Cómo enfrentar el Hantavirus
El Socialista entrevistó al médico Ernesto Rosenberg, que vivió y ejerció su profesión en ciudades patagónicas que padecieron brotes de esta enfermedad.
-¿Qué es el virus Hanta y dónde se encuentran los nidos y los brotes en nuestro país?
-El virus Hanta anida en los ratones colilargos sin enfermarlos y se contagia entre personas y también al inhalar partículas de la orina y heces de los ratones. Existen cuatro zonas donde siempre hay contagios, o sea “endémicas”, y son la Norte (Jujuy y Salta), la Oeste (cordillera de Neuquén, Río Negro y Chubut), la Centro (Santa Fe-Rosario, Delta) y el eje Buenos Aires-La Plata, donde ocurren la inmensa mayoría de los casos.
Es, como el Ébola, el Machuco, la Fiebre del Congo y Crimea, y el Mal de los Rastrojos de Buenos Aires, causante de una gripe con sangrados (fiebres hemorrágicas) de alta mortalidad y con reservorios porteadores en animales silvestres. Estas gripes son solo regionales, pero hay por todo el mundo. La diferencia crítica es que el Mal de los Rastrojos sí tiene tratamiento, porque en los ’60, en el instituto Maiztegui de Pergamino, primero se fabricó el suero (anticuerpos extraídos de la sangre de sobrevivientes y aplicados a los que se enfermaban) y, en un segundo paso, la vacuna, que inoculada en cada vacunado genera los anticuerpos protectores que impiden contagiarse y enfermar con notable éxito: la mortalidad cayó de 300 por mil a 5 por mil, como la de la gripe común.
-A los pacientes los tratan sin posibilidades de curarlos, ¿es posible esa cura?
-Si fabricáramos suero inmune, como hicimos en los ’60, claro que sí. Hoy se conoció que Chile, que ya trabaja en eso, ofreció oficialmente cooperar para fabricarlo. Una buenísima iniciativa.
-¿Se puede establecer un plan de prevención?
-¡Vacunando! Como se hizo con el Mal de los Rastrojos. Es más, ya existe una vacuna yanqui para la variedad asiática del Hanta que merecería ensayarse.