Consejo del Salario: ¡Hace falta un aumento de emergencia ya!
La reunión del Consejo del Salario fue una vergüenza. Al finalizar, Macri decretó un aumento miserable. La burocracia sindical y la oposición patronal dejan pasar este nuevo robo salarial. Solo el sindicalismo combativo y la izquierda proponen enfrentarlo.
Escribe Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria seccional Oeste y candidato a diputado provincial por Buenos Aires
El 30 de agosto pasado se realizó la reunión del Consejo del Salario. En él, representantes del gobierno, las patronales y la burocracia de la CGT y las CTA discutieron la actualización del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que estaba en la absurda cifra de 12.500 pesos.
La CGT había dicho que iba a esa reunión a “exigir” 140% de aumento, elevando así el mínimo a 31.934 pesos, el valor de la canasta básica antes de la devaluación. Claro que aclarando que no estaba “ni en estudio” la posibilidad de una medida de fuerza para imponerla.
El resultado final de la reunión estaba cantando: ni bien salieron de la reunión, el gobierno decretó un aumento del 35% en tres tramos, no acumulativos: 13% en agosto; 12% en septiembre y 10% en octubre, que llevará el mínimo a 16.875 recién en ese entonces. ¡Una vergüenza! ¡La mitad de lo que se necesita para no ser pobre! Todo esto en medio de la disparada del dólar y su inexorable efecto en la inflación, que se calcula que este año superará el 60%. Así Macri continúa metiendo la mano en los bolsillos del pueblo trabajador y condenándonos a la miseria y pobreza.
El valor en que se establece el salario mínimo es muy importante. Hay tres millones de trabajadores registrados que cobran ese importe. Y otros cinco millones en negro, que perciben aún menos y frente a los cuales las patronales usan la referencia del “mínimo vital y móvil” para pagarles. Además, por ejemplo, el salario mínimo inicial docente está fijado en un 20% más del mínimo vital y móvil, por lo que quedará debajo del nivel de la pobreza. Y la jubilación mínima se fija en un 82% del valor del salario mínimo.
¡Hay que frenar este atropello! Sin embargo, más allá de las expectativas que tienen amplios sectores, tenemos que decir que el peronismo en todas sus variantes, lo ha dejado pasar. El binomio Fernández- Fernández, Massa, los gobernadores, el kirchnerismo, la burocracia sindical, Lavagna, el papa Francisco, aunque todos “critican”, dejan que Macri haga el “trabajo sucio”, el “ajuste” del FMI, que sumerge en la miseria generalizada al pueblo trabajador. Dicen que es por la “gobernabilidad”, pero están siendo cómplices del ajuste y lo aplican donde gobiernan.
El Frente de Izquierda y el Sindicalismo Combativo contra el ajuste
El sindicalismo combativo y la izquierda marchamos el 30 de agosto a la Secretaría de Trabajo, donde se reunía el Consejo del Salario. Fuimos a reclamar un aumento de emergencia igual a la canasta familiar, y a exigir que la CGT y las CTA que rompan la tregua con el gobierno y convoquen a un paro general, que sea el inicio de un plan de lucha para derrotar el ajuste.
A diferencia del peronismo, proponemos medidas de emergencia contra la miseria: un aumento de emergencia que lleve a que nadie cobre menos de 48.000 pesos, valor de la canasta familiar calculada por los trabajadores de ATE- Indec; que la jubilación mínima sea de 33.973 pesos, según cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad y la inmediata implementación de 82 % móvil para los jubilados.
Somos los únicos que decimos que hay que decirle no al FMI, pues ninguna política económica independiente y a favor de los trabajadores puede llevarse adelante si nuestro país permanece atado a sus dictados. Hay que dejar de pagar la deuda externa, para usar ese dinero para salarios, trabajo, vivienda, salud y educación. Por eso, también en las elecciones de octubre, no hay que votar a quienes se niegan ahora a defender y luchar por los derechos de los trabajadores y el pueblo. Llamamos a votar al Frente de Izquierda Unidad, para demostrar que somos muchos los que no estamos de acuerdo con cumplir el ajuste del FMI. Para meter diputados de izquierda que acompañan todas las luchas y denuncian a todos los gobiernos hambreadores. Y para fortalecer una alternativa política de la izquierda y los trabajadores.