Por una reforma política de fondo
Escribe: Virginia Fariña • Apoderada de Izquierda Socialista
La semana pasada el gobierno nacional convocó a los partidos nacionales a una reunión para debatir una posible reforma electoral centrada en la boleta única o electrónica, unificación de fechas de elecciones y una reforma del organismo de control electoral.
Nuestro partido participó planteando que, más allá de los temas propuestos, es necesario llevar adelante una reforma política de fondo que termine con todos los mecanismos tramposos tipo las colectoras, sumatorias de votos y otras variantes utilizadas por los partidos patronales para desvirtuar la voluntad popular y perpetuarse en el poder, como se vio expresado en el fraude escandaloso de Tucumán o en las 200 boletas que en el cuarto oscuro llevaban la candidatura de Morales en Jujuy (versus una sola del Frente de Izquierda). Y reclamamos la anulación de la reforma política de 2009 impulsada por Cristina Kirchner con el aval del PRO y la UCR. Con un sistema como las PASO que implica la injerencia del estado en la vida interna de los partidos y alianzas, violando el derecho a elegir libremente a sus candidatos, mientras quienes impusieron la ley la violentaron en las últimas elecciones designando a dedo a sus representantes (como lo hizo Cristina K con Scioli). Y que cuentan con un piso proscriptivo del 1,5% para participar de las elecciones generales que actúa como filtro para eliminar de la contienda electoral a los partidos de oposición, esencialmente de la izquierda.
Asimismo señalamos que estamos en contra de los pisos que se usan como causales de caducidad de las personerías políticas partidarias (como no sacar el 2% de los votos en dos elecciones consecutivas, o no mantener un piso de afiliaciones, lo que obliga a afiliar todos los años) y exigimos eliminar la exigencia del piso del 3% para tener acceso a la representación parlamentaria en Diputados.
Llamamos a la más amplia unidad de acción a todos aquellos que se reclamen democráticos para eliminar todo carácter proscriptivo y autoritario de la legislación vigente que reglamenta la vida de los partidos políticos.