Foro de Inversiones y Negocios de Argentina: Una invitación al saqueo

(Tiempo estimado: 3 - 6 minutos)

“Argentina está en remate” parece decirles Macri a los capitalistas que reunió1.500 empresarios, entre ellos 100 de los principales CEO’s (gerentes) del mundo, son agasajados esta semana por el presidente Macri. Nada bueno para los trabajadores saldrá de esta gran “kermés” para vender el país

Escribe José Castillo

El gobierno pone el cartel de remate a las riquezas de la Argentina. Ahora muestra “de local” lo que vino pregonando en Davos en el mes de enero o en China la semana pasada. Lo que Macri ya le dijo personalmente a Obama en su visita de marzo: la mesa está servida para que vengan a saquear al país. El gobierno de Cambiemos, mientras tanto, tratará de garantizar que puedan hacerlo con el menor costo salarial posible (léase que se ofrece la futura superexplotación de los trabajadores argentinos).

La cita es desde este martes al jueves próximo en el Centro Cultural Kirchner. Previamente, el lunes, ya hubo una función de gala en el Teatro Colón. Muchos lo señalan como el mayor evento empresarial en toda la historia de Argentina, sólo comparable por la importancia de los invitados a los festejos del Centenario en 1910.

Están presentes el presidente y CEO de Coca Cola, Muhtar Kent, que suspendió otras actividades para participar; el director general de British Petroleum, Robert Dudley; el presidente y CEO de Siemens, Joe Kaesser y altos directivos de Dreyfuss, General Electric, Toyota y Citigroup, entre otros. También 50 empresarios ingleses de primera línea, 40 franceses y líderes globales de los principales países. Por supuesto, al evento también asisten todos los grandes patrones de la Argentina, empezando por Paolo Rocca de Techint y Luis Pagani de Arcor. El gobierno aporta todo su gabinete. La oposición patronal de Massa, el Peronismo Federal y la centroizquierda también dirán presente. “Es un mini-Davos”, se entusiasman en el gobierno, comparándolo con ese evento anual que se realiza en el famoso centro de esquí suizo.

A pesar de que el gobierno de Macri insiste en que ya tiene “en carpeta” más de 30.000 millones de dólares en inversiones extranjeras, éstas no terminan de aparecer. Y con este foro se juega a que los pulpos multinacionales “se animen” y vengan. Por eso se presentará toda la oferta disponible: riqueza en gas, petróleo y minerales, tierras fértiles para proyectos agroalimentarios, telecomunicaciones, licitaciones en energía renovable y obras públicas a medida de los inversores (como autopistas para sacar la producción hacia el Océano Pacífico), todo con rentabilidad garantizada.

¡Hay que evitar que se sigan yendo los capitales!

“La Argentina necesita inversiones”, insisten desde el gobierno. Seamos claros: nunca las inversiones extranjeras sirvieron para el desarrollo nacional o para solucionar las necesidades populares. Lo que nuestro país precisa es un gran plan de obra pública. Un gigantesco programa de viviendas que resuelva el déficit habitacional. Declarar la emergencia educativa y sanitaria y construir o refaccionar miles de escuelas, facultades, hospitales y centros de salud. Volver a reconstruir la red ferroviaria nacional que se destruyó en los ‘90. Hacer decenas de obras de saneamiento hídrico para evitar el flagelo de nuevas inundaciones. Extraer y aprovechar (nosotros mismos) nuestra inmensa reserva gasífero-petrolera. Reconvertir nuestra matriz energética, aumentando la generación hidroeléctrica y desarrollando la energía nuclear y las fuentes alternativas.

Podemos hacerlo nosotros mismos. No necesitamos a ninguno de estos saqueadores. A la Argentina no le faltan capitales. Al contrario: el problema es que nuestras riquezas se van por la canilla del pago de la deuda externa. Miremos este año: ya llevamos 38.000 millones de dólares de nuevo endeudamiento. ¿Para qué se usaron? ¡Para pagarle a los buitres, para financiar la fuga de capitales y para que las multinacionales reenvíen las ganancias que obtuvieron en la Argentina a sus casas matrices!

No necesitamos la mentirosa “capacidad técnica” de ninguno de estos pulpos transnacionales: todas y cada una de las obras que nos faltan las podemos hacer reestatizando las empresas privatizadas y recurriendo a nuestros trabajadores, técnicos y profesionales, al conocimiento acumulado en las universidades y los centros científicos y tecnológicos como el INTI, el INTA o la CNEA.

Financiado entonces con los fondos que surgirían de dejar de pagar la deuda externa y por impuestos a las superganancias y grandes fortunas, podríamos poner en marcha un gigantesco plan de obras públicas que empalidecería a cualquier “lluvia de inversiones”, generaríamos trabajo digno para todos los que hoy sufren el flagelo del desempleo y el trabajo precario, y resolveríamos las urgentes necesidades populares de vivienda, salud, educación, transporte e infraestructura.


El saqueo del litio

El foro ha sido también el escenario para una reunión entre Macri y Wayne Richardson, el director de la transnacional canadiense Enirgi y la yanqui Natural Resources USA Corporation. En la reunión se han discutido planes para la instalación en Salta de la planta de procesamiento de litio más grande del mundo.

Siendo el litio un metal de importancia estratégica por su uso en la fabricación de baterías y la industria aeronáutica en aleaciones con otros metales, los saqueadores aprovechan la eliminación de las retenciones a la minería por parte de Macri para acelerar el saqueo en la Puna argentina. Un nuevo crimen contra los intereses del pueblo trabajador.


Un foro humillante

Bautizado como “Mini Davos” por el gobierno y los medios privados, el Foro de Inversión y Negocios se convirtió en una vergonzosa reafirmación del sometimiento semicolonial de nuestro país. En su bienvenida a los empresarios, Macri declaró que su gobierno está para servirles, lo que se reafirmó hasta en detalles como el cierre del tránsito vehicular en todo el microcentro de Buenos Aires, o la advertencia oficial a los periodistas de no hacer preguntas “incómodas” a los huéspedes capitalistas, so pena de ser expulsados. El idioma oficial del evento fue el inglés.

Macri se esmera por superar el servilismo de sus antecesores ante el capital transnacional. A tal punto que nos recuerda la humillación de Guillermo Leguizamón, uno de los negociadores del entreguista pacto Roca-Runciman de 1933, quien llegó a decir de Argentina que era “una de las joyas más preciadas” de la corona británica.

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