La corrupción macrista
Escribe Claudio Funes
Franco Macri, padre de Mauricio, comenzó sus millonarios negocios con el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía (1966-1970). A mediado de los ´70 ya era parte de lo que se denominaría la “patria contratista”, un grupo de grandes empresarios que se enriquecieron gracias a los negociados con la obra pública. En 1976 la familia Macri presenta Socma (Sociedad Macri), cuyo vicepresidente hasta 2003 fue Mauricio Macri. Durante la última dictadura militar, mientras se llevaba adelante el más grande genocidio de nuestra historia, la familia fue beneficiada con grandes licitaciones, lo que le permitió amasar una enorme fortuna. De las siete empresas que poseía en 1973, finalizada la dictadura sumaba 47. Pero esto no era todo, en 1982 Domingo Cavallo, por entonces presidente del Banco Central favoreció, entre otros empresarios, a los Macri. Estatizó la deuda de Fiat Sevel que sumaba 170 millones de dólares. Hoy los trabajadores la estamos pagando
Iecsa, la constructora que Franco Macri le “vendió” a su sobrino Angelo Calcaterra en 2007, fue adjudicataria el 23 de enero de 2008, junto a la coimera Odebrecht, Ghella y Comsa del soterramiento del ferrocarril Sarmiento. De la mano de la familia presidencial, Ghella creció en la Argentina (hoy es propietaria mayoritaria del soterramiento). El 21 de febrero del mismo año, Macri le otorga la licitación del arroyo Maldonado. Hacía cinco meses que la constructora italiana había comprado el 50 % de ODS (Obras Desarrollos y Servicios), holding propietario de Iecsa. Durante la gestión del ex ministro de Planificación, la constructora de Calcaterra ocupaba el tercer puesto en el ranking de empresas que más obras obtenía.
Se puede notar que Macri no tenía problemas con la corrupción durante los gobiernos kirchneristas. Ahora tampoco. El Grupo Macri, junto con el Banco Galicia como socio minoritario, se adjudicaron en 1997, por treinta años, la concesión del servicio postal, una de las últimas entregas que consumó el menemismo. Debía abonarle al Estado un canon semestral, que en 1999 dejó de pagar. En febrero de este año el presidente le perdonó a su propia familia más de 70.000 millones de pesos correspondientes a esa deuda.
Consecuente con su mentalidad de empresario corrupto, Macri hace aprobar la ley de blanqueo de capitales que consagra la impunidad para los que fugaron divisas, para los narcos y todo tipo de tránsfugas. Pero hasta lo que la vergonzosa ley prohibía, Macri lo permitió. Con el decreto 1.206/2016, publicado en el Boletín Oficial, permite que los cónyuges, padres e hijos menores emancipados de los funcionarios puedan efectuar la declaración voluntaria excepcional de sus bienes.
La familia presidencial no dejó de sorprendernos, aparecieron los Panama Papers con las empresas offshore del presidente, nos enteramos que Gianfranco Macri, su hermano menor, declaró más de 600 millones de pesos que tenía en negro, y por último que su primo, Jorge Macri, intendente de Vicente López, tiene una denuncia por lavado de dinero por la compra de una propiedad en Miami de un valor de 403 millones de dólares. La famiglia è tutto.
C.F.