El verso de la “ley de góndolas”
Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT
En la última sesión en Diputados se quiso hacer pasar a la ley de góndolas, tanto por el oficialismo como el peronismo, como una ley que va a combatir el aumento de los alimentos y las posiciones dominantes de los formadores de precios. ¿Qué determina la ley? Que en las góndolas de los supermercados pueda haber espacio para que se exhiban productos de pymes y regionales. ¡Pero el problema no es que los alimentos no se ven en las góndolas sino que millones no los pueden comprar!
Con el verso de que con esta ley los precios van a ser “transparentes y competitivos” y que se va a combatir a los empresarios monopólicos y/o abusos desleales es una mentira total. Ya los mismos diputados patronales habían votado la ley alimentaria diciendo que de esa manera se combatía el hambre, algo que fue desmentido por nuestra diputada Schlotthauer cuando se abstuvo, mostrando que esa ley era una farsa que ni siquiera se aplicó.
Si la pobreza va a llegar al 40%, hay millones de niñas y adolescentes que no acceden a los alimentos básicos y el consumo de leche es el más bajo en 29 años es porque los grandes empresarios, de la mano de Macri ahora y antes con el gobierno kirchnerista, tienen una completa impunidad para subir los precios.
Los alimentos se venden al exterior y acá al precio del dólar, por eso suben cotidianamente a pesar de la recesión.
El nuevo gobierno de Alberto Fernández anunció una tarjeta alimentaria (que ya existe) como parte del plan Argentina contra el Hambre. Pero va a destinar 40.000 millones de pesos anuales para alimentos, mucho menos de lo que se va para pagar los intereses de la deuda externa.
Se necesitan medidas de fondo para combatir la inflación, el hambre y la pobreza, no una ley de góndolas. Esto es lo que señaló Schlotthauer junto al resto de los diputados del Frente de Izquierda. Schlotthauer propuso que se apliquen precios máximos y castigo a los remarcadores. Anulación de los tarifazos. Aumento inmediato de salarios y jubilaciones. Por un millón de viviendas populares para reactivar la economía. Plata para combatir la pobreza, no para la deuda, y la nacionalización del comercio exterior, para terminar con el negocio capitalista con los alimentos y que los mismos lleguen a las mesas populares.