A un año de la masacre de Moreno
Escribe Graciela Calderón, secretaria adjunta Suteba La Matanza y candidata a diputada nacional
Este 2 de agosto se va a cumplir un año de la masacre donde fallecieron los compañeros Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, docente y auxiliar respectivamente, de la escuela N°49 de Moreno, a causa de una explosión ocurrida por falta de mantenimiento en la instalación de gas del edificio.
Una vez más, la desidida y la falta de inversión de parte los gobiernos de distintos signos políticos ocasionan muertes evitables para el pueblo trabajador. Tal como lo hicimos en su momento, responsabilizamos tanto al gobierno provincial de Vidal como al municipal de Festa (kirchnerista) por las muertes ocurridas.
Hoy a un año de este indignante hecho, seguimos sufriendo en carne propia la falta de inversión y mantenimiento en estructuras edilicias de Vidal y los intendentes, que en su mayoría kirchneristas, son corresponsables de esta situación. Este invierno hubo centenares de escuelas en la provincia que tuvieron que suspender las clases porque no funcionaban las estufas o habría problemas con las instalaciones eléctricas y de gas. Miles y miles de estudiantes tuvieron que perder clases o pasar frío cursando en aulas congeladas.
La muerte de Sandra y Rubén dio impulso en 2018 a un enorme proceso de movilización, que tuvo su epicentro en Moreno donde hubo marchas de más de 10.000 docentes, estudiantes y vecinos, y recorrió toda la provincia, con más de mil escuelas que decidieron en asambleas junto a la comunidad educativa suspender las clases por problemas de infraestructura. A un año de esta de esta verdadera masacre queremos retomar este ejemplo y por eso nos vamos a movilizar el próximo 2 de agosto en Moreno exigiendo como lo hiciéramos hace un año: ¡basta del ajuste de Vidal y los intendentes! Que se declare la emergencia educativa provincial para solucionar de una vez por todas los problemas de infraestructura, y que la plata salga de los pagos a la ilegítima deuda externa y de los subsidios a la educación privada y a la iglesia. ¡Basta de jugar con la vida de docentes, auxiliares y alumnos!