El legado de Nahuel Moreno
En los 30 años desde la muerte de Moreno, el movimiento obrero y de masas ha dado grandes muestras de combatividad, resistiendo a los ajustes, enfrentando a las guerras imperialistas como las invasiones yanquis de Panamá, Irak y Afganistán, en levantamientos populares como el Argentinazo o la derrota del golpe de estado en Venezuela en 2002, incluso dando nacimiento a procesos revolucionarios como el del Norte de África y el Medio Oriente a partir de 2011. Los sectores oportunistas de la izquierda y el trotskismo han embellecido a las nuevas direcciones nacionalistas burguesas como el chavismo o a gobiernos como los de Lula en Brasil o los Kirchner en Argentina. Incluso han llegado al extremo de adoptar posiciones neutrales o a favor del régimen fascista de Assad en la guerra civil siria, dando la espalda a la lucha del pueblo sirio y kurdo.
Es ante estos fenómenos, o ante el surgimiento de nuevos reformismos como Podemos en el Estado español o Syriza en Grecia, que el ejemplo de Moreno representa un poderoso legado político. Su vigencia la demostramos al construir nuestra corriente internacional, la UIT-CI, que cada vez crece y se consolida más al calor de una intervención política desprovista de sectarismo pero al mismo tiempo implacable en su diferenciación y enfrentamiento a direcciones políticas reformistas o nacionalistas-burguesas. Defendiendo la necesidad de nuevas revoluciones socialistas en los países como Cuba o China, en los que se restauró el capitalismo. Apoyando las luchas de los pueblos árabes contra las dictaduras. Denunciando el rol criminal y asesino del imperialismo yanqui y sus gobiernos subordinados como Israel. Enfrentando al gobierno ilegítimo de Temer en Brasil, pero sin apoyar el retorno al poder del corrupto y patronal PT de Lula y Dilma. Construyendo una oposición obrera al gobierno represivo y ajustador de Maduro en Venezuela. Construyendo el FIT en Argentina. En definitiva, sosteniendo que en este contexto de debacles producidas por el capitalismo sigue siendo imprescindible construir partidos revolucionarios que defiendan la independencia de clase para luchar por revoluciones socialistas en todo el mundo.