder y darles libertad para que suban a trenes y ómnibus hacia las fronteras de Austria y Alemania.

Pero se trata de medidas adoptadas por presión y de corta duración. Ya en estos días el gobierno de Merkel salió a aclarar que es solo una medida de emergencia que no se puede repetir. Horst Seehofer, ministro de Interior de Baviera, dijo que “es una señal equivocada que debe corregirse” (Clarín, 7/9). El gobierno austríaco anunció que en dos días termina la “vía libre” hacia Alemania. A su vez, la Comisión Europea de Bruselas estableció un plan de “cuotas” entre países que solo llega a 120 mil refugiados, cuando ya se llegó a los 300 mil y se prevé una cifra similar hasta fin de año. Encima Gran Bretaña no está incluida en el plan de “cuotas” y se niega a recibir refugiados. Mientras el conservador Cameron mira para otro lado, crece la presión del pueblo británico que quiere ser solidario. Israel aportó lo suyo: el genocida Netanyahu salió a anunciar la construcción de una nueva valla en la frontera con Jordania para impedir una posible entrada de refugiados “sirios o africanos”.

La crisis de los refugiados no es nueva

La crisis de los desplazados o de los inmigrantes clandestinos no es una sorpresa para los gobiernos europeos ni para los Estados Unidos y la ONU. El crecimiento de la miseria capitalista y de las guerras del Medio Oriente y Afganistán le hizo pegar un salto desde hace tres años. Al punto que se habla de la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. En el 2014 se definió como “record” el registro de 260 mil “sin papeles”, que en su mayoría cruzaron el Mediterráneo. En el 2015 ya se registran 300 mil hasta agosto. Y se prevé que va a continuar llegando a cifras sin precedentes.

En el 2014 murieron 3.279 personas ahogadas. En este año ya van 2.643 muertes. La mayor parte provienen de Siria, también de Irak, Afganistán, el norte de Africa y Medio Oriente. Pero sorprendentemente en abril se registraron cerca de 30 mil kosovares hacia Hungría, que se fueron por la crisis social de Kosovo, en pleno Europa.

Miles arriesgan sus vidas para llegar a la isla de Lampedusa (Sicilia), en Italia, o a las islas griegas. Hasta hace unos meses predominaban los inmigrantes africanos. Ahora en camino a Grecia predominan los refugiados sirios.

¿De qué huyen?

Entre los refugiados hay un alto número que proviene de Irak y Afganistán. Son dos países destruidos por las intervenciones militares del imperialismo norteamericano, que sembraron el caos, la miseria y la muerte. Pero en esta última oleada pasaron a predominar los refugiados sirios que escapan a Europa. Ya hay más de 4 millones de desplazados en Turquía o en Jordania. Escapan de la guerra civil que instaló el dictador Bashar al Assad, que se resiste a dejar el poder. Se escapan de sus criminales bombardeos a la población civil. Ya se registran más de 300 mil muertos, la mayoría a manos de su ejército. Hace días bombardearon un mercado popular en Douma, a solo 15 kilómetros del centro de la capital, Damasco. Por eso crecen los refugiados de Damasco y otros centros urbanos. Eso explica que muchos sean profesionales, técnicos o estudiantes universitarios. También escapan del reaccionario ISIS, grupo islámico que contó con el financiamiento y apoyo de Arabia Saudita, Qatar y Turquía. El ISIS quiere imponer otra dictadura pero a favor de los intereses de las monarquías petroleras amigas. El ISIS apareció para dividir la revolución popular que había surgido contra Al Assad, en marzo de 2011, como parte de la ola democrática de la “primavera árabe”. Muchos dudan de que siga existiendo una revolución o un proceso progresivo de lucha. Son lógicas esas dudas ante la degradación del proceso por los factores de la contrarrevolución. Muchos sectores de izquierda siembran la confusión al defender a Al Assad como si fuera una víctima “atacada por el imperialismo”. En realidad, hoy Estados Unidos juega a favor del dictador al pactar “bombardear al ISIS”, con apoyo de Turquía y la OTAN, cuando en realidad bombardean al pueblo, a combatientes rebeldes sirios y kurdos.

Hay una lucha contra el dictador Al Assad

Existe un tercer frente en Siria que lucha tanto contra Al Assad como contra el ISIS en varias ciudades y regiones. Son los comités locales, los consejos revolucionarios y los grupos humanitarios que trabajan sobre el terreno, las brigadas independientes del Ejército Sirio Libre, sectores de izquierda siria o el pueblo kurdo y sus brigadas en Kobane. En manos de ellos está el futuro del país. Llamamos a darles apoyo y solidaridad para tumbar al dictador y derrotar al ISIS. Por la vía de la liberación de Siria se podrá empezar a parar la tragedia de muertes y refugiados de centenares de miles que provoca esta guerra. No es fácil, pero es la única alternativa justa e inmediata para el pueblo y la juventud siria y los pueblos árabes.

Mientras tanto, debe seguir la movilización de los pueblos, de los trabajadores, de las organizaciones populares europeas, en defensa de los refugiados y de su derecho humanitario a recibir protección, comida, alojamiento y trabajo. Exigiendo a los gobiernos europeos que abandonen su manejo represivo y xenófobo de los refugiados y abran sus fronteras.

Opina el lector

Nombre 
Mensaje 
Localidad 
Teléfono 
email