El gobierno de Macri viene anunciando que quiere cambiar los convenios colectivos a partir de acuerdos de “productividad”, siguiendo el modelo de Vaca Muerta. Uno de los sectores donde ya se han dado reuniones es el automotriz, donde la burocracia de Pignanelli junto con las patronales y el ministerio de Producción empezaron a ponerse de acuerdo en flexibilizar las condiciones de trabajo mediante modificaciones en los convenios.

El caso testigo se dará en el “traspaso de personal” de Volkswagen a Toyota. En concreto la multinacional alemana está en un plan de achicamiento y despidos. De hecho ya recortó el tercer turno y logró desprenderse, entre despidos, jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios de 600 de lo que ellos llaman los “1.200 obreros sobrantes”. Sigue además con un plan creciente de suspensiones.

Por otro lado Toyota es la única empresa que sigue expandiéndose, al calor de las ventas récord de las camionetas Hilux. En ese marco se acaba de firmar un acuerdo para que los obreros de Volkswagen puedan candidatearse prioritariamente en la futura incorporación de 300 trabajadores por parte de la multinacional japonesa.

Pero los trabajadores que pasen de Vokswagen a Toyota deberán aceptar las condiciones de explotación mucho más duras de esta última. En concreto, el ritmo de trabajo en Toyota exige producir una unidad cada 1,5 minutos, mientras que en las otras terminales se tarda 2,3 minutos. Los trabajadores tienen turnos de 9 horas y 10 minutos, con dos paradas de 10 minutos y una de 40 para almorzar. Y el premio por presentismo se pierde con sólo faltar un día en tres meses.

Como se ve, es un ataque a las conquistas históricas de los trabajadores mecánicos, entregadas con la complicidad de la burocracia del Smata. Esta es la famosa “pelea por la productividad” del gobierno de Macri.