Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires

Que el ajuste de Macri es salvaje, ha pulverizado salarios y jubilaciones, liquidado centenares de miles de puestos de trabajo y sumido en la miseria y la desesperación a millones está fuera de discusión. Por eso muchos compañeros nos preguntan si no es viable que si gana la oposición peronista (y en particular Alberto Fernández), aun cuando siga el ajuste, este va a ser “un poco menor”.

Lo decimos categóricamente: no. El próximo gobierno, sea quien fuere, si no rompe con el Fondo y suspende los pagos de la deuda va a tener que hacer un ajuste mayor que el actual. Primero y principal, porque le queda “un muerto” de 150.000 millones de dólares que vencen en los próximos tres años. El FMI obligó a firmar un ajuste feroz a cambio del cual envió 57.000 millones de dólares. El grueso de ese dinero ya llegó, una gran parte ya se usó para financiar la fuga de capitales y el resto está destinado a pagar los próximos vencimientos de deuda. El próximo gobierno recibirá apenas la última cuota (poco más de 5.000 millones de dólares). Y de ahí en adelante solo le quedará devolver los fondos en cantidades anuales descomunales. Por eso el propio Guillermo Nielsen, principal economista de Alberto Fernández, se confesó: “Tenemos para ocho años más de ajuste con el FMI”.

Incluso la tantas veces mencionada “renegociación”, que los kirchneristas la presentan como la gran salvación, solo nos llevará a un mayor ajuste. El FMI aceptará “correr un poco” algunos vencimientos de deuda a cambio de que el nuevo gobierno le garantice llevar adelante las reformas previsional y laboral, o sea hambre para los jubilados y liquidar los derechos de los trabajadores, llevándolos al extremo de la máxima superexplotación.

Este es el futuro que nos espera. Cada gobierno que venga será peor y tendrá que ajustar más por este camino. Por eso somos absolutamente responsables cuando decimos que solo hay dos caminos: el de seguir con estos gobiernos que nos llevan al abismo, de la mano de Macri, de Alberto Fernández o de cualquiera de los otros que insisten en no romper con el FMI y pagar la deuda. O el que planteamos desde el Frente de Izquierda-Unidad: dar vuelta todo, pasar a priorizar el trabajo, el salario, la educación, la salud y la vivienda y no a los buitres especuladores.