Escribe Malena Zetnik

El próximo 3 de junio se cumplirá un nuevo aniversario de la histórica movilización que fue el puntapié inicial de una nueva oleada mundial de luchas de mujeres, iniciada en 2015. Con acciones en numerosas ciudades el domingo 3, y con grandes marchas en todo el país el lunes 4, las mujeres volvemos a salir a las calles para reclamar contra la violencia patriarcal que se roba nuestras vidas.
Hoy, a tres años de esa primera jornada histórica, estamos en condiciones de decir que las luchas de las mujeres han avanzado mucho pero también tenemos importantes reclamos pendientes. Desde entonces nos movilizamos contra la impunidad ante los femicidios de cientos de mujeres. Luego fuimos sumando reivindicaciones contra la violencia machista como el fin de la discriminación y la brecha salarial, la violencia sexual vivida en los espacios de trabajo, de estudio y en la vida familiar (movimiento “me too”) y el aborto legal, que hoy ha llegado a debatirse en el Congreso.

Pero los gobiernos, antes el de Cristina y ahora el de Macri, más que sacarse una foto o hacer declaraciones rimbombantes, no han hecho nada por los derechos de las mujeres. En 2016 el macrismo lanzó el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres que iba a iniciar en 2017 y prometía la creación de 36 hogares de protección integral en todo el país en tres años, entre otras medidas. Sin embargo, nada de eso ha sucedido. Y mientras el gobierno se dedica a pagar la fraudulenta deuda externa y a endeudar más al país, las mujeres siguen muriendo. De hecho, en 2017 hubo 295 femicidios y 109 en lo que va de 2018. Además, al menos 43 mujeres murieron en 2017 por abortos clandestinos y 57.000 fueron hospitalizadas a causa de la ilegalidad de esta práctica.
Por eso, hoy más que nunca, tenemos que aprovechar la fuerza de las mujeres movilizadas en todo el mundo para seguir reclamando que se cumplan las demandas del #NiUnaMenos. El gobierno y partidos patronales como el FpV, el PJ, el massismo y demás variantes, prefieren pagar la deuda, mientras nos aumentan las tarifas, nos despiden, nos precarizan y siguen desfinanciando los programas para erradicar la violencia machista. Incluso ante el contundente reclamo por la legalización del aborto, muchos prefieren seguir siendo socios de la Iglesia Católica, que avala a los curas pedófilos mientras discrimina a las mujeres, combate la educación sexual con perspectiva de género y rechaza el uso de anticonceptivos.
El próximo 4 de junio seamos miles en las calles reclamando:
#Aborto legal, seguro y gratuito. Inmediata aprobación del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto.
#NiUnaMenos. El gobierno es responsable. Plata para combatir la violencia de género y no para pagar la deuda externa.
#No al pacto de Macri con el FMI. Basta de ajuste, despidos y represión. No a la reforma laboral.