Discurso de Mónica Schlotthauer en la sesión de Diputados: “Yo quiero decir lo que no se ha dicho”
“Quiero manifestar la molestia de que cuando estamos hablando de la emergencia alimentaria más de la mitad de la sala este comiendo a las dos horas de trabajo. Así que imagínense: si los diputados no aguantan dos horas sin comer, ¿como está este país que no aguanta desde la última devaluación: sin plata, sin trabajo y con salarios, en su mayoría, por debajo de la indigencia?
Voy a decir lo que parece que acá sólo a la izquierda le toca decir: esta ley hace 17 años está vigente. Si la emergencia alimentaria está vigente hace 17 años es porque todos los que gobernaron no lo hicieron para terminar con el hambre del pueblo, sino para llenarle las arcas a todos los exportadores, a las multinacionales y a los bancos extranjeros. Acá hay un montón de gente que no come y unos pocos que se la llevan en pala. Yo quiero decir lo que no se ha dicho: que esta ley es la que termina con la emergencia alimentaria es una mentira más grande que todo el universo. El 50% de la partida para los comedores no son nada más que 45 pesos. Díganme los que dicen que esta ley trae pan ¿cuantas comidas diarias se comen con 45 pesos?
[...] ¡Por favor, no nos digan que con esta ley vamos a paliar el hambre en este país! ¡Acá hay que dar vuelta la tortilla, la única forma de parar el hambre es cambiar el modelo! Seiscientos mil toneladas de carne vacuna se exportaron: ahí está la carne que le falta a nuestros hogares. 65 mil toneladas de carne de cerdo. La exportación de pollo: 33 mil toneladas. Y la leche, para todos los que hablan acá de la leche de los comedores, 23 mil toneladas de leche se exportan. Acá lo que hay que hacer es nacionalizar el comercio exterior. No puede ser que se sigan llevando la comida de nuestro país, que es el decimotercer productor de alimentos de todo el mundo.
No va a parar el hambre con esta ley. La única forma de que pare es que aumenten los salarios, las jubilaciones, que les den un seguro a quienes se quedan en la calle, que se prohíban los despidos y los cierres de fábricas. En La Matanza, cuando acá hablamos de los comedores, hay 100 mujeres que resisten, en una fábrica de alfajores y galletitas que se llama Mielcita: esa fábrica tendrían que mantenerla abierta para que alimente a todas las escuelas de La Matanza.
Acá estamos hablando de migajas, esta ley se tendría que llamar la de “la redistribución de las migajas” o “que el pueblo se la banque”, mientras se la llevan en pala los empresarios y todos los funcionarios políticos que le hacen el juego votando las leyes que les están pidiendo cada vez que les ponen plata en las campañas.
También tenemos que anular los tarifazos, así no pasa eso de elegir entre comprar carne o pagar los servicios. Y por último, hay que romper con el Fondo Monetario, para que en este país no se vaya un kilo de carne más, ni un litro de leche más o un peso para la usura internacional.
Quiero terminar pidiendo los tres minutos que necesito para un desagravio. El 22 de agosto pasado, dos o tres días después de la devaluación, el Plenario Sindical Combativo marchaba por la Capital Federal para ir al Ministerio de Trabajo a reclamar en el Consejo del Salario. La Policía, ordenada por Macri y Larreta y por la ministra, esa que es innombrable y no conoce el hambre, ordenó reprimir sin permitir que habláramos los diputados presentes con los jefes de la Policía. Quiero denunciar que esto no sólo es una política del gobierno nacional amarillo, sino de todos los gobernadores. Sino pregunten en Chubut, que se robaron todo y el único preso chubutense es Daniel Ruiz, trabajador petrolero preso injustamente hace un año por reclamar contra la entrega de las jubilaciones y que ahora empezó una huelga de hambre. ¡Cuando debería estar preso Arcioni y todos los funcionarios que se robaron la plata de los estatales! También en Córdoba reprimen, se la pasan judicializando la protesta, persiguiendo a los trabajadores. Quienes nos proponen la paz social son los mismos que mandan a reprimir por reclamar lo que nos corresponde por ley. ¡No va a haber paz social ni en este gobierno ni en el otro aunque tengan con un bozal a toda la dirigencia de los movimientos sociales y a los burócratas sindicales, porque en este país plata hay y es la que necesitamos para que no se la lleve más el FMI!”
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