Fuera Estados Unidos de Panamá
Hace 25 años, Estados Unidos le cedió la soberanía del Canal de Panamá a ese país, después de casi un siglo de controlarlo y fuertes levantamientos populares en 1964, para expulsar a los yanquis y tomar el control del canal que une el Oceáno Atlántico con el Pacífico. Pero ahora, Donald Trump afirmó que Estados Unidos quiere “recuperarlo”, porque dice que se está metiendo China.
Desde Propuesta Socialista, sección panameña de la UIT-CI, se llama a la más amplia unidad de los trabajadores y el pueblo para defender a Panamá y al canal.
“La soberanía no se negocia, se defiende con organización, conciencia y lucha de la clase trabajadora y el pueblo. ¡Los Mártires hablaron claro: Un Canal al servicio de las y los trabajadores, no de los empresarios, las navieras ni de los intereses norteamericanos! ¡Trump sacá las manos de Panamá! ¡Un solo territorio, una sola bandera! ¡Vivan los Mártires de enero de 1964!”
Gran huelga ferroviaria en Bangladesh
Una huelga de 25 mil trabajadores ferroviarios en todo Bangladesh se llevó a cabo la semana pasada. Reclaman mejores pensiones y otros beneficios, en un país con salarios miserables. Dirigentes del sindicato ferroviario afirmaron que la huelga continuaría de forma indefinida si el gobierno no acepta sus demandas. El sistema ferroviario estatal opera una red de 36.000 km y transporta a unos 65 millones de pasajeros en esa nación densamente poblada de 170 millones de personas.
Protestas masivas en Alemania contra nazis
“No se juega con los nazis” decían los manifestantes, unos 250.000 en Berlin, acusando a los Demócratas Cristianos de aliarse a la ultraderecha nazi, el partido AfD, y de propiciar una ley contra el derecho de asilo de inmigrantes.
La manifestación de Berlín fue la más numerosa, pero no la única. En la ciudad de Ratisbona salieron a las calles unas 20.000 personas, y el día anterior, 80.000 en Hamburgo y casi 45.000 en Colonia y Stuttgart, según los organizadores.
Escribe: Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo, Izquierda Socialista/ FIT Unidad
Milei habló en Davos, Suiza, en la cumbre elitista que reúne a representantes de gobiernos capitalistas, Ceos de multinacionales, economistas burgueses y burócratas sindicales, entre otros. En esta oportunidad, arremetió contra la denominada “ideología woke” que, según este dinosaurio ultraderechista, representaría un “virus mental y un cáncer que hay que extirpar."
Se refirió por ejemplo a que hay una “agenda sanguinaria del aborto”, que el wokismo “quiere imponernos que las mujeres son hombres y los hombres son mujeres”, negó los femicidios, describió a las diversidades sexuales como “pedófilos y abuso infantil”, señaló que “las universidades son centros de adoctrinamiento”, tildó a los migrantes de “horda que viola o mata”, entre tantas otras barbaridades.
Según Milei, esta ideología “ha colonizado las instituciones más importantes del mundo, desde los partidos y Estados, instituciones no gubernamentales, universidades y medios de comunicación”, poniendo en peligro a la especie humana. ¿A qué se refiere?
La ideología woke (significa “despierto”, “consciente”) es usada mundialmente para popularizar la toma de conciencia en la lucha contra las tremendas barbaridades de este capitalismo imperialista mundial: la explotación, el racismo, la desigualdad de género, la opresión, la destrucción ambiental, la migración forzada por guerras o dictaduras, entre otras. Una lucha loable que crece. ¿Por qué la ataca Milei teniendo que dedicarle media hora en Davos? Porque le duele que así sea. Lo coleriza igual que a los Trump y a sus socios del mismo palo, por eso su cruzada discursiva y política aberrante, extravagante y peligrosa. ¡Que vivan entonces todos estos reclamos!
Milei se postula como salvador de la humanidad cual profeta sanador de esos que se ven por TV en altas horas de la noche. Pero sus loas a la “libertad” caen en saco roto. Tuvo que hacer malabares para defender al magnate multimillonario Elon Musk diciendo que su saludo nazi fue “inocente”, recibiendo un repudio colosal. Al que le sumó su frase persecutoria de “zurdos tiemblen, los vamos a ir a buscar.”
Miremos a quiénes nombró como “compañeros” de su pelea libertaria: al “maravilloso” Musk, a Trump, a la derechista “dama italiana y amiga” Meloni; Bukele de El Salvador, al ultraderechista Orbán en Hungría y a Benjamín Netanyahu de Israel, diciendo que con estos personajes se formó “una alianza internacional de todas aquellas naciones que queremos ser libres y creemos en las ideas de la libertad”. Resaltemos de estos nombres al sionista Netanyahu, ¡el genocida del pueblo palestino condenado incluso por un tribunal internacional quien es repudiado por millones en el mundo!
Milei dice que hay un capitalismo hegemonizado por un Estado feroz y que por eso hay que sanarlo con la receta de su liberalismo ultraderechista (las denominadas reglas del mercado). Pero el liberalismo de Milei es la misma versión capitalista en su expresión ultraderechista. Milei está con este capitalismo explotador, destructor, saqueador, patriarcal, represor. El mismo sistema capitalista que defienden, bajo distintas formas, Putin, la dictadura imperialista china, los dictadores Maduro en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua.
“Las funciones del Estado deben limitarse a la defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”, dice. Pero la vida, la libertad y propiedad privada de Milei es la de los grandes capitalistas, ricos y millonarios, mientras se las expropia a millones.
Milei dijo nuevamente la patraña de que está sacando al país de la postración, de una “Argentina infectada de socialismo”, cuando nunca hubo socialismo en nuestro país. Y sostiene que la solución vendrá con “la reducción drástica del tamaño del Estado”, es decir, atacar sin piedad los salarios, las jubilaciones, la salud y educación públicas, la ciencia y tecnología, saquear nuestros recursos naturales y bienes comunes y cuanta conquista hayamos logrado con lucha y movilización.
Al final terminó su discurso con otra frase mentirosa: “Hoy, al igual que hace 215 años, la Argentina ha roto sus cadenas y los invita a todos los mortales del mundo a oír el grito sagrado, libertad, libertad, libertad”. Pero precisamente en 1810 se logró el primer gobierno patrio y en 1816 se conquistó la independencia de los reyes de España. Seguir por ese camino liberador no pasa por sumarse a la ultraderecha de Milei (lamebotas del imperialismo yanqui y de Trump), sino por abrazar otro proyecto completamente opuesto, como sostenemos desde la izquierda. Conquistando una Segunda y Definitiva Independencia del FMI, las multinacionales, los bancos y grandes capitalistas. Luchando por un gobierno de quienes generan la riqueza, las y los trabajadores y el pueblo, con una Argentina Socialista que dé plena democracia para el pueblo trabajador, terminando con este sistema capitalista y podamos construir una sociedad sin explotados ni explotadores que dé trabajo y bienestar a millones que lo necesitan.
En definitiva, la receta de Milei es vieja como la peste. Tampoco es salida la que ofrece el peronismo que ya gobernó con hambre y corrupción generando el caldo de cultivo para que llegue este personaje nefasto al poder, sino la que enarbolamos desde la izquierda. Por eso llamamos desde Izquierda Socialista a pelear por ella en las calles y en las elecciones con el Frente de Izquierda Unidad.
Escribe Miguel Ángel Hernández, dirigente del PSL, sección venezolana de la UIT-CI
23/1/2025. En medio de una ola de frio ártico, cruda manifestación del cambio climático que niega el ultraderechista Donald Trump, éste asumió como cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos, el pasado 20 de enero.
Lugar privilegiado en la ceremonia tuvieron Elon Musk el CEO de Tesla y SpaceX, Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario de The Washington Post, Mark Zuckerberg, el CEO de Meta y cofundador de Facebook, Sundar Pichai, CEO de Alphabet, empresa matriz de Google y Tim Cook, CEO de Apple. Reflejando que el de Trump será un gobierno de los CEO de las grandes transnacionales. Así como gobernantes y líderes ultraderechistas de otros países como Javier Milei, Nayib Bukele, Giorgia Meloni y Santiago Abascal de Vox en el Estado español.
Su discurso de media hora se caracterizó por la arrogancia, la prepotencia y el ultranacionalismo. «Estados Unidos recuperará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra, inspirando temor y admiración en todo el mundo». Refiriéndose al canal de Panamá, afirmó amenazante: “y lo vamos a recuperar”.
Tildó de criminales a los inmigrantes: “muchos de ellos provenientes de prisiones e instituciones psiquiátricas que han ingresado ilegalmente a nuestro país desde todas partes del mundo”. Amenazó con una guerra comercial: “aplicaremos aranceles y gravámenes a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”, y ratificó su carácter misógino y antiderechos al afirmar que “será política oficial del gobierno de Estados Unidos que sólo haya dos géneros, masculino y femenino”. El acto además se cerró con el discurso de un rabino sionista
En su primer día como presidente de la principal potencia imperialista del mundo, Trump firmó una batería de decretos, que ya prefiguran el carácter profundamente antipopular de su gobierno, y que marcan una ofensiva de ataques contra los derechos del pueblo norteamericano y los pueblos del mundo.
Algunas de esas medidas son eliminar directrices previas que apuntaban a reducir el precio de medicinas; congelar contrataciones de empleados públicos y enviar a sus casas, con el objetivo de despedirlos posteriormente, a empleados federales que ingresaron al gobierno en el marco de un programa por la diversidad, la equidad y la inclusión; la ciudadanía por nacimiento; medidas que favorecían la protección del medio ambiente, lo que Trump denominada “el ambientalismo radical”; decretos para eliminar los programas en favor de diversidad sexual. Anunció también la retirada de Estados Unidos, del acuerdo climático de París, por segunda ocasión, también de la Organización Mundial de la Salud, declaró la «emergencia energética nacional», para ampliar significativa y sin controles ambientales, la extracción de petróleo y gas. Igualmente indultó a los 1500 ultraderechistas que tomaron violentamente el capitolio estadounidense en el 2021, entre muchas otras medidas.
El regreso del ultraderechista Donald Trump a la presidencia es la manifestación en Estados Unidos de la crisis y decadencia social, económica y política que atraviesa desde hace años el sistema capitalista-imperialista.
Su nuevo gobierno no traerá ningún tipo de mejora para el pueblo trabajador, para las mujeres, la juventud estadounidense ni para los inmigrantes. Nada se puede esperar en beneficio de los pueblos del mundo, para los palestinos, para el pueblo ucraniano y demás pueblos explotados y oprimidos del mundo.
Será un gobierno que se apoyará en las grandes transnacionales, como ya se evidenció en el acto de juramentación, con la presencia de los CEO de varias empresas tecnológicas. Trump continuará la explotación del pueblo trabajador norteamericano y la expoliación de los pueblos del mundo. Estados Unidos seguirá siendo el gendarme del mundo, expresado en el eufemismo de “la paz a través de la fuerza”, que refleja su peligroso carácter fascistoide y agresivo, que no podemos minimizar y al cual debemos enfrentar, y que además puede envalentonar a otros lideres y gobernantes de la extrema derecha en el mundo.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), seguiremos llamando a la clase trabajadora, a la juventud, a las mujeres, a las disidencias y a los sectores populares de los Estados Unidos a movilizarse por sus reivindicaciones. En ese sentido es importante destacar las grandes marchas y concentraciones que se realizaron en todo Estados Unidos, el día antes de la toma de posesión de Trump. Miles marcharon en New York, Washington y otras 350 ciudades en todo Estados Unidos, reiterando sus demandas por los derechos y libertades de las mujeres, en defensa de los inmigrantes, por la diversidad sexual, en apoyo al pueblo palestino, entre otros reclamos. Se manifestó así la disposición del pueblo estadounidense de enfrentar en las calles al ultraderechista Donald Trump. Como dijo uno de los manifestantes en la capital norteamericana: “No nos vamos a quedar quietos mientras los multimillonarios se enriquecen aún más y otros padecen hambre en las calles”.
Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
Después de quince meses de genocidio en Gaza, la heroica resistencia palestina y la inmensa solidaridad popular mundial obligaron a Israel a acordar con Hamas, con “mediación” de Estados Unidos, Egipto y Qatar, un alto el fuego. En esta nota retomamos y actualizamos conceptos contenidos en la declaración publicada el 15 de enero por la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI).
El ataque genocida de Israel desde el 7 de octubre de 2023 se cobró la vida de cerca de 50 mil palestinos en Gaza y 800 en Cisjordania y Jerusalén este. El acuerdo significa un retroceso de Israel ya que ha fracasado en su intento de destruir la resistencia del pueblo palestino y colonizar Gaza, en su plan de construir el “Gran Israel”.
En Gaza se celebra con algarabía y combatividad el acuerdo a pesar de que Netanyahu amenazó con no firmarlo y ordenó nuevos bombardeos con decenas de muertos en los últimos días antes de que entrara en vigencia. Pero ante el temor de que se extienda el conflicto y genere una mayor inestabilidad en la región, hubo una presión directa del imperialismo yanqui, de Biden y de Trump, y europeo, para que lo firmara.
Primeros palestinos liberados
El primer punto del acuerdo durará cuarenta y dos días y es el alto el fuego y la liberación de presos de ambos lados. Hamas se comprometió en la primera fase a liberar a 33 de los 90 israelíes detenidos en Gaza, e Israel a 1.900 de los casi 10.000 presos palestinos que sufren años de cárcel.
Los primeros 90 palestinos liberados, 69 mujeres, 12 hombres y 9 adolescentes, algunos sin acusación y otros acusados de supuestos delitos de “alteración del orden público”, mostraron cómo son víctimas de las brutales prisiones de Israel. En muchos casos dejan de darles alimentos y centenares han muerto en la cárcel.
Entre los liberados está Khalida Jarrar, una líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Estaba presa desde hacía catorce meses: “La celda es una pequeña caja hermética. Sólo hay un retrete en la celda con una pequeña ventana encima, que fue sellada. Me asfixiaba en mi celda, esperando a que pasen las horas, con la esperanza de encontrar unas pocas partículas de oxígeno para respirar y seguir viva”. Por todo esto, la liberación de estas presas y presos, aunque sea de una minoría, es un gran logro.
El acuerdo
Además el acuerdo incluye el retiro paulatino de las tropas invasoras, de los principales centros urbanos y del centro de Gaza, aunque algunas unidades invasoras permanecerán en la frontera. Este acuerdo permitiría el regreso de casi 2,5 millones de palestinos que habitan en campos de refugiados, a sus lugares de residencia (aunque la mayoría con sus casas destruidas), y el ingreso de 600 camiones de ayuda humanitaria por día a través de los pasos fronterizos con Egipto que estaban bloqueados por Israel. En la segunda fase, que se comenzaría a negociar en dos semanas, se impondría un alto el fuego permanente, la entrega de la totalidad de los rehenes y el retiro del 100% de las tropas. La tercera fase consistiría en resolver el gobierno de Gaza y su reconstrucción.
Israel se ha negado a dar garantías de que no continuarán los bombardeos tras la liberación de los rehenes, lo cual demuestra la endeblez del acuerdo. Y queda el interrogante de qué tipo de gobierno querrán imponer a Gaza.
Un triunfo de la resistencia y la movilización mundial
La movilización mundial y la resistencia palestina lograron un importante triunfo ya que le impone al gobierno sionista que la única forma de recuperar los rehenes es con la retirada de sus tropas. ¡Israel y las armas de los Estados Unidos y la Unión Europea no pudieron liquidar a la resistencia!
Después de más de un año de genocidio en Gaza, Israel no logró los objetivos que se planteó cuando inició la agresión en 2023: no pudo ocupar el territorio gazatí en forma definitiva, no logró liquidar a Hamas y a las demás organizaciones de la resistencia palestina, y ahora deberá retirar sus tropas.
El acuerdo demuestra también la crisis interna del sionismo y su aislamiento mundial. Las movilizaciones en Israel fueron masivas exigiendo una tregua para la liberación de los rehenes. Netanyahu tiene pedido de captura por parte de la Corte Penal Internacional; y aunque esto fue rechazado por Estados Unidos y otros países, el impacto político no pudo ser ocultado. El gobierno sionista está en profunda crisis. Mientras que el presidente de Israel Issac Herzog, llamó a aceptar el acuerdo, el ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, lo considera como “una rendición” y dimitió el domingo 19 junto con otros dos ministros del partido Otzma Yehudit (Poder Judío) del gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
La combinación de la heroica resistencia del pueblo palestino, la expansión de la movilización mundial en repudio al genocidio, la crisis interna y el aislamiento internacional de Netanyhau, impusieron a su gobierno este acuerdo.
Joe Biden, responsable de haber entregado las armas a Israel para el genocidio, se atribuye haber logrado la firma del acuerdo. Y Trump, que acaba de asumir el gobierno, se autoconsidera autor del cese del fuego y afirma que “continuará trabajando con Israel para asegurarse de que Gaza nunca más se convierta en un refugio seguro para terroristas”.
Pero para el imperialismo el problema principal es la desestabilización del Medio Oriente y el enorme repudio popular en Estados Unidos y Europa al genocidio perpetrado por Israel.
Sostener la movilización hasta el retiro total de las tropas y defender la integridad de toda Palestina
La tercera fase del acuerdo es la más problemática. Derrotado en su intento, Israel buscará maniobrar para evitar la retirada total de las tropas y terminar con el legítimo gobierno de Hamas en Gaza, así como la integridad territorial de Palestina. Netanyahu y Trump se niegan a reconocer el gobierno de Gaza y solo la movilización internacional, junto a la resistencia palestina, pueden impedir las maniobras del sionismo para no cumplir el acuerdo.
Además, Israel está atacando a Yenin, al norte de Cisjordania, también territorio palestino invadido, donde asesinó al menos ocho personas e hirió a treinta y cinco resistentes palestinos, después del acuerdo de alto el fuego.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a las organizaciones democráticas, de la clase trabajadora y las juventudes del mundo a sostener la movilización: ¡Fuera todas las tropas de Israel de Gaza! ¡Basta de bombardeos! ¡Alto a los ataques en Cisjordania! ¡Por la apertura inmediata de todos los pasos fronterizos para la llegada masiva de ayuda internacional para terminar con el hambre y las enfermedades en Gaza! ¡Castigo a Netanyahu y justicia para las víctimas del genocidio! ¡Por la reconstrucción de Gaza y toda la Palestina destruida, sin intervención militar de Israel ni de las potencias imperialistas! ¡A poner en pie cada vivienda, escuela y hospital bombardeado! ¡Por la libre autodeterminación de Gaza y reconocimiento de su gobierno y sus organizaciones! ¡No a la intervención política de Gaza y Palestina! ¡Ni un dólar ni un arma más a la máquina genocida! ¡Ruptura de relaciones económicas, políticas, militares y diplomáticas con Israel! ¡Por una Palestina libre del río al mar!
*Nota original aquí https://izq.ar/17k
Escribe Prensa UIT-CI
15/01/2025. Durante el 15 de enero, Estados Unidos, Egipto y Qatar como países mediadores, anunciaron la firma de un acuerdo de alto el fuego en Gaza. El acuerdo llega luego de 15 meses de bombardeos y agresiones terrestres por parte de Israel que se cobraron la vida de cerca de 50 mil palestinos en Gaza y 800 en Cisjordania y Jerusalén este. El acuerdo significaría un rotundo retroceso de Israel y una derrota de su política genocida que ha fracasado en su intento de destruir la resistencia del pueblo palestino y colonizar Gaza, en su plan fascista de construir el “Gran Israel”. En Gaza se celebra con algarabía y combatividad el acuerdo y el triunfo de la resistencia.
El acuerdo de alto el fuego
Luego de meses de negociaciones, Netanyahu se vio obligado a firmar un alto el fuego que desde julio de 2024, rechazaba con contundencia. El acuerdo comienza a funcionar el domingo 19 de enero y constaría de tres fases. En la primera, que duraría 42 días, se impondría un cese al fuego y Hamas se comprometió a entregar 33 rehenes. A cambio de ello, Israel liberaría a “varios cientos” de prisioneros palestinos que permanecen en las cárceles del sionismo.
El acuerdo incluye el retiro paulatino de tropas invasoras de Gaza, de los principales centros urbanos y del corredor de Netzarim, que actualmente divide la ciudad en dos. Aunque, algunas unidades de las fuerzas permanecerán en la frontera. Este acuerdo permitiría el regreso de casi 2,5 millones de palestinos que se han desplazado y habitan en campos de refugiados y el ingreso de 600 camiones de ayuda humanitaria por día a través de los pasos fronterizos con Egipto y se liberaría el paso de Filadelfia, actualmente controlado por Israel. En la segunda fase se impondría un alto el fuego permanente, la entrega de la totalidad de los rehenes y el retiro del 100% de las tropas. Esta fase se comenzaría a negociar el día 16 de la primera fase. La tercera fase consistiría en resolver el gobierno de Gaza y su reconstrucción.
Hasta el momento, Israel se ha negado a dar garantías escritas de que no continuará los bombardeos tras la liberación de los rehenes, y quedan muchos otros interrogantes sobre la mesa, empezando por si la coalición de gobierno de ultraderecha en Israel se mantendrá o qué tipo de gobierno querrán imponer a Gaza.
Una derrota de Netanyahu, un triunfo de la resistencia y la movilización mundial
La movilización mundial y la resistencia palestina obtendría un importante triunfo ya que le impone al gobierno sionista que la única forma de recuperar los rehenes es con la retirada de todas las tropas israelíes. Una vez más Israel, aunque sea momentáneamente, fracasa en su plan expansionista. ¡Israel y las armas de los Estados Unidos y la Unión Europea no pudieron liquidar la resistencia!
Después de más de un año de genocidio en Gaza, Israel no logró ninguno de los objetivos que se planteó cuando inició la agresión después del 7 de octubre del 2023: no pudo ocupar el territorio gazatí, y ahora debería retirar todas las tropas; no logró liquidar a Hamas y a las demás organizaciones de la resistencia palestina, y a los rehenes solo los recuperará tras el acuerdo que se acaba de firmar, y por el que hay que seguir luchando para imponerlo.
El acuerdo demuestra también, la crisis interna del sionismo y su aislamiento mundial. Las movilizaciones en Israel fueron masivas y exigían una tregua para la liberación de los rehenes. Incluso en este momento, se mantiene una vigilia de familiares de los rehenes apostados desde hace días frente a la residencia de Netanyahu, quien sostenía que “no pararía hasta destruir a Hamas”. En la actualidad, Netanyahu tiene pedido de captura por parte de la Corte Penal Internacional; y aunque esto fue rechazado por Estados Unidos y otros países aliados, el impacto político no pudo ser ocultado y redujo al mínimo su capacidad de maniobra.
La combinación de la heroica resistencia del pueblo palestino, la expansión de la movilización mundial en repudio al genocidio, la crisis interna y el aislamiento internacional de Netanyhau, impusieron a su gobierno un acuerdo que fue presentado en mayo-junio de 2024 y que hasta el momento se negaba a firmar. Mientras el gabinete de Israel debe ratificar el acuerdo, la crisis al interior del mismo se profundiza. Ya el ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, considera al acuerdo como “una rendición”, y llama a otros funcionarios a renunciar. El ultraderechista ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, considera al acuerdo como “malo y peligroso”. Por otra parte, quien apareció anunciando el acuerdo fue el presidente de Israel Issac Herzog, quien exhortó a los miembros del gobierno de Netanyahu a aceptarlo.
Biden se atribuye el éxito del acuerdo y Trump sostiene “la paz a través de la fuerza”
Por su parte el jefe del imperialismo norteamericano, Joe Biden se atribuye haber logrado la firma del acuerdo e hipócritamente argumenta que “el pueblo palestino se lo merecía”, que “la gente inocente de Gaza ahora tendrá acceso a la ayuda humanitaria”. Ayuda que no llegaba por el cerco criminal impuesto por Israel, a quien Estados Unidos y la Unión Europea financiaron y armaron hasta los dientes, armas con las que Netanyahu ejecutó el genocidio contra el pueblo palestino. Trump, quien asumirá el próximo 20 de enero el gobierno de los Estados Unidos, afirmó en su red social Truth Social que la Casa Blanca «continuará trabajando estrechamente con Israel y nuestros aliados para asegurarse de que Gaza nunca más se convierta en un refugio seguro para terroristas».
Sostener la movilización hasta el retiro total de las tropas y defender la integridad de toda Palestina
La tercera fase del acuerdo es la más problemática y dependerá de seguir la movilización y la solidaridad internacional de los pueblos del mundo con la resistencia y el pueblo palestino, hasta que no quede un solo soldado israelí en territorio gazatí y en toda Palestina.
Derrotado Israel, buscará diversas maniobras para evitar la retirada total de las tropas y respetar al legítimo gobierno de Hamas en Gaza, así como la integridad territorial de Palestina. Netanyahu y Trump se niegan a reconocer el actual gobierno de Gaza y solo la movilización internacional, junto a la resistencia palestina, pueden impedir las maniobras de Netanyahu para no cumplir el acuerdo.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a las organizaciones democráticas, de la clase trabajadora y las juventudes del mundo a sostener la movilización: ¡Fuera todas las tropas de Israel de Gaza! ¡Baste de bombardeos! ¡Por la apertura inmediata de todos los pasos fronterizos para la llegada masiva de ayuda internacional para terminar con el hambre y las enfermedades! ¡Castigo a Netanyahu y justicia para las víctimas del genocidio! ¡Por la reconstrucción de Gaza y toda la Palestina destruida, sin intervención militar de Israel ni de las potencias imperialistas! ¡A poner en pie cada vivienda, escuela y hospital bombardeado! ¡Por la libre autodeterminación de Gaza y reconocimiento de su gobierno y sus organizaciones! ¡No a la intervención política de Gaza y Palestina! Exigimos: ¡Ni un dólar más a la máquina genocida! ¡Ruptura de relaciones económicas, políticas, militares y diplomáticas con Israel! ¡Por una Palestina libre del río al mar!
15 de enero de 2025