Vuelven el cepo y el default: ¿A quién beneficia y a quién perjudica las medidas de Lacunza?
Escribe José Castillo, candidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires
El miércoles 28 el ministro Hernán Lacunza terminó reconociendo públicamente que el gobierno de Macri no tiene las reservas suficientes para seguir alimentando la bicicleta financiera y la fuga de capitales y, a la vez, cumplir con los vencimientos de deuda. Y que esa era la razón de fondo por lo que el dólar seguía subiendo y muchos ahorristas, prevenidos por experiencias de crisis anteriores, ya empezaban a sacar la plata de los bancos, temiendo que volviera algún tipo de “corralito”.
Las medidas anunciadas ese día fueron correr compulsivamente los vencimientos de deuda de corto plazo (letes, lecap, lecer, etcétera), haciendo que la mayoría de esos vencimientos pasaran a más de 90 días, y por lo tanto de hecho al próximo gobierno. A esto se le agregó el llamado a “reperfilar” el total de la deuda externa (incluyendo el acuerdo con el FMI). Con ese no pago ultra-parcial (default técnico de apenas una parte de la deuda de corto plazo), el gobierno de Macri se hizo de 8.000 millones de dólares. Este solo hecho vale como demostración para todos aquellos que dicen que “no se puede dejar de pagar”. Claro que el macrismo volcó todo ese dinero a alimentar y sostener la bicicleta financiera y la fuga de capitales, con la esperanza de que el dólar no se le fuera demasiado para arriba, lo que aumentaría el desbarranque del gobierno. ¡Pensemos simplemente todo lo que se hubiera podido hacer con ese dinero, que al tipo de cambio actual son 480.000 millones de pesos, si se lo hubiera volcado a salud, educación o empleo!
Pero, después de ese paquete de medidas del miércoles, la situación financiera no se tranquilizó. Los pulpos especuladores siguieron presionando y haciendo subir el dólar. De hecho, desde las PASO, se perdieron 12.000 millones de dólares de reservas y apenas si quedan 11.000 millones en las arcas del Banco Central. Fue por eso que el domingo, a la misma hora del superclásico, el ministro nos sorprendió con un nuevo paquete de medidas.
En este caso se planteó la vuelta a una suerte de “cepo cambiario”, con algunas similitudes al que existió durante los últimos años del kirchnerismo y que Macri se había jactado de eliminar apenas llegó al gobierno. Pero, tal como entonces, podemos anticipar que esto no solucionará nada. Más temprano que tarde seguirá la fuga, se retomará la suba del dólar y el drenaje de las reservas. Peor aún, con el agregado de la existencia de un dólar blue que se transformará en el nuevo mecanismo para que los grandes especuladores sigan con sus negociados.
Los beneficiados con estas medidas son los de siempre: los grandes acreedores de la deuda, los especuladores financieros y los bancos. E incluso los monopolios exportadores, que con suma facilidad eludirán las nuevas exigencias de liquidar las divisas en cinco días. Los perjudicados, una vez más, son los trabajadores y jubilados, que ven como la suba del dólar se traslada velozmente a precios y pulveriza su poder adquisitivo y como una nueva oleada de suspensiones y despidos sumen a varios miles más en la miseria.
Desde el Frente de Izquierda Unidad seguimos peleando por un auténtico programa de emergencia frente a la crisis, para que esta la paguen quienes la causaron y hoy se siguen beneficiando con ella, y no los trabajadores. Por eso exigimos un aumento de salarios urgente para que nadie gane menos que la canasta familiar (calculada por los trabajadores de ATE-Indec en 48.000 pesos), la prohibición de los despidos y las suspensiones, la ruptura del acuerdo con el FMI, el no pago de la deuda externa y la nacionalización de la banca y el comercio exterior.