Rebelión mundial contra la desigualdad
Como en una especie de tsunami mundial, asistimos a levantamientos, insurrecciones y movilizaciones que conmueven las estructuras políticas en varios países y regiones. Ecuador, Haiti, Puerto Rico, Bolivia, Catalunya, Hong Kong, Líbano, Chile y hasta la lejana Etiopia, son noticia en todo el mundo por las movilizaciones que protagonizan para defenderse de la aplicación de los planes de ajuste.
Escribe Adolfo Santos
• Líbano. En este país, con una de las mayores deuda externa del mundo, la rebelión comenzó cuando el gobierno intentó aprobar un impuesto a los mensajes de voz por celular. Pero eso fue apenas el detonante de un problema más profundo: la inmensa concentración de riquezas y una brutal desigualdad en la distribución de los ingresos. Eso explica las casi dos semanas de paralización en ese país. Las movilizaciones exigen que se vayan todos. Y reafirman: “Todos son todos”. Con esa determinación, ya obligaron a renunciar al corrupto primer ministro Saad Hariri. Y el pueblo, en las calles, va por más.
• Catalunya. Otro ejemplo de este proceso es Catalunya. Respondiendo a la sentencia del Tribunal Supremo, que condenó a doce dirigentes políticos catalanes a un total de 100 años de prisión, cientos de miles salieron a las calles a repudiar el fallo y al propio régimen. Intentan castigar la rebeldía de un pueblo que no se rinde y resiste a la opresión del Estado español. Al calor de esta lucha por el derecho a la autodeterminación catalana y contra la Monarquía, junto a nuestros compañeros de Lucha Internacionalista, continuamos trabajando por construir una alternativa por la República Catalana y para romper con el estado y con un sistema capitalista que ha llevado al pueblo trabajador a la miseria.
• Irak. Más de 100 muertos y miles de heridos, es el saldo de las protestas callejeras realizadas en Bagdad y otras importantes ciudades de aquel país. La movilización, que no deja de crecer pese a la feroz represión del gobierno encabezado por el primer ministro Adel Abdelmahdi, exige el fin de la corrupción, empleo y mejoras de los servicios públicos como educación, salud, la provisión de agua y de energía. Miles de estudiantes universitarios y secundarios se han unido a las protestas desafiando las amenazas del gobierno que decretó toque de queda en la capital. Pese a las promesas de reformas de las autoridades, “el pueblo quiere la caída del régimen” como dicen los manifestantes repitiendo el lema da la primavera árabe. Considerando el coraje de este bravo pueblo, que no se intimida con tanta represión, es posible decir que difícilmente se detendrá hasta conseguir sus objetivos.