A los trabajadores y jóvenes kirchneristas: Las lecciones que deja el caso López
El caso de corrupción explícita del kirchnerista José López golpeó en el corazón del peronismo K. Cristina Kirchner, Kicillof, Hebe de Bonafini, D ́Elía y otros dirigentes de La Cámpora tratan de mostrar a López como una “manzana podrida” y hacen llamados desesperados para “no perder la militancia”. Los trabajadores y jóvenes kirchneristas deben sacar sus propias conclusiones: el peronismo K no es ninguna salida “nacional y popular”.
Escribe: Juan Carlos Giordano
José López no es cualquiera. Es un kirchnerista de pura cepa. Desde 1991 cuando Néstor Kirchner era intendente en el municipio de Río Gallegos no paró de ascender hasta digitar licitaciones millonarias para viviendas, rutas, alumbrado, cloacas y autopistas. Por algo fue el número dos del ex ministro y actual diputado nacional del Frente para la Victoria, Julio De Vido, quien reveló que López era su mano derecha.
Cristina Kirchner tuvo que reconocer el acto de corrupción. Pero intenta zafar diciendo “a esa plata no se la di yo”. El tema es que bajo el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner el corrupto López y De Vido tuvieron la más completa impunidad para adjudicar obras por miles de millones de dólares mediante coimas de por medio. ¿La ex presidenta “no sabía nada”?
¿Una “manzana podrida”?
Actores, personalidades e intelectuales que apoyaron al gobierno anterior hicieron saber públicamente que se sienten “desmoralizados” y “desorientados”. Lo mismo se palpa entre trabajadores, estudiantes y jóvenes.
Al kirchnerismo no le quedó otra que despegarse del caso pero para intentar salvarse, diciendo que se trata de un “caso aislado”. Hebe de Bonafini habló de “infiltrado”. Nada más alejado de la realidad.
Por su parte e insólitamente, La Cámpora señaló: “Repudiamos a López por haber tenido la oportunidad de contribuir al crecimiento de un proyecto político transformador y eligió dañarlo”. (Página12/15/6). ¡Pero López fue durante 25 años un alto funcionario kirchnerista! ¿De qué modelo transformador habla la Cámpora si la “década ganada” fue para los Lázaro Báez, constructoras como Oderbretch de Brasil -cuyos directivos están presos por corrupción-, Cristóbal López, los bancos, la Barrick y los usureros internacionales con los pagos puntuales de la deuda externa?
La propia Cristina Kirchner se pisa sola cuando dice que ahora tienen que dar la cara los “empresarios” que le dieron la plata a López. Está reconociendo que hubo negocios corruptos bajo su gobierno. O cuando sostiene que hay “matrices estructurales de corrupción” que -como lo revela este caso- se dieron en su gobierno.
A los militantes K
La segunda andanada de argumentos proferidos por los políticos del peronismo kirchnerista buscan frenar la sangría de su militancia. Cristina tuvo que referirse a aquellos “que se rompieron el alma militando” para decirles que sigan construyendo el Frente para la Victoria.
“Miles de pibes y vecinos militantes no tienen nada que ver con López”, agregó Kicillof. Tiene razón. Pero usa el argumento para aconsejar de que “a pesar de todo” deben seguir en las filas K.
Lo que está reconociendo el ex ministro es la contradicción histórica del peronismo: que tiene honestos trabajadores y jóvenes bajo sus filas mientras el Partido Justicialista en sus distintas variantes (menemista, “nacional y popular”, Massa-De la Sota del Frente Renovador o el PJ tradicional de Gioja y Scioli) está dirigido por políticos patronales al servicio de gobernar para los grandes empresarios. Por eso el kirchnerismo no solucionó ninguno de los problemas estructurales del país. Gobernó con intermediarios tipo De Vido, López, Jaime, Guillermo Moreno, Aníbal Fernández y Echegaray para beneficiar a los mismos intereses capitalistas como ahora lo hace Macri poniendo directamente a los CEO en el gabinete.
Desde sectores K insisten en que “el peronismo es la única herramienta de transformación”. Pero desde hace décadas el PJ no es ninguna herramienta de transformación para los desposeídos, sino que es la “herramienta” para gobernar para los grandes empresarios y multinacionales.
El menemismo -con la complicidad de lo que es ahora el kirchnerismo- remató el patrimonio nacional en los ́90 con las privatizaciones, dejó el tendal de desocupados, hizo crecer al doble la deuda externa y gobernó con grandes hechos de corrupción. Y los 12 años K dejaron casi 30 millones de pobres y un 40% de trabajadores en negro.
El controvertido dirigente de La Cámpora, José Ottavis, se preguntó: “Que me diga cualquier espacio político: ¿quién no tiene un López en el placard?”. Le respondemos con gusto: la izquierda.
Fue la izquierda y el sindicalismo combativo quienes combatimos los 12 años del gobierno anterior. Lo hicieron los ferroviarios del Sarmiento conducidos por el “Pollo” Sobrero denunciando el desguace y la corrupción de los Jaime y Schiavi que, de ser escuchados, se hubiera evitado la Masacre de Once. La lucha de los tercerizados del ferrocarril Roca que lograron el pase a planta permanente enfrentando a las mafias de la burocracia de la Unión Ferroviaria de José Pedraza, que terminó asesinando a Mariano Ferreyra.
La izquierda repudió los subsidios millonarios en el transporte, el saqueo de Repsol, el pacto secreto con Chevrón, apoyó los paros generales contra los bajos salarios y desenmascaró el doble discurso de los derechos humanos que terminó encumbrando al represor Milani como jefe del Ejército.
Néstor y Cristina decían que para “hacer política se necesita plata”. ¡Para hacer política patronal! Porque para luchar por un verdadero “modelo” al servicio de los trabajadores lo que hace falta es un programa de izquierda que enfrente a los enemigos del pueblo. Postulando a un partido de trabajadores como lo venimos haciendo con Izquierda Socialista en unidad con el Frente de Izquierda. Esa es la militancia que reivindicamos y por la que seguiremos luchando.
Llamamos a los trabajadores y jóvenes que repudian a Macri pero que aún pueden seguir creyendo en el kirchnerismo a sacar conclusiones sobre todo esto.
Los trabajadores y la izquierda tenemos una salida para combatir la corrupción y el saqueo capitalista con políticas de fondo. Para ello invitamos a sumarse para luchar por este proyecto político.
¿Por qué llevaban la plata al monasterio?
El kirchnerismo tejió fuertes lazos con turbios personajes eclesiásticos. El primer decreto firmado por Néstor Kirchner cuando asumió en 2003 fue para refaccionar la basílica de Luján a través del extinto arzobispo de Mercedes-Luján, Rubén Di Monte. El mismo que pergeñó la casa de retiro espiritual de General Rodríguez donde quiso esconder la plata López, “un proyecto privado” según la iglesia.
Di Monte formó parte de los denominados “doce apóstoles” menemistas en los años ́90, quienes recibían jugosos dineros de los famosos ATN. Di Monte también era un alto directivo de Cáritas.
Según el vecino que llamó al 911 siempre en el “monasterio” entraban autos de lujo. Se dice que De Vido y López concurrían en helicóptero y vehículos de alta gama.
La misma cúpula eclesiástica que recibe fondos del pueblo a travésde los presupuestos nacionales como se disponían impunemente para la fundación “Felices los niños” del corrupto padre Grassi, hasta que cayó en desgracia.
J.C.G.