La banca privada lleva acumuladas ganancias por 57.300 millones de pesos en el último año. Esto se debe fundamentalmente a la especulación con los dólares y títulos públicos, lo que vulgarmente se llama “bicicleta financiera”. Se trata de información suministrada por el mismísimo Banco Central.
En marzo, último período informado, ganaron 5.465 millones de pesos, 16,7% más que en igual mes de 2017. Lo más grave es que fueron estos mismos bancos los que, a partir de fines de abril, hicieron superganancias con la corrida cambiaria y, ahora, con la astronómica tasa de interés de 40 por ciento.

El ahorro de los trabajadores, que debería ser aplicado a otorgar crédito popular barato y a financiar obras de desarrollo, es capturado por los bancos para sus negocios. Que son además el principal vehículo para la fuga de capitales. Todo esto es posible porque, increíblemente, todavía sigue vigente la Ley de Entidades Financieras de la dictadura militar, que no fue derogada por ningún gobierno posterior, incluido el kirchnerismo. Una muestra más de la necesidad de nacionalizar la banca, medida que debe acompañar a la suspensión inmediata de los pagos de la deuda para desde ahí lanzar un programa económico alternativo al servicio de las más urgentes necesidades populares.

J.C.