Después del 21F: ¡Apoyemos las luchas!
La marcha del denominado 21F fue masiva. Miles de trabajadores se movilizaron contra el ajuste de Macri, la complicidad de los gobernadores y los dirigentes traidores de la CGT que siguen con la tregua. Fue una gran movilización en repudio a los despidos y el robo salarial, a pesar de la campaña sucia del gobierno que trató hasta último momento de debilitarla.
La rebelión de diciembre contra el saqueo a las jubilaciones demostró que los trabajadores están dispuestos a luchar contra el ajuste. El pacto de Macri con los gobernadores y la CGT quedó muy mal después de esas jornadas. Esto explica por qué la marcha del 21 de febrero fue enorme a pesar de la natural desconfianza de los luchadores con Moyano. Recordemos que el dirigente camionero estuvo con Cristina en su momento, luego con Macri y, por poner un antecedente más cercano, no apoyó las movilizaciones del 14 y el 18 de diciembre contra la “reforma previsional”.
Si bien Hugo Moyano criticó a Macri y denunció que gobierna para los ricos, dejó pasar una gran oportunidad para darle continuidad a la pelea. No convocó a un paro general ni a un plan de lucha. No solo eso, sino que sembró ilusiones en que un posible gobierno del PJ en 2019 podría combatir los graves problemas sociales (ver nota en página 3).
Todos los medios registraron el comportamiento de Moyano, destacando su “discurso moderado, conciliador”, no confrontativo. No nombró las luchas en curso. No habló de los despidos ni del techo de 15% en las paritarias. Hasta sorprendió al no decir nada sobre el cambio de convenio que quieren imponerle las patronales del transporte a los camioneros, su gremio. Incluso, desalentó que las columnas cantaran contra Macri.
Después de la marcha Moyano dijo que podría reunirse con el presidente. El gobierno le pide que no abandone la “mesa de diálogo” que compartió con los empresarios del transporte y Triaca, para seguir avanzando en el cambio del convenio de camioneros, donde Moyano ya habría aceptado varias modificaciones.
El sindicalismo combativo y la izquierda marcharon el 21 con grandes columnas, encabezadas por trabajadores que lideran las luchas en curso, y exigieron paro y plan de lucha. El momento es el oportuno. Justo en la semana de la marcha de Moyano se supo que la imagen presidencial seguía en descenso. “Por primera vez caen las expectativas y preocupa al gobierno”, tituló La Nación el 25 de febrero. Y en las canchas de fútbol se sigue repudiando a Macri, aunque la AFA lo quiera prohibir.
La política de Moyano de hacer una demostración de fuerza para negociar no es lo que necesita el movimiento obrero. Por eso las luchas siguen. Los docentes no van a iniciar las clases en muchos distritos por culpa de la política de robo salarial de Macri, Vidal y el resto de los gobernadores. Los trabajadores del INTI se movilizan nuevamente en caravana este viernes 2. Hubo otras en Salta y Jujuy la semana pasada, contra los 1.200 despidos de los ingenios azucareros. Sigue el reclamo por los despedidos del Posadas. Los bancarios vienen repudiando el 9% que les ofrecen las patronales. Y el 8 de marzo las mujeres harán un nuevo paro internacional con marchas masivas.
La lucha en las paritarias contra el techo de 15% es clave. La inflación sigue haciendo estragos en los bolsillos populares. Las gasíferas piden otro tarifazo de 35% a 46% para el mes de abril. Por la suba de los alimentos y las naftas la inflación en enero fue 25% más alta que la del mismo mes del año pasado, y la de febrero se espera que sea la mayor de 2018.
Los trabajadores que luchan, junto al sindicalismo combativo, tienen de ahora en más la tarea de seguir apoyando y coordinando los conflictos en curso para que se desarrollen y puedan triunfar. Esas peleas cuentan con un enemigo central: Macri, con la complicidad de los gobernadores y la vendida CGT de Daer y los Gordos. Se verá en las próximas semanas cuál será la conducta de Moyano, Camioneros y las CTA que convocaron a la marcha del 21. Si seguirán poniendo paños fríos o no. Por ahora eligieron el primer camino. Esto prueba que hay que batallar por otro modelo sindical, antiburocrático y combativo, que enfrente a las patronales, al gobierno y a la tregua de los dirigentes vendidos. Esa fue la posición con la que marchamos el 21, exigiendo paro general y diciendo que nada teníamos que ver con el modelo sindical de Moyano.
Con esa autoridad, el sindicalismo combativo y la izquierda se dirigen a los miles de trabajadores que quieren derrotar el ajuste del gobierno, llamándolos a apoyar las luchas y coordinarlas.
Juntos seguiremos denunciando la tregua y el inmovilismo de gran parte de los burócratas sindicales y las vacilaciones de otros, como Moyano, exigiendo paro y plan de lucha, y peleando por una nueva dirección del movimiento obrero.
Desde el Frente de Izquierda continuaremos luchando por un plan económico al servicio de los trabajadores sobre la base del no pago de la deuda externa y por una nueva alternativa política.