Macri lanzó su candidatura desde Nueva York

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macri lanzo su candidaturaEscribe Guido Poletti

A costa de una larga lista de gestos humillantes, el presidente Macri logró reafirmar el apoyo político del imperialismo yanqui y el FMI. La contrapartida será un durísimo ajuste, que, una vez más, cae sobre las espaldas del pueblo trabajador.

La escena no podía ser más representativa: Macri se anima a lanzar su candidatura a la reelección ante “su público”: lo hace en una entrevista en inglés a la agencia Bloomberg, una de las que más influencia tiene en el establishment de los negocios yanquis. Cerraba así una serie de anécdotas que se sucedieron en su viaje a los Estados Unidos. Fue condecorado por el Consejo de las Américas, agasajó con una cena de gala a la titular del FMI Christine Lagarde y hasta hizo el ridículo ensayando unos pasos de baile con una dama de la clase alta yanqui, que todavía debe estar comentando que el presidente de un país “bananero” la sacó a bailar. No logró su “entrevista exclusiva” con Donald Trump, pero al menos pudo saludarlo, más que suficiente para un jefe de gobierno que aspira a ganar “fortaleza” y “confiabilidad” en base a gestos de sometimiento y humillación con el imperialismo. La sobreactuación de Macri llegó al extremo de invitar a los argentinos a “enamorarse de Christine Lagarde”.


El presidente argentino se vuelve de los Estados Unidos con lo que quería: el respaldo político de Trump y un nuevo acuerdo con el FMI. Lo necesitaba como el oxígeno, ya que su plan económico corría el riesgo de colapsar: desde abril el dólar no para de aumentar, en medio de una feroz fuga de capitales. Cada vez se pone más en cuestión la capacidad de la Argentina de pagar sus próximos vencimientos de deuda. Y, producto de la inestabilidad, la inflación, la recesión y sus consecuencias con la caída de salarios y aumento de la desocupación, la bronca popular contra el gobierno crece exponencialmente.
Macri entonces apostó a buscar fortaleza en el único lugar que lo podía encontrar: con sus amigos los empresarios y los grupos financieros yanquis. Y lo consiguió: se trajo el apoyo para llegar a 2019 y, también, el lanzamiento de su candidatura a la reelección. Es que para el imperialismo lo más importante es que no se le desestabilice la región. Ya bastantes problemas tiene con la crisis regional en Brasil. No quiere sumar otra situación igual. El FMI, por su parte, se ha jugado su prestigio al poner 50.000 millones de dólares de préstamo para la Argentina. Necesita que su plan de ajuste salga bien. Por eso aceptó agrandar el monto prestado a 57.100 millones y adelantar parte de esos fondos (originalmente programados para 2020 y 2021) a 2018 y 2019.
Por supuesto que nada de todo esto es gratis. Ni alcanza con los gestos de sometimiento a Trump y Lagarde del presidente Macri. Tanto el FMI, como las corporaciones financieras internacionales y el propio gobierno yanqui quieren resultados. Por eso han obligado al gobierno a firmar el superajuste con déficit cero, con el objetivo de garantizar efectivamente los pagos de la deuda. Por eso también exigen el compromiso de la propia oposición peronista, con la firma de los gobernadores y la votación del presupuesto.
El gobierno de Cambiemos se muestra más claramente que nunca como lo que es: el gobierno de los ricos, agente directo del imperialismo yanqui y de los buitres acreedores internacionales. Todo su programa económico, ahora más que nunca con el nuevo plan de ajuste acordado con el FMI, está al servicio de las ganancias de estos sectores. Las consecuencias para el pueblo trabajador son más hambre y miseria y para el país más sometimiento, saqueo y entrega. Por eso decimos que esto no va más. Al plan del ajuste del FMI tenemos que reemplazarlo por un programa alternativo, obrero y popular, que arranque por dejar de pagar la deuda externa, que sólo podrá llevar adelante un gobierno de los trabajadores y la izquierda.