Hacé valer tu voto
Editorial
Estamos en los días previos a las PASO. La postal de la Argentina de Macri está lejísimo de lo que nos quieren hacer creer que vamos a una “fiesta de la democracia”. Más de diez cuadras de cola para entregar un currículum e intentar conseguir un trabajo de guardia cárcel en Olmos. Un repartidor de Glovo superflexibilizado sufre un accidente y, mientras espera a que llegue la ambulancia, la empresa le pregunta por celular si está bien… la mercadería. Una fundación privada dio a conocer datos mostrando que la pobreza viene creciendo sistemáticamente desde menos de 10% en 1983 hasta el 35% actual, con jóvenes y niños pobres que superan el 50%. Toda una imagen de una juventud sin futuro.
Muchos compañeros de trabajo nos dicen que los principales candidatos son un desastre, “se robaron todo”, “gobiernan para los ricos”. Acuerdan con nosotros en que, de fondo, ninguno va a solucionar nada. Sin embargo, vemos como crece la polarización. Que es abonada todos los días tanto por Juntos por el Cambio como por el Frente de Todos. La mayoría de los trabajadores tiene la ilusión de que, aunque nadie va a solucionar nada de fondo, “algo” va a mejorar, y por eso apuesta a Fernández y Cristina. También hay algunos sectores populares que se encandilan con que en estas últimas semanas hay estabilidad en el dólar y la inflación no sube tanto como en los meses anteriores, o con que no siguen los tarifazos. Y parecen inclinarse por votar a Macri. Pero la aparente “calma” está atada con alambre, a pura bicicleta financiera. Apenas pasen las elecciones volverán los tarifazos, subirá todo otra vez y seguirá la pulverización de salarios y jubilaciones. Sin contar con que Macri ya anunció que, si gana, “irá más rápido”, lo que significa más ajuste y el lanzamiento otra vez de las reformas laboral y previsional.
Fernández y Cristina, por su parte, salieron con una batería de anuncios (como aumentos de salarios y jubilaciones, o medicamentos gratis para los jubilados), sin decir de dónde van a sacar los fondos. Y cuidándose, a cada paso, de asegurarle al establishment financiero internacional que “de ninguna manera” se suspenderá ningún pago a los usureros y que se continuará con la tutela del FMI.
De ser así, como ha explicado el economista liberal Guillermo Calvo, y avalan los economistas que rodean a Alberto Fernández, la perspectiva es a un mayor ajuste, a salarios y jubilaciones a la baja, a un mayor desempleo y a que se intente llevar adelante las exigencias fondomonetaristas.
No habrá entonces, mejora alguna para la clase trabajadora y los sectores populares votando a uno u otro candidato patronal. Por eso no sirve resignarse, optando por el “mal menor”, cuando nada, absolutamente nada va a cambiar si siguen el FMI y los pagos de deuda. Por eso le tenemos que pedir a cada compañero que haga valer realmente su voto. Que rompa con esta falsa polarización. Que ayude a que se haga más fuerte la voz de los que decimos que hay que romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda, que hay que dejar de priorizar a los usureros y especuladores y poner como punto uno la resolución de las más urgentes necesidades populares: salario, trabajo, educación, vivienda y salud.
Como dijimos más arriba, la aparente “calma” no es tal. Ahora mismo, mientras la burocracia sindical de todos los colores se juega a que no se “hagan olas” y no haya conflictos durante la campaña electoral, tenemos a los maestros de Salta, enfrentándose a Urtubey.
O a los trabajadores de Minetti en la Córdoba de Schiaretti, que acaban de triunfar. O a los docentes y estatales del Chubut del gobernador Arcuri, aliado de Alberto Fernández. Después de las elecciones las luchas van a crecer. Esa es la perspectiva porque gane quien gane seguirán los ajustes de la mano del FMI. Por eso el voto al FIT Unidad es para que estemos más fuertes para las luchas que se vienen. Para que tengamos más fortaleza para el sindicalismo combativo, y para una fuerza política que se juegue de verdad contra el ajuste.
Quedan pocos días de campaña. Ya se han realizado decenas de charlas, recorridas por barrios, fábricas, colegios y hospitales.
Actividades unitarias de todos los partidos del Frente en plazas y esquinas importantes. Se repartieron centenares de miles de volantes y se pegaron otros tantos carteles. Tenemos que redoblar la actividad: que no quede un solo compañero de trabajo, estudio, vecino, amigo o familiar al que no le hayamos llevado nuestra propuesta y discutido porqué hay que votar al FIT-Unidad. Al que no invitemos a las charlas que quedan en estos días. Que no quede un volante sin repartir ni un afiche sin pegar. Tenemos, día a día, que armar la cadena del voto al Frente de Izquierda. Invitar masivamente a los actos y actividades de cierre de campaña en cada lugar del país.
Conseguir miles de fiscales para el día de la elección. Estamos convencidos de una cosa: votando al FIT-Unidad, a la fórmula presidencial Nicolás del Caño-Romina del Plá y a todos los compañeros en cada una de las listas estamos sembrando en la gran tarea estratégica: el fortalecimiento de una alternativa política para los trabajadores que, de una vez por todas, cambie de raíz el futuro del pueblo trabajador, para que gobiernen los que nunca lo hicieron, los únicos que no tienen responsabilidad en este desastre en que está sumido nuestro país, los trabajadores y la izquierda.