Propulsora (Siderar): homenaje a víctimas de la represión
El pasado 28 de agosto se realizó la señalización de la entrada de la empresa Siderar (ex Propulsora) del Grupo Techint en Ensenada. Esta fábrica proveía de láminas de acero a otras ramas de la industria. Pero su importancia estuvo en la tradición de lucha de sus obreros. Por haber protagonizado grandes peleas, sus trabajadores fueron castigados por la represión de Isabel Perón y la dictadura.
En el acto donde se homenajeó a los trabajadores asesinados y desaparecidos estuvo presente la Comisión por la Masacre de La Plata, exigiendo justicia por los compañeros del PST, en particular, por Carlos Scafide, obrero de la fábrica y militante del PST asesinado en enero de 1976. Tras el homenaje, Jorge Ávila y José Rusconi, quienes fueron delegados combativos en la fábrica en dos periodos, comentaron:
- Jorge: Entré en la fábrica en 1969. Fui elegido varias veces como delegado de administración por la lista Blanca, opuesta a la Azul de la burocracia de la UOM. En esos años ingresé al PST. En 1974, pese al Pacto Social, los trabajadores de Propulsora fuimos a la huelga. Primero, con varios días de toma de fábrica hasta que fuimos desalojados. Luego seguimos con movilizaciones. En definitiva, tras una larga lucha le arrancamos a la empresa un 40% de aumento. ¡Algo inédito! Pero vinieron las represalias. Sufrimos el secuestro de Carlitos, un compañero del PST que, junto a otro activista, fueron asesinados y sus cuerpos dinamitados. Pero recién con el golpe se produjo el desbande del activismo. Días antes, sectores de la empresa avisaron a varios trabajadores que venía el golpe. Esto demuestra la complicidad de la patronal (la familia Rocca) con los militares. Por eso hoy soy testigo de una causa que investiga esa complicidad.
- Pepe: Yo entré a la planta en 1979, bajo la dictadura, y ya era militante del PST. Con Jorge y Carlitos había compartido actividades siendo parte de la JS. Con la apertura democrática en 1983 fui parte de una camada de activistas que desplazamos nuevamente a los delegados impuestos por la burocracia, que volvimos a practicar la democracia sindical. Fui despedido en 1987. Pero esa fue nuestra escuela de militancia trotskista morenista, que sigo reivindicando hoy en día.