La mentira del impuesto a la renta financiera
Escribe José Castillo
En medio de tantas medidas antipopulares, el gobierno de Cambiemos quiere darle una cosmética “progresista” incorporando un supuesto impuesto a la renta financiera.
Durante años hemos denunciado el escándalo de las superganancias que los bancos y especuladores internacionales hacen con bonos de deuda externa, jugando a la ruleta de la Bolsa con sus acciones o especulando con las supertasas de interés y que las devaluaciones estén “exentas” y no paguen impuestos.
Pero este “nuevo impuesto” que plantearía el gobierno de Macri es una vulgar mentira. Una jugada “para la tribuna”, mientras la verdadera reforma impositiva pasa por achicar lo que pagan las patronales y agrandar lo que pagan los trabajadores. Los diarios económicos, que durante varios días, ante los rumores de que se impondría este impuesto salían a oponerse en primera plana, ahora destacan el “alivio”: se dan cuenta de que no afectará en nada sus ganancias.
En concreto se plantea un impuesto del 5% sobre las ganancias (intereses o rentas) de los bonos, letras o plazos fijos si son en moneda local, o de 10% si es en moneda extranjera. La trampa: no se aplica el impuesto sobre todo el monto del capital que se invierte, sino apenas sobre los intereses que se obtengan. Además, no se aplican las tasas normales del impuesto a las ganancias (35%) sino apenas del 5% o 10%. Por si todo eso fuera poco, las operaciones en acciones o fondos comunes de inversión, o las ganancias que se obtienen por diferencias con tipos de cambio (compra y venta de moneda extranjera) siguen exentas. Los especuladores lo único que tendrán que hacer para evadir este impuesto es “pasarse” a este tipo de operaciones. De hecho las consultoras bursátiles de la city ya están asesorando a sus clientes en este sentido.
En síntesis, una mentira total para esconder la verdad: un ajuste mayúsculo contra los trabajadores.