Escribe Martín Fú

Apenas un día después de que Macri inaugurara con toda pompa la “renovación” de 490 kilómetros de vías del Belgrano Cargas, una formación que transportaba 2.400 toneladas de soja y se dirigía al puerto santafesino de Rosario, descarriló al ceder un puente que estaba en obra. El resultado fue una postal dantesca de hierros retorcidos y apilados y generando una cascada de granos que podría ilustrar el abandono del sistema ferroviario.

Las autoridades de Trenes Argentinos rápidamente salieron a comunicar que el descarrilamiento se debió a un “problema de comunicación” y desde el Belgrano Cargas confirmaron que el puente se encontraba en obra y que ninguna formación podía circular por un lapso de 48 horas, responsabilizando del siniestro a una “falla de comunicación del sector obras y sistema de mandos”.

Desde el Cuerpo de Delegados del Ferrocarril Sarmiento, Edgardo Reynoso denunció que este y otros siniestros son fruto de la eliminación de los protocolos de seguridad durante la privatización menemista y que las empresas tercerizadas actuales son continuadores de estas políticas criminales. Agregando que “cuando se usaba el Reglamento Interno Técnico (RITO), había un sistema por el que se le daba vía libre a las formaciones en forma paulatina, como si fuera un sistema de postas. Pasa un tren por una estación y esa estación da vía libre, pero ese sistema se liquidó con la privatización y el despido de miles de ferroviarios”. La formación cayó al lecho del río, los maquinistas no murieron de casualidad.
Reynoso denunció “la continuación de las políticas privatizadoras a través de las concesionarias que con las tercerizadas llevan adelante estas obras” reclamando medidas de fondo como “la reestatización de los ferrocarriles bajo gestión de sus trabajadores y organizaciones de usuarios. Sólo así se podrán evitar estos accidentes y contar con un servicio seguro y eficiente”.