Reunión con la CGT y la UIA en Tucumán: no al pacto social de los Fernández
Escribe Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria Oeste y candidato a diputado provincial Buenos Aires
Alberto Fernández se reunió con la CGT y la UIA para comenzar a dar forma al pacto social. Será el intento de continuar y profundizar el ajuste contra el pueblo trabajador. Desde el sindicalismo combativo y la izquierda denunciamos sus intenciones, decimos que saldremos a enfrentarlo y postulamos un programa alternativo basado en la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda.
El pasado 11 de septiembre, en la provincia de Tucumán, Alberto Fernández mantuvo una reunión con Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT y con Miguel Acevedo, presidente de la UIA (Unión Industrial Argentina). También participaron, entre otros, el gobernador de esa provincia, Juan Manzur y Sergio Massa.
Este encuentro tuvo como objetivo dar un primer paso en la instrumentación de un “Pacto Social”. Se trata de un supuesto “acuerdo” de precios y salarios por seis meses, para “parar la pelota” (de los legítimos reclamos), dice Alberto.
Aprovechando su estadía en la provincia, Fernández se reunió con punteros peronistas de Manzur, compartiendo un asado con 5.000 comensales. Fueron 20.000 kilos de carne, 10.000 kilos de embutidos y 10.000 empanadas, todo con un costo de 20 millones de pesos que pagó el ajustado pueblo trabajador tucumano.
Esta verdadera obscenidad sucedía un día antes de que el Frente de Todos junto con Macri votaran la ley de emergencia alimentaria, que otorga 15 pesos más por persona a los comedores escolares, populares y merenderos. Es un anticipo de lo que debemos esperar del futuro gobierno: banquetes para los de arriba y migajas para nosotros.
El pacto social es ajuste
La historia nos ha enseñado que, tenga el nombre que tenga, el pacto social es sinónimo de ajuste para el pueblo trabajador (ver recuadro en esta página)
“Alberto Fernández no propone un congelamiento de precios, sino que se moderen los aumentos”, dicen en la calle México, sede de sus oficinas, y agregan: “Hay que subir el salario en forma paulatina y con cautela para evitar saltos en la inflación”. Como siempre, para los políticos patronales, el salario de los trabajadores es causante de inflación y la variable que se debe ajustar. ¿Y qué pasa con todo lo que se perdió en estos meses? Macri, con la complicidad de los burócratas de la CGT, quieren arreglarnos con un bono de 5.000 pesos, que ni siquiera está claro cómo o quién lo cobrará (o, peor aún, si se cobrará). Con el pacto social lo que terminará pasando es que le sumarán como mucho algún pequeño aumento “de emergencia”, tras lo cual vendrá el congelamiento salarial y la prohibición de paritarias, mientras las patronales en pocos meses volverán a aumentar los precios a “piacere”. Así la crisis la seguiremos pagando los trabajadores y el pueblo.
Es que el próximo gobierno peronista también tendrá como prioridad que las multinacionales, los usureros y los grandes empresarios continúen siendo los grandes ganadores. Que se la sigan llevando en pala, como alguna vez supo decir Cristina.
Continuará con el ajuste y el pago de la deuda al FMI, que Alberto Fernández reconoce, a pesar de “criticarla” porque estuvo al servicio de la fuga de capitales. Por ello, la miseria que sembró Macri, con casi 2 millones de desocupados plenos, 2,5 millones de subocupados, un 35% de trabajadores en negro y el 49% de los jubilados cobrando haberes de indigencia, no la resolverá el próximo gobierno peronista.
Y los garantes de que todo sea así, serán los burócratas traidores de la CGT y las CTA, que ya apoyan por adelantado el pacto social, y luego tendrán como tarea, una vez más, evitar que los trabajadores estemos en las calles o llevemos adelante cualquier medida de lucha.
Salir a enfrentar el ajuste
El sindicalismo combativo y el Frente de Izquierda Unidad, nos ponemos en la vereda de enfrente del Pacto Social. El encuentro realizado en Pilar (ver página 8), con la participación del movimiento piquetero independiente llama a salir a luchar ya por las reivindicaciones más urgentes de los trabajadores ocupados y desocupados, punto de partida para que la crisis la paguen los ricos, no los trabajadores y el pueblo.
Por eso repudiamos el pacto social que promueve Alberto Fernández y llamamos a enfrentarlo. Planteamos que la salida es el aumento de salarios, la reapertura de todas las paritarias sin techo, la actualización del salario por inflación, un aumento de emergencia para jubilados y planes sociales, que dupliquen su importe mínimo y que cubran la canasta familiar, entre otras medidas. Para ello es imperativo romper con el FMI y dejar de pagar la fraudulenta deuda externa para que ese dinero se destine a financiar estas propuestas.
Esta es la salida que postulamos desde el Frente de Izquierda Unidad. Por eso hay que votarlo el 27 de octubre, al mismo tiempo que seguimos dando la pelea desde el sindicalismo combativo.