Nuevo espacio de la centroizquierda ¿“Vamos” con el peronismo?
Escribe Javier Leonforte
El Movimiento Evita-PJ, Libres del Sur, Unidad Popular, PCR/PTP, junto con otras corrientes de la centroizquierda, lanzaron un nuevo espacio político denominado “Vamos, el tiempo es ahora” de cara a las elecciones de 2019 y para posicionarse en la interna opositora que promueve el peronismo.
Con un acto en el microestadio de Ferro, luego de varias experiencias frustradas, la centroizquierda impulsa un nuevo espacio político. La intención es meterse en la interna del peronismo con el objetivo de ganar las elecciones presidenciales de 2019. Con la idea de ser parte de un amplio frente electoral cuyo único objetivo sea ganarle a Macri, estas corrientes políticas se lanzaron, no para reclamar un paro general y plan de lucha a la CGT y derrotar el brutal ajuste en curso del gobierno, sino para posicionarse electoralmente hacia 2019. Con medias tintas que no tienen claras definiciones programáticas, solo dijeron algunas frases contra el FMI, sin siquiera denunciar el cáncer de la deuda externa, ni llamar a luchar para derrotar el pacto Macri-FMI que hundirá aún más a nuestro país en la dependencia y el saqueo.
Es necesario recordar que tanto el Movimiento Evita-PJ como Libres del Sur fueron parte del gobierno kirchnerista, con funcionarios, durante muchos años. Y que en las últimas elecciones el Evita fue con Florencio Randazzo y Vicky Donda con Sergio Massa, promoviendo ambas organizaciones la “renovación” del peronismo y el PJ. Por el lado de Unidad Popular y el PCR/PTP, luego de no pasar con su Frente Popular el 1,5% proscriptivo de las PASO en agosto, terminaron, a través de Juan Carlos Alderete de la CCC, apoyando a Randazzo en las elecciones de octubre de 2017. A estas cuatro organizaciones se les sumaron otras más pequeñas como MP La Dignidad, Seamos Libres y un sector de Patria Grande, fuerzas que ya participaron de la interna del peronismo en la Ciudad de Buenos Aires en 2017.
De esas experiencias frustradas junto al peronismo, los dirigentes de estas organizaciones no sacaron ninguna conclusión hacia la izquierda, sino que vuelven a orientar su lanzamiento para ser furgón de cola de proyectos patronales. Con discursos pseudoprogresistas y frases creativas, terminan aliados a los partidos tradicionales que gobiernan desde hace décadas nuestro país, como ya pasó con las experiencias del Frepaso, Proyecto Sur y otras de la centroizquierda (ver recuadro). Con medias tintas no se pueden resolver los graves problemas de fondo de los trabajadores y el pueblo.
Los movimientos sociales que estas corrientes dirigen, como la CTEP, Barrios de Pie y la CCC, se autodenominaron como el triunvirato de San Cayetano por sus estrechos vínculos con la Iglesia Católica. Todos los referentes de este espacio viajaron al Vaticano varias veces para apoyar al papa Francisco en su intento de lavarle la cara con un tinte popular a esta reaccionaria institución milenaria. Así se cuidan de no criticar la actual presión eclesiástica contra la legalización del aborto.
La centroizquierda va hacia el peronismo, con quienes negociarán el ingreso de sus referentes en las listas electorales con ubicaciones secundarias. Es por estos motivos que no encontraremos entre sus propuestas el no pago de la deuda externa o la reestatización de las empresas privatizadas, medidas elementales de soberanía nacional y defensa de los intereses populares, para que la crisis no la paguemos los trabajadores, como proponemos desde el FIT.
Llamamos a los honestos militantes de base y a los simpatizantes de estas organizaciones a debatir fraternalmente las conclusiones de los reiterados fracasos de la centroizquierda y sus variantes pseudoprogresistas para no caer en una nueva frustración. Y fundamentalmente los llamamos a pelear unidos en las calles reclamando paro general y plan de lucha a la CGT y las CTA porque el tiempo para derrotar el brutal ajuste de Macri y su pacto con el FMI es ahora, no con el PJ en 2019.
Qué pasó con los anteriores proyectos El Frepaso, fundado en los ´90 por Chacho Alvarez y Graciela Fernández Meijide para oponerse a Menem, terminó gobernando desde 1999 con la Alianza de De la Rúa hasta que el Argentinazo de 2001 le puso fin. A su vez, Aníbal Ibarra, que fue jefe de Gobierno porteño desde 2000, cayó acusado de corrupción por la masacre de Cromañón. En provincias donde gobernó la centroizquierda, como Tierra del Fuego, con Fabiana Ríos, o el Partido Socialista, aliado a la UCR, en Santa Fe desde 2007, aplicaron el ajuste capitalista sin jamás tocar intereses de los poderosos. Otros armados electorales, como Proyecto Sur de Pino Solanas, terminaron aliándose a Carrió en 2013 y fueron utilizados como trampolín por Lilita para armar Cambiemos junto a Macri. El Partido Nuevo, que perdió con fraude del PJ la gobernación de Córdoba en 2007, directamente hoy es parte de Cambiemos, y su principal referente Luis Juez terminó como embajador de Macri en Ecuador. ¡Y podríamos seguir con más ejemplos! Cada una de esas frustraciones no fueron gratuitas, sino que las pagaron los trabajadores y el pueblo con más padecimientos. |