Marcha de la CGT y las CTA: Una movilización que no le sirvió a los trabajadores
Escribe Guido Poletti
La marcha de la semana pasada fue una expresión patética de la crisis en la que está inmersa la burocracia sindical en todas sus alas. Esto es producto de la tregua que le viene dando al gobierno para dejar pasar el ajuste, lo que provoca un fuerte cuestionamiento de la base trabajadora. Y también de la propia crisis del peronismo, con la que se encuentran alineados en sus diferentes proyectos.
Una imagen vale más que mil palabras. El jueves pasado estaba convocada una jornada de protesta de la CGT, a la que adherían las CTA, la Corriente Federal y el moyanismo. Fue un aquelarre por donde se lo mire. La actual cúpula de la CGT, Daer y Acuña, más preocupados por no pelearse con el gobierno que otra cosa, trataron de hacer lo imposible: que “no se notara mucho”. Para eso convocaron a marchar desde Once hasta la 9 de Julio, con un final donde no hablaría nadie ni se leería documento alguno. Peor aún, ni escenario habría, ante el temor de que el repudio popular repitiera las escenas del “robo del atril” de marzo de 2017. Para desdibujar más aún el reclamo, lo plantearon como una marcha “multisectorial”, donde los reclamos obreros aparecían mezclados con otros de diversas patronales.
Moyano, la Corriente Federal y las CTA convocaron en otro lado, mayoritariamente en el Congreso, supuestamente para hacer un discurso donde se le pondría fecha a un paro general. Cosa que no ocurrió.
La escena de columnas de diversos gremios, compuestas en su mayoría por el aparato burocrático, “deambulando” por el centro de la ciudad, con distintas convocatorias en distintos horarios, en una jornada donde no había paro, fue la imagen del día. Así se vio a la Uocra, al Smata, a Camioneros, a Comercio, que nunca terminaron de juntarse en una columna común.
Todo esto contrastó, sin duda, con el planteo claro, sencillo y directo del plenario del sindicalismo combativo: juntarse en el Obelisco, marchar a Plaza de Mayo y ahí montar un acto exigiendo un paro nacional y plan de lucha contra el ajuste. Así de sencillo. Tanto que hasta los medios de comunicación, ante el vacío dejado por la burocracia, terminaron transmitiendo en vivo lo que se decía desde el palco del sindicalismo combativo en Plaza de Mayo.
Se refleja, entonces, la profundísima crisis en que se encuentra sumida la burocracia sindical de todo pelaje. Que se encuentra profundamente cuestionada en la base: no enfrenta el ajuste y lo deja pasar, no apoya las luchas que se dan, las aísla. Esta ha sido su política a lo largo del gobierno de Macri. Y en esto reflejan la crisis en que se encuentran sumidos los proyectos políticos patronales a los que responden sus distintas alas. Siendo más concreto: la propia crisis del peronismo.
Por un lado tenemos a Daer y Acuña, “lo que quedó” de lo que en su momento fue el triunvirato de conducción de la CGT. Claramente fueron y son los que más hicieron para garantizarle la paz social al gobierno. Son parte del sector los que hoy reciben los 13.000 millones de pesos, supuestamente para las obras sociales de manos de Macri. Los que, luego de cada paro general convocado ante la presión de las bases, hicieron lo imposible para que no hubiera continuidad. El propio Daer, días pasados, insistió con que “no hay consenso en el movimiento obrero para un paro”, como si hubiera consultado a alguien. Hoy muchos de sus dirigentes se referencian en los distintos candidatos del peronismo federal, principalmente en Massa o Roberto Lavagna.
Por fuera de esto están Moyano y la Corriente Federal. Posando de más “combativo”, este sector también aportó a la tregua. Para citar un solo ejemplo: cuando se discutía en el Congreso nada más ni nada menos que el presupuesto de ajuste para 2019, se jugaron a fondo a desmovilizar, vaciando la convocatoria o cualquier llamado a paro, “canjeándola” por una misa en Luján. Lo mismo vale para las CTA, que a lo largo de estos años, dividieron y desmovilizaron todas las luchas en los gremios en los que les toca dirigir, como docentes y estatales en particular. En todos estos casos, Moyano, Corriente Federal y CTA, subordinaron totalmente la pelea contra el ajuste al objetivo electoral del kirchnerismo de “hay 2019”.
La burocracia sindical en sus distintas variantes, en síntesis, llamó y llama a no pelear, planteando hoy a cambio reemplazarlo por “votar” a alguna de las variantes de los candidatos patronales del peronismo.
Nada podemos esperar los trabajadores de estos burócratas. La única salida pasa por construir una nueva dirección sindical y política para la clase trabajadora, democrática y combativa, como lo venimos realizando desde el sindicalismo combativo y el Frente de Izquierda.
Frases increíbles
- Daer: “No tenemos logística para ir a Plaza de Mayo”.
- Yasky: “Este año no es buen momento para hacer un paro”.
- Caló: “El paro siempre está a la vuelta de la esquina. Solo hay que encontrar la esquina”.
- Paro en feriado: “La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte ha resuelto no prestar servicio el 1º de mayo en conmemoración de los mártires de Chicago”.