CGT: ¡Paro general ya!
La revista Fortuna, una de las más leídas por las patronales y sus gerentes, trae un sugestivo título en su edición de febrero: “30%, la revancha de los Ceos”. Se refiere al aumento “salarial” que directivos y altos gerentes de empresas se otorgarán este año, “recuperando los 10 puntos perdidos en 2016”. En la nota al interior de la revista explican sin ruborizarse porqué es “justo” que por ejemplo, un director de Recursos Humanos quien actualmente gana un promedio de 150.000 pesos por mes, pase a cobrar casi 200.000. Estos son los mismos que, junto con el gobierno, justifican que un trabajador que según el propio Indec gana en promedio poco más de 8.000 pesos debe arreglárselas este año con un incremento del 18%, resignando todo lo perdido el año pasado.
Todo esto sucede mientras los precios continúan subiendo. El jueves pasado se dio a conocer el índice de inflación calculado por el Indec, con un número sorpresivamente bajo de apenas 1,3%. Haciendo malabares estadísticos lograron presentar un número que es inferior incluso al que registraron las consultoras amigas del gobierno (1,7%), del calculado por la CGT (1,6%) y aún del propio de la Ciudad de Buenos Aires (1,9%). Pero más allá del debate estadístico, es un hecho que sobre nuestro bolsillo sigue pegando el tarifazo eléctrico, el que se viene en el gas, las prepagas, peajes, el alza de cuotas de los colegios y la ya “tradicional” suba de la canasta escolar. Como si todo esto fuera poco, tenemos el anuncio que, a partir de esta semana, el pan pasará a costar 50 pesos el kilo. Además, perdimos uno de los pocos recursos que teníamos para zafar un poco de la inflación: se acabaron las cuotas sin interés. El gobierno lanzó el programa “precios transparentes”, prometiendo bajas del 20% en los precios de contado y un efecto “neutro” (o incluso también rebajas) en los productos financiados. Lo cierto es que las grandes cadenas terminaron aumentando no sólo los productos en cuotas (en hasta un 50%), sino increíblemente hasta los propios precios al contado (en valores de hasta un 20%). ¡Un auténtico robo!
Frente a este panorama, el gobierno de Macri quiere que las paritarias de este año se alineen con la inflación proyectada (por ellos, porque nadie se la cree) del 18% anual. Quieren imponer la pauta del 18% en varias cuotas de 4,5% que el gobierno de Vidal en la provincia de Buenos Aires acordó con un sector de gremios estatales (encabezados por la burocracia de UPCN), aunque sin el acuerdo de los médicos de la Cicop, los judiciales y ATE.
A eso se juegan. Ese es el motivo por el cual el gobierno dio marcha atrás y no homologó el acuerdo que habían firmado los bancarios a fines del año pasado (que rompía esta pauta). Por eso ahora estamos en plena pulseada, o “primer round” de esa pelea. Donde lo decisivo serán las paritarias docentes. El gobierno de Macri se juega a imponerle el 18% en cuotas a los docentes de todo el país, empezando por la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% del total. Para el resto del país cuentan con el apoyo inestimable del conjunto de los gobernadores, incluyendo los peronistas que posan de opositores y el gobierno “socialista” de Santa Fe. El gobierno de Macri está dispuesto a un enfrentamiento duro con los docentes, porque sabe que si logra derrotarlos podrá abrir el camino a convenios con los gremios del sector privado. Allí, a cambio de “unos puntitos más de aumento” (alrededor del 22%, lo que de ninguna manera recupera lo perdido por la inflación) se juega a empezar a introducir acuerdos por “productividad”, como los ya firmados en Vaca Muerta y los que se empiezan a vislumbrar en el Smata (ver nota en página 5).
Pero no sólo tenemos el salario: 2017 también arrancó con una importante ola de despidos que generaron importantes conflictos, como los de Banghó, Canale, Mascardi, Textil Neuquén, Cerámica San Lorenzo de Puerto Madryn y la toma que va camino a cumplir un mes de la planta de AGR-Clarín.
Todo esto va acrecentando una bronca con el gobierno que crece desde abajo y ya obligó a la burocracia de la CGT a “reacomodarse”. Después de haber cerrado el 2016 levantando toda medida de fuerza y aplaudiendo la “mesa de diálogo” con el gobierno y las patronales, arrancaron este año reconociendo que “se sentían defraudados” por los empresarios y el gobierno. Pero evidentemente la suma de conflictos y la presión creciente de las bases hizo que no alcanzara con meras declaraciones y obligó a lanzar la convocatoria a una movilización el 7 de marzo y un paro para fin de marzo, “posiblemente el 30”, según palabras de los propios burócratas cegetistas.
Lo concreto es que los bancarios ya se han lanzado a la pelea para cobrar lo que les corresponde y van al paro por 72 horas. La UOM se ha visto obligada a efectuar una movilización frente a la ola de despidos que recorre el gremio. Los docentes se preparan para el no inicio de clases el 6 de marzo. El 7 estará la marcha anunciada por la CGT, a la que se sumará la CTA y varios gremios más. El 8 de marzo está organizándose el paro de mujeres, como parte de la jornada mundial por el día internacional de las mujeres trabajadoras. En ese marco ¡qué lejos, lejísimo, que queda un eventual paro de la CGT para fin de marzo!
La pulseada es ahora. Por eso lo primero es apoyar con todo a los docentes, denunciando que se trata de un ataque a la educación pública de conjunto y que el culpable de que no empiecen las clases será el gobierno. A esto hay que sumarle acompañar a los bancarios para que se les pague lo que les corresponde y a todos los conflictos contra los despidos. Entre ellas y en particular la emblemática lucha de AGR-Clarín, ya que allí se busca a la vez descabezar a una comisión interna del sindicalismo combativo. El gobierno y las patronales marcaron la cancha, saben que si ellos ganan estarán en mejores condiciones para imponer acuerdos a la baja para el resto del movimiento obrero. Por eso hay que exigirle a la CGT que lance ya mismo un paro nacional y un plan de lucha. ¡No podemos esperar! En cada lugar de trabajo, de estudio, en los barrios, en el movimiento de mujeres, tenemos que organizarnos para rodear de solidaridad cada una de estas luchas, prepararnos para que salgan con fuerza las medidas del 7 y 8 de marzo, al mismo tiempo que sacamos pronunciamientos reclamando a la CGT el paro nacional ya mismo. Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda te invitamos a sumarte a esta tarea.