Un acuerdo inaceptable
Acorralado por las fuertes movilizaciones y con la popularidad en caída libre Piñera convocó a la “oposición” para elaborar una propuesta para intentar detener la furia de las calles.
El “acuerdo para un plebiscito constituyente” surgido de la reunión, más que dar respuesta al clamor popular, intenta ganar tiempo para descomprimir la situación. Propone un plebiscito en abril de 2020 para definir si se debe o no modificar la Constitución. En caso de que la respuesta sea afirmativa se deberá determinar con qué mecanismo se hará la reforma, si con una “convención mixta constitucional” compuesta 50% por parlamentarios y 50% por ciudadanos electos para la ocasión; o una “convención constitucional”, para la que todos sus integrantes serán electos para este efecto. Se establece un quorum de dos tercios que le permite a la derecha la posibilidad de veto. Una vez definidos estos criterios la elección constituyente se realizaría en octubre de 2020 y sería refrendada por otro plebiscito ratificatorio en 2021. Además, el acuerdo propone “un firme rechazo a la violencia” -en referencia a las movilizaciones-, aunque no dice una palabra sobre las violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por parte de las fuerzas represivas. Tampoco habla una palabra sobre como resolver las demandas económicas exigidas por los manifestantes. Las movilizaciones posteriores a este acuerdo ya dieron la respuesta sobre el mismo: es inaceptable. El primer punto de cualquier acuerdo para resolver el conflicto debe comenzar por la renuncia de Piñera.