¿Qué pasa si se “renegocia” con el Fondo?: El FMI exige las reformas laboral y jubilatoria
Escribe José Castillo, candidato a Diputado Nacional por Ciudad de Buenos Aires
Alberto Fernández asegura que en una renegociación con el FMI, su futuro gobierno logrará espacio para una política de reactivación de la economía, con aumentos de salarios y jubilaciones. ¡Mentira! El Fondo exigirá más ajuste y “reformas estructurales” para imponer la flexibilización laboral y la liquidación de las jubilaciones.
El candidato a presidente del Frente de Todos ha afirmado una y mil veces que no piensa romper el acuerdo con el FMI. Que su propuesta es “renegociarlo”. El propio Fondo acepta esto. No es la primera vez que lo hace. En los últimos acuerdos, con Grecia, Ucrania, Portugal o Ecuador puso las cartas sobre la mesa de en qué marco podría darse esta “renegociación”.
Técnicamente se trataría del pasaje del actual acuerdo (llamado stand by) a otro conocido como “de facilidades extendidas”. De acuerdo con este último, a cambio de correr un par de años los vencimientos más cercanos, se plantearían fuertes exigencias. Las dos más importantes son la reforma laboral y la previsional.
La reforma laboral es una de las más deseadas perlas que las patronales quieren conquistar. Buscan de hecho, quitarle todas las conquistas que la clase trabajadora ha conseguido con décadas de lucha, flexibilizando al máximo las relaciones laborales. Su modelo es que todos trabajemos con convenios tipo Vaca Muerta, o, si queremos un ejemplo más cercano a las grandes urbes, como los pibes que pedalean horas para Rappi o Glovo. Se busca eliminar las indemnizaciones por despido, las horas extras (estableciendo los llamados “bancos de horas”, donde el trabajador está 24 horas disponible para la patronal, pero sólo cobra lo efectivamente trabajado), o habilitar los mil y un sistemas de “pasantía” o “monotributismo”, donde todos son considerados “emprendedores” y nadie tiene vacaciones, obra social o ART si no lo paga él mismo. En síntesis, se trata de reducir como sea “el costo laboral”, para que los trabajadores seamos “competitivos”, o sea empatemos los niveles de superexplotación más feroces del planeta, como los del sudeste asiático.
El otro gran tema es la reforma jubilatoria. Acá se trata de, en poco tiempo, hacer en la práctica desaparecer el derecho a una jubilación digna, ya hoy muy vapuleada. Vienen por terminar con todos los regímenes especiales, siendo el más importante el docente. Con el objetivo de que, una vez todos “igualados”, se pase a aumentar cada vez más la edad jubilatoria. Además buscan reducir la llamada tasa de sustitución, o sea el porcentaje del salario con que se cobra la primera jubilación. En la actualidad ya no es como marcaba la ley original (del 82%) sino que cuando nos jubilamos recibimos apenas el 50% del ingreso que teníamos en actividad. Pero se busca bajarlo más aun, a 30 o 20%. En concreto, a “achatar” la masa de jubilaciones alrededor de la mínima. Eso lo lograrán además haciendo que las jubilaciones cada vez se ajusten menos por inflación, de tal forma que se pierda aceleradamente el poder adquisitivo. El objetivo último es llegar a un momento en que se pueda reintroducir un sistema de jubilación privada, similar a la estafa que se montó en la década del ´90.
Como vemos, estas dos exigencias de reforma estructural del Fondo, va directa y violentamente contra el presente y el futuro de la clase trabajadora. Desde el Frente de Izquierda Unidad te decimos que no te dejes engañar: no hay “renegociación progresista” con el FMI. La única salida pasa por romper absolutamente el acuerdo con el Fondo, suspender inmediatamente los pagos de deuda externa y poner todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares.