Rechacemos el Operativo Aprender
Escribe Guillermo Sánchez Porta
El 18 y 19 de octubre se realizará en todas las escuelas del país una evaluación externa llamada Operativo Aprender. Personas organizadas por empresas (entre ellas Techint), algunos docentes de otras escuelas y otros que ni siquiera son maestros se presentarán frente a alumnos que no conocen y les entregarán una serie de preguntas. Los chicos tendrán un tiempo para responderlas, a través de tachar una de cuatro posibilidades. Como si fueran participantes de los programas de juegos televisivos, pueden acertar o no. Lo que es seguro es que los niños no estarán orientados a razonar, evaluar y a sacar conclusiones, sino a acertar la respuesta esperada.
Esta aberración no es casual. Está al servicio de “demostrar” que la educación pública está en crisis (¡como si cientos de miles de docentes y millones de padres no lo corroboráramos cada día!), y de “culpar” a los maestros de ello, sacando del centro de la responsabilidad al gobierno y su política educativa y presupuestaria.
En unos meses, cuando tengan los resultados, querrán implementar un “ranking” de escuelas (de 1°, 2° y 3° categoría) y darle a las “mejores” mayor presupuesto. Querrán aplicar un sistema de pagos salariales diferenciados: el docente que apruebe más alumnos, cobrará más que el que apruebe menos. También permitirán que estas empresas encargadas del Operativo Aprender modifiquen los contenidos educativos a su servicio.
Ctera y muchos gremios docentes se han pronunciado en contra de esta evaluación y ya hay decenas de miles de docentes que se negaron a ser “aplicadores”. Pero Ctera no llamó a ninguna medida de fuerza para el 18 y 19, por lo que el Operativo Aprender se realizará.
Es muy importante el rechazo logrado, porque cuestiona su legitimidad, alerta sobre la trampa que significa y prepara para salir a la lucha frente a este ataque contra la escuela pública, el salario y los derechos laborales docentes.
Llamamos a seguir organizando el rechazo al Operativo Aprender. Que los docentes se nieguen a ser aplicadores. Que los estudiantes secundarios y los centros de estudiantes rechacen hacer la evaluación externa. Que los padres envíen notas a sus escuelas, no lleven a sus hijos y no autoricen a que una persona ajena a la escuela se presente a evaluarlos. Defendamos juntos la escuela pública, exigiendo mayor presupuesto para educación.