¿Vidal es la nueva Margaret Thatcher?
La inventiva popular apareció en un cartel en facebook: “creíamos que era Heidi, pero resultó ser la novia de Chuky”. Más seriamente el diario español El País sacó un editorial preguntándose si la gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal estaba a punto de convertirse en una nueva “dama de hierro” como lo fuera en los primeros años 80 Margaret Thatcher, que ganó esa fama luego de derrotar a los mineros ingleses tras una huelga que duró un año entero.
El interrogante puede responderse desde dos puntos de vista. Por un lado, efectivamente, Vidal fue la dirigente seleccionada por Macri para salir a poner la cara, a partir de su buena imagen, con el objetivo de derrotar a los docentes. Así apareció, el miércoles pasado, posando de “dura” atacando el paro y hasta humillando a los maestros. Es un hecho que la gobernadora entiende la pulseada en la provincia de Buenos Aires como “la madre de todas las batallas”. Se juega a poner de rodillas a los maestros, quebrando la huelga. Desde esta perspectiva podemos acordar que Vidal (al igual que Macri) se “parece” a la Thatcher: en ambos casos ha estado en juego la imposición de programas profundamente antiobreros.
Pero, desde otra perspectiva, hay una diferencia cualitativa entre lo que era Margaret Thatcher y lo que es María Eugenia Vidal. La Thatcher fue la gobernante que derrotó a los mineros e impuso su programa privatista a partir de su fortaleza política, lograda después del triunfo británico en la guerra de Malvinas. Vidal es apenas la política con mejor imagen del gobierno de Macri, y que ahora incluso se está debilitando junto a él debido al enfrentamiento con los maestros. De un gobierno que sólo está logrando pasar su ajuste por medio de acuerdos con la oposición patronal (en el Congreso y en las provincias) y por su pacto con la burocracia sindical. Pero que enfrenta una dura resistencia de muchos sectores de la clase trabajadora, que en algunos casos han logrado romper techos salariales (tal es el caso más reciente de los bancarios).
La comparación con la Thatcher, entonces, no creemos que sea la más feliz. Estamos en medio de una dura pulseada, pero el gobierno no tiene todas las cartas para ganar. Al contrario, viene enfrentando desde comienzos de mes una verdadera rebelión docente. Y se le puede ganar. Vidal hoy no es ninguna “dama de hierro”. Sólo es una gobernadora reaccionaria que se sacó la careta de “buenita”, pero a la que los docentes, junto con los médicos, los judiciales y el conjunto de los estatales le están dando pelea para derrotar su plan de ajuste.