Deforestación e inundaciones
Escribe Atilio Salusso
Siempre los gobiernos le echan la culpa a la abundancia de lluvias por las inundaciones. Lo hacen para encubrir sus políticas de deforestación y la falta de obras.
“El bosque actúa como una esponja natural. Si tenemos cultivos de pastos o soja la lluvia cae a una altura de 40 o 50 centímetros del suelo, sobre las pasturas. No es lo mismo que en el bosque, donde el agua cae sobre las copas de los árboles, después escurre, va aminorando la velocidad y llega con menor fuerza”, explican los especialistas. Y agregan: “En el caso de las inundaciones con grandes superficies desmontadas el agua escurre superficialmente. A su vez, produce un ascenso de la napa freática que está cada vez más cerca de la superficie e influye en las inundaciones que terminan siendo producto de un combo: el Niño, la deforestación que reduce la protección y la falta de obras”, agregan. La sentencia es clara: “Cuanto menos bosques haya, habrá más inundaciones” (Página12, 30/1).
La Argentina está entre los diez países del mundo que más destruyen sus bosques. El gobernador peronista de Chaco, Domingo Peppo, la semana pasada fue obligado a derogar los permisos que había concedido para un mayor desmonte por las denuncias de distintas organizaciones ambientalistas.
La superficie deforestada entre enero y diciembre de 2018 en cuatro provincias –Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco– fue de 112.766 hectáreas, arrasando áreas protegidas. El 40% de esa superficie pertenece a bosques protegidos.
Desde que se sancionó la Ley de Bosques (26.331) en 2007 –que establece los “presupuestos mínimos de protección ambiental para la restauración y conservación de los bosques nativos” –hasta fines de 2017, se deforestaron 2,6 millones de hectáreas de las cuales más de 840.000 eran bosques protegidos. La implementación de la ley continúa enfrentando serios escollos en las provincias por la complicidad de los gobiernos locales y la Secretaría de Medio Ambiente del macrista Sergio Bergman.
Durante 2018 la provincia con mayor deforestación fue Santiago del Estero (con 34.751 hectáreas, de las cuales 23.910 eran bosques protegidos). Le sigue Chaco (con 33.972 y 14.744 respectivamente), luego Formosa y la Salta de Urtubey, donde la deforestación alcanzó 20.047 hectáreas, 2.050 arrasadas ilegalmente.