Daniel Retamar (1962-1998): Militante gay, revolucionario y poeta
Escribe: José Castillo
Ediciones del Dock acaba de publicar el libro “Detrás de estos ríos. Selección de Poemas 1985-1995”. Su autor, Daniel Retamar, había sido secuestrado por la dictadura militar en Villa Fiorito cuando tenía apenas 16 años, y terminó en el centro clandestino conocido como el Olimpo. Su padre, Héctor Retamar, detenido-desaparecido en Rosario, era parte de la dirección regional de Montoneros.
Daniel fue uno de los sobrevivientes de los campos del horror y como tal dio testimonio ante la Conadep y en el Juicio a las Juntas. En los primeros años ‘80 comenzó a militar en el viejo Mas (antecesor de Izquierda Socialista) donde en 1984 junto a Ana Longoni, Alejandro Modarelli, Gustavo Pecoraro y otros compañeros crearon la agrupación “Alternativa Socialista contra la opresión sexual”. Daniel, a su activa y comprometida militancia revolucionaria, la articulaba con la lucha por la incipiente reorganización del movimiento de diversidad sexual en la Argentina. Fue con su grupo uno de los fundadores junto a Carlos Jáuregui de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina). Como recordara recientemente Gustavo Pecoraro, “éramos los troskos de la CHA”. Reconocían en el Mas al sucesor del PST, el único partido que había dado espacio al Frente de Liberación Homosexual en los ‘70, mientras el resto de la izquierda era furiosamente homofóbica.
Varias charlas masivas sobre feminismo y diversidad sexual fueron organizadas por Daniel y contaron con Jáuregui como disertante. Daniel era un militante de los que ponía el cuerpo: fue un gran luchador por la derogación de los edictos policiales y en 1984 participó de un programa de televisión como representante de la CHA, en un momento en que muy pocos reconocían públicamente su opción sexual, y le costó ser echado de su trabajo al día siguiente.
Daniel Retamar recibió el diagnóstico de estar contagiado de HIV en 1986. En aquellos tiempos era casi una sentencia de muerte. Sin embargo, viviría, amaría, escribiría y militaría críticamente, aunque luego los avatares de la política lo alejaran de la actividad partidaria, durante 12 años más. Muy cerca ya de la muerte, internado en el hospital Muñiz, les pidió a sus amigos que publiquen sus textos. Hoy aparece una primera selección, que invitamos fervientemente a leer y disfrutar, demostrando que Daniel Retamar, además, era un gran poeta.