Macri-Bolsonaro: la “amistad” que faltaba
De la visita de Macri, el 15 de enero, al nuevo presidente de Brasil el ultrarreaccionario Bolsonaro, la prensa patronal destacó los “acuerdos” para “perfeccionar el Mercosur”. Todas fueron sonrisas. Pero la realidad es que le mete más leña al fuego a las políticas antiobreras y proimperialistas de ambos países.
En un momento se había dicho que Bolsonaro quería desconocer el Mercosur por sus políticas “nacionalistas”. El supuesto logro del acuerdo por el Mercosur se quiso pintar de “positivo”. No tiene nada de positivo el Mercosur, siempre fue un pacto económico al servicio, esencialmente, de las multinacionales automotrices y sus intereses. “Perfeccionar” no es más que seguir con esa política que no tiene ningún beneficio para los trabajadores. Ambos gobiernos simpatizan con los planes de reforma laboral y previsional.
El ultraderechista Bolsonaro asumió para tratar de atacar los derechos sociales y democráticos del pueblo brasilero. Lleva menos de un mes en el gobierno y ya lanzó todo tipo de decretos reaccionarios. Entre ellos aprobó la privatización de la fábrica de aviones Embraer. Pero las cosas no le resultan fáciles. En los primeros veinte días se tuvo que retractar de varias medidas. Anunciaron la posibilidad de instalar una base militar de los Estados Unidos en territorio brasilero y a los pocos días dijeron que no existe ese plan. Había anunciado la suspensión de atribución de tierras vigente desde 1970, medida que iba contra aspectos de la vieja y limitada reforma agraria. A los días dieron marcha atrás.
En las últimas semanas crecieron las denuncias contra su hijo, el diputado Flavio Bolsonaro, por sospechas de corrupción. Hubo revelaciones sobre movimientos sospechosos en sus cuentas, sobre la base de la información oficial del Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF), que incluye los datos de su ex chofer, envuelto en la polémica.