Mielcitas en pie de lucha
Entrevistamos a trabajadoras de la fábrica Mielcitas ubicada en Rafael Castillo, La Matanza, quienes hace dos meses están ocupando la fábrica ante el abandono de la misma por parte de la patronal.
-¿Cómo empezó el conflicto?
El año pasado empezó la decadencia de la fábrica (Suschen, S.A). En el verano pasado empezó a bajar mucho el trabajo, la cantidad de pedidos, entonces nos dieron una semana de vacaciones obligatoria a todos los trabajadores de la planta. Cuando volvimos de las vacaciones nos encontramos con que faltaba maquinaria, preguntamos qué había pasado y nos dijeron que se habían llevado cosas por una cuestión de espacio. Nos pareció sospechoso. Ahí empezamos a movernos. Veíamos que dejaban de comprar materia prima.
En Abril nos dijeron que ya no nos podían seguir pagando los sueldos de los 101 empleados. Nos pagaban con atraso. Al día de hoy nos quedaron debiendo un mes y medio de sueldos, aguinaldo y parte de las vacaciones, además de los bonos de aumentos salariales que se dieron.
¿Cómo empezaron a organizarse para enfrentar esta situación?
Primero presentamos la denuncia en la Secretaría de Trabajo en el mes de Junio. La empresa al principio decía que estaba buscando una solución, pero no pasaba nada. Después dejaron de presentarse en las audiencias. Los dueños, de la familia Duhalde (parientes del ex presidente) empezaron a llevarse papeles. El 11 de julio Trabajo nos informó que “las partes quedaban liberadas”. La empresa se había terminado de borrar. Al otro día fuimos a hacerle un escrache a la casa de Duhalde y empezamos con la toma de la fábrica. Empezamos a difundir lo que está pasando acá por todos lados. A hacer festivales, en donde vienen distintos sectores que nos dan apoyo.
¿Cómo piensan seguir?
Vamos a constituirnos como cooperativa para conservar la fuente de trabajo de las 101 familias. Sabemos que nos van a poner palos en la rueda, que estamos en una situación muy difícil, en la que hay un gobierno que se va y otro que bien y ninguno de los dos se quiere hacer cargo, pero nosotros la vamos a pelear. La fábrica es nuestra. Si no es de nosotras no es de nadie.