Debate frente a la situación latinoamericana: ¿Por qué el peronismo no moviliza contra Piñera?
Desde el 18 de octubre Chile vive una rebelión popular de dimensiones históricas con masivas movilizaciones reclamando “Fuera Piñera”. Se desató una brutal represión de militares y carabineros con violaciones sistemáticas a los derechos humanos, asesinando a decenas de manifestantes, con desaparecidos, abusos sexuales, torturas, heridos y miles de detenidos. Pero las movilizaciones continúan. En nuestro país se realizaron diversas acciones de solidaridad, pero el peronismo no se ha sumado. ¿Por qué?
Escribe Javier Leonforte
En Argentina se dieron dos movilizaciones masivas contra el golpe de estado en Bolivia los lunes 11 y 18 de noviembre. Incluso una sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados el 13 de noviembre votó un repudio al respecto. A esas movilizaciones se adhirió desde el “Encuentro Memoria Verdad y Justicia”, que integramos las organizaciones de izquierda, incorporando la consigna de “viva la rebelión popular en Chile” y “Fuera Piñera”. Pero las organizaciones políticas, sindicales y sociales del peronismo que participaron de las movilizaciones contra el golpe en Bolivia se negaron a participar de las movilizaciones y acciones de solidaridad con el pueblo de Chile.
¿Cómo se explica?
Antes de la elección presidencial del pasado 27 de octubre hubo marchas al consulado y a la embajada de Chile organizadas por la “Asamblea en Solidaridad con los Pueblos de Chile en Buenos Aires” y el propio Frente de Izquierda Unidad realizó su acto de cierre de campaña frente al consulado de Chile en apoyo a la rebelión popular y apoyando el reclamo de “Fuera Piñera”.
Alberto Fernández, lejos de repudiar la brutal represión de Piñera y sus carabineros, le escribió vía twitter el 28 de octubre un agradecimiento hablándole como “Presidente” y llamándolo a “trabajar en común por la integración latinoamericana”. ¿Qué integración nos propone el peronismo con el represor Piñera?
Miles de trabajadores, mujeres y jóvenes repudian el golpe de estado en Bolivia, apoyan la rebelión popular en Chile y tienen una enorme simpatía con la idea de unir a los pueblos de latinoamérica en una lucha común. Por eso clarificar el rol del peronismo en estos acontecimientos históricos es fundamental. A esos luchadores nos queremos dirigir para que reflexionen al respecto.
Pasado más de un mes del inicio de la rebelión popular en Chile, el peronismo mantiene un silencio cómplice ante la brutal represión del gobierno de Piñera y no ha participado de ninguna de las numerosas acciones de solidaridad. Nuestra diputada nacional Mónica Schlotthauer presentó un proyecto de ley para que Argentina rompa relaciones diplomáticas con el gobierno de Chile y el 8 de noviembre nos entrevistamos con funcionarios del gobierno en la Cancillería junto a la “Asamblea en Solidaridad con los Pueblos de Chile en Buenos Aires” e integrantes del “Encuentro Memoria Verdad y Justicia” para denunciar los excesos de la represión y entregar el proyecto de la diputada Schlotthauer. El peronismo volvió a estar ausente, no hubo sesión extraordinaria en el Congreso por este tema, y ni siquiera denuncian las sistemáticas violaciones a los derechos humanos, como si hizo por ejemplo la histórica referente de las Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, que visitó Chile para apoyar la rebelión popular.
El peronismo compara a Piñera con Macri, pero prefiere que siga gobernando la derecha en el país trasandino a que triunfe una rebelión popular que cuestione las privatizaciones, la tercerización laboral, todo un modelo económico de saqueo y miseria y al propio régimen pinochetista. Porque como dicen los chilenos “no son 30 pesos, son 30 años” y ese repudio popular incluye no solo a Piñera, sino también a los anteriores gobiernos de la Concertación como Bachelet, Lagos, Frei y Alwin, gobiernos de la Democracia Cristiana y del Partido Socialista que mantuvieron la herencia económica y política de Pinochet. Chile despertó y quiere que se vaya Piñera. El peronismo no quiere que el actual “ejemplo chileno” de rebeliones populares que cuestionan y desestabilizan gobiernos capitalistas, sean del color político que sean, se irradie por Latinoamérica.