Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CIEscribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
La movilización realizada el 7 de marzo fue la sexta y más grande de las masivas protestas contra la reforma de la ley de pensiones que intenta el presidente Emmanuel Macron. El sábado 11 hubo otra marcha nacional. Además varios sectores claves anunciaron el comienzo de “huelgas prorrogables” (es decir se mantendrían en huelga contínua decidida por asambleas). Pese a esto, el Senado aprobó la reforma y anunciaron que se aprobará en diputados esta semana.
La movilización del martes 7 de marzo, convocada por ocho centrales sindicales, fue de 1,28 millones de personas, según el gobierno, y de 3,5 millones según la central sindical CGT (700 mil sólo en París). Es la mayor protesta en tres décadas. Y es superior a la del 31 de enero, cuando se movilizaron 2,8 millones.
Al término de la jornada, el frente sindical pidió a Macron una reunión “urgente”, porque su “silencio ya no es posible”. Pero no sólo se negó a la reunión, sino que la propuesta de ley fue aprobada en el Senado.
Varios sectores claves, como las refinerías, los ferrocarriles y el sector energético, resolvieron las huelgas prorrogables.
La basura se acumulaba en las calles de París y se bloquearon las entregas de combustible de las refinerías porque estos continuaban con las huelgas contra la reforma jubilatoria. También se interrumpió el suministro eléctrico y se retrasó el mantenimiento de algunos reactores nucleares.
Otra muestra de la voluntad desde las bases de radicalizar las medidas, es que se organizaron piquetes y bloqueos de carreteras en muchos lugares del país.
Los sindicatos también apoyaron las manifestaciones convocadas para el miércoles 8 con motivo del Día Internacional de la Mujer y el jueves 9, llamado por los estudiantes, que se están movilizando en toda Francia.
Lo intentan desde hace muchos años
La reforma de la ley de pensiones no es sólo el aumento de la edad jubilatoria de 62 a 64 años, sino que cambia las condiciones y exige un mínimo de 43 años de aportes en momentos en que cada vez más jóvenes no tienen trabajos regulares. Dos de cada tres franceses, según todos los sondeos, se oponen a esta reforma.
El ataque al sistema de pensiones es una exigencia de los capitalistas franceses desde hace décadas antes de Macron. El primer intento serio de la burguesía francesa de rebajar a las jubilaciones fue en 1995 con el infame “Plan Juppé”, derrotado por el movimiento de masas más importante sucedido en Francia desde mayo de 1968.
El actual presidente Macron también lo intentó 2019-2020, provocando la oleada de huelgas más grande de las dos últimas décadas, incluyendo el movimiento casi insurreccional de los “chalecos amarillos” y una huelga ferroviaria de seis meses de duración que obligaron a su gobierno a retirar el plan de reforma de las pensiones cuando este ya había sido aprobado por el Parlamento.
Ahora todo está peor con la crisis capitalista
Aunque Macron está más debilitado que en el 2019, el capitalismo está más en crisis y pretenden que la crisis la paguen los trabajadores. El compromiso de Macron es aumentar o recuperar las ganancias de los capitalistas franceses después de la pandemia. Por eso ni se reúne con las direcciones sindicales para discutir alguna modificación. La ley de pensiones es parte de eso, pero no sólo es la ley de pensiones, también están los salarios y las leyes laborales. Por eso el descontento de millones.
Y hoy en Francia el gobierno sigue diciendo que va a aplicar sí o sí la reforma de pensiones.
Para los trabajadores, las pensiones tampoco son el único problema que empeoró su situación. El tema salarial, ante los aumentos de precios de energía y alimentos, es también un reclamo central. Aunque los dirigentes burocráticos de las centrales sindicales no lo están tomando con el argumento de que “lo primero” es que se retire la reforma de pensiones.
Es la economía capitalista en su conjunto, en Francia y en el mundo, la que está tratando de hacer pagar su peor crisis a las y los trabajadores.
La necesidad de un plan de lucha
Si bien las ocho centrales sindicales se han unido y también con el movimiento estudiantil, las direcciones sindicales burocráticas siguen sin profundizar las medidas con un plan de lucha, mientras intentan negociar con Macron, que se niega públicamente a toda negociación.
Esto plantea también la necesidad de que, al calor de esa gran lucha, trabajadores, trabajadoras y jóvenes se organicen en la perspectiva de conformar una alternativa socialista revolucionaria por un cambio de fondo que termine con este desastre capitalista, por una alternativa política para terminar con el gobierno de Macron, hacia un gobierno del pueblo trabajador.
Es evidente que en lo inmediato, para derrotar al gobierno y sus planes, “lo primero” es que habrá que preparar un plan de lucha endureciendo cualitativamente las medidas, como lo plantean sectores de base con las huelgas (“reconducible”) que ya están realizando del conjunto del país y también los bloqueos. Y para eso incorporar al conjunto de los trabajadores, trabajadoras y jóvenes, con sus demandas, incluyendo la salarial y plenos derechos laborales, por un plan económico del pueblo trabajador.
Desde la UIT-CI damos todo el apoyo a esta grandiosa lucha del pueblo trabajador francés.
Por José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista, sección argentina de la UIT-CI
13/3/2023. El viernes 12 de marzo se produjo la quiebra del Silicon Valley Bank. Desató un tembladeral durante todo el fin de semana y una fuerte caída de las cotizaciones de los bancos en las bolsas de todo el mundo. Una nueva señal de un capitalismo imperialista en crisis crónica. Sea cual sea el desenlace de ese episodio, los grandes capitalistas intentarán que sean la clase trabajadora y los pueblos del mundo quiénes paguen los platos rotos.
El Silicon Valley Bank era una entidad financiera especializada en financiar a empresas tecnológicas, tanto grandes corporaciones como las más pequeñas y emergentes startups. Era el banco número 16 en tamaño en los Estados Unidos. Su quiebra es la segunda en tamaño en toda la historia de los Estados Unidos (la mayor, en 2008 fue la de Lehman Brothers, en el pico agudo de la crisis en ese momento).
Más de la mitad de las empresas tecnológicas de la región del Silicon Valley en el estado de California, tenían dinero depositado en dicho banco, entre ellas la inmensa mayoría de las denominadas “startups”.
Ante los rumores sobre la caída del banco, se produjo una corrida entre jueves y viernes pasado, donde se retiraron 42.000 millones de dólares. Finalmente, la Reserva Federal yanqui terminó declarando la quiebra. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos de los Estados Unidos, entidad estatal, quedó como “liquidador” y a cargo de los 175.000 millones de dólares en depósitos. El problema era que los depósitos sólo están garantizados hasta 250.000 dólares por cuenta, cubriendo sólo al 7% de los mismos.
¿Por qué había tantos depósitos voluminosos en las cuentas del Silicon Valley Bank? Porque la mayoría pertenecía a nuevas empresas tecnológicas, las llamadas startups. Una startup es una empresa nueva, en general pequeña que, por ubicarse en el rubro de las nuevas tecnologías, aspira a crecer muy rápidamente. Recurren al capital de terceros, sean especuladores, otras empresas grandes o bancos. Muchas veces, las startup tienen dificultades para conseguir financiamiento de los bancos más tradicionales, ya que no cumplen los requisitos de seguridad. El Silicon Valley Bank era un banco especializado en dar estos créditos de “riesgo”.
Las startup no suelen tener muchos ingresos: pagan a sus empleados y otras facturas con el efectivo que recaudan vendiendo acciones a los inversores de riesgo. Y guardan el dinero recaudado excedente en algún lugar. Muchas de ellas lo tenían en cuentas del Silicon Valley Bank, ya que era ese mismo banco el que les había otorgado préstamos que otros bancos más importantes le habían negado.
Una burbuja que se desinfla
Lo que sucedió fue un nuevo capítulo de los típicos estallidos de burbujas especulativas. En 2021, estas empresas tecnológicas de capital de riesgo habían logrado financiamiento por 330.000 millones de dólares. Todo en un contexto donde, luego de la pandemia, se expandían aceleradamente. Pero luego sucedió que sus negocios no resultaron tan rentables, y empezaron a achicarse (una de las manifestaciones de ello es el despido de centenares de miles de trabajadores de todas las empresas del sector tecnológico). Al mismo tiempo, la Reserva Federal empezó a subir la tasa de interés para tratar de bajar la inflación, encareciendo el crédito.
El Silicon Valley Bank, por su parte, había colocado en bonos del Tesoro a 40 años los depósitos en su poder. Cuando la Reserva Federal subió la tasa de interés, los viejos bonos, con tasas más bajas, perdieron valor y su cotización empezó a caer. Los depositantes de las empresas tecnológicas, al enfrentarse al hecho de que sus negocios no eran rentables, trataron de retirar el dinero de los bancos. Pero el banco no podía pagarles: sólo tenía esos bonos devaluados como contrapartida. El Silicon Valley Bank trató de vender sus propias acciones para recaudar efectivo, pero estas también empezaron a caer. Ahí se dio la corrida y la quiebra.
La quiebra del Silicon Valley Bank es una consecuencia entonces, de la suba de tasas de la Reserva Federal, que, con el objetivo de bajar la alta inflación yanqui, está dispuesta para ello a avanzar hacia una recesión. Con altas tasas, el dinero es más caro y escaso, y eso desata corridas como la que terminó con el Silicon Valley Bank. Pero también es consecuencia de que está desinflando la burbuja especulativa de las empresas tecnológicas, y cada inversor trata desesperadamente de rescatar su dinero.
Bancos sin control
Una pregunta pertinente es porqué se permitió al Silicon Valley Bank tener semejante exposición al riesgo, jugando con los depósitos de sus clientes depositándolos en bonos que terminaron perdiendo valor. La respuesta es que, en 2015, el gobierno de Donald Trump había desarmado casi todas las regulaciones que se habían creado en la crisis de 2008 para evitar que ello volviera a suceder. Fue justamente Greg Becker, el presidente del Silicon Valley Bank, el principal lobbysta en el Senado yanqui para que se redujeran las regulaciones a los bancos con capital menor a 250.000 millones dólares (en ese entonces todo banco con activos superiores a 50.000 millones de dólares estaba sometidos a fuertes controles). Al flexibilizarse los controles, cientos de bancos, entre ellos el Silicon Valley Bank, quedaron con las manos libres para todo tipo de maniobra especulativa.
La quiebra del Silicon Valley Bank ha afectado a un gran número de empresas tecnológicas de diverso tamaño, que, si no recuperan su dinero, no están en condiciones siquiera de pagar los salarios de este mes. Tal el caso de Roku (dispositivos de streaming de bajo precio), Circle (tecnología de gestión de pagos electrónicos), Roblox (plataforma de juegos en línea), BlockFi (prestamista de criptomonedas), Compass Coffee (cafetería on line), Camp (juguetería on line), Axsome Therapeutics (farmacéutica), Rippling (gestión de pagos), entre las más importantes.
¿Primer paso hacia otro crack?
La caída del Silicon Valley Bank es, sin duda, la que hizo más ruido. Pero previamente ya se había producido la quiebra del banco especializado en criptomonedas Silvergate y este lunes la propia Reserva Federal tuvo que declarar el cierre del Signature Bank.
El lunes cayeron las cotizaciones de todos los bancos en las principales bolsas del mundo, temiendo un efecto contagio. Empiezan a aparecer ramificaciones de afectados fuera del área de las empresas del Silicon Valley. Empresas tecnológicas de Israel y la India aparecen involucradas. También en Gran Bretaña, donde trascendió que el HSBC habría adquirido la sucursal británica del Silicon Valley Bank por sólo una libra esterlina.
Buscando evitar que el pánico se extienda, hubo un comunicado conjunto de la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, garantizando que todos los depósitos serían pagados. El propio presidente yanqui Joe Biden tuvo que salir a defender al sistema bancario, planteando que habría nuevas regulaciones, tema difícil de implementar con la actual composición del Congreso norteamericano. Sin embargo, ninguno de estos anuncios logró llevar tranquilidad, y al cierre de los principales mercados de este lunes seguía la incertidumbre.
No podemos anticipar si ya estamos ante un nuevo crack del tipo que vivió el capitalismo imperialista en 2008, o si los grandes banqueros, los gobiernos imperialistas y los organismos financieros internacionales lograrán controlar la situación. Lo que sí podemos afirmar que esto que está sucediendo no es más que un capítulo más de una crisis crónica del capitalismo imperialista que ya lleva medio siglo con innumerables situaciones de este tipo, muchas de las cuales terminaron en crisis agudas globales. Y que en todos los casos comenzaron por el estallido de burbujas especulativas generadas por ganancias ficticias, ante el hecho concreto de que en el capital productivo las tasas de ganancias siguen a la baja. Hay billones de dólares colocados en la especulación financiera, bursátil, inmobiliaria, en negocios de la nueva tecnología totalmente sobredimensionados o en el sube y baja de las criptomonedas. Que en cualquier momento puede estallar. Y luego, como siempre, se tratará de que la crisis la paguen los trabajadores y los pueblos sometidos del planeta.
Todo esto no es sino una muestra más de porqué el capitalismo no va más, ya que sólo tiene para ofrecer crisis, hambre, miseria y saqueo. Es más necesario que nunca que gobiernen las y los trabajadores, en el camino hacia el socialismo.
Grecia: masivas protestas por accidente ferroviario
El peor accidente ferroviario en la historia del país causó la muerte de cincuenta y siete personas el 28 de febrero. El hecho denunciado como causado por el pésimo mantenimiento de la red de trenes controlada por empresas privadas, fue repudiado por una huelga general y protestas masivas en todas las principales ciudades griegas. En pancartas en Atenas se podía leer “No olvidaremos, no perdonaremos” y “Nos convertiremos en la voz de todos los muertos”.
—------------------------------------------------------------------------------------
Huelgas para reclamar mejoras salariales paralizan cuatro aeropuertos alemanes
Las huelgas convocadas por sindicatos de servicio para reclamar mejoras salariales han paralizado los aeropuertos alemanes de Berlín, Hamburgo, Hannover y Bremen el día 13 de marzo. Y los sindicatos discuten nuevas huelgas.
—----------------------------------------------------------------------------------
Perú: se mantiene huelga general en Puno
La región peruana de Puno se mantiene en protestas masivas, que ya cumplieron tres meses, en demanda de la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. La huelga general, con pausas periódicas para que la población se abastezca de alimentos, se mantiene, y recibió el apoyo del alcalde de la ciudad y de toda la provincia de Puno, incluyendo poblaciones aymaras y quechuas. Uno de los objetivos inmediatos fue repudiar al comando militar de la región que acusó a los campesinos de la muerte de seis soldados ahogados, porque sus jefes les ordenaron cruzar un río.
—----------------------------------------------------------------------------
Bolivia: grandes marchas de maestras y maestros urbanos
El magisterio urbano de Bolivia está realizando protestas masivas desde hace dos semanas por la política del gobierno del MAS que pone en peligro la enseñanza pública por el bajo presupuesto, falta de nombramientos de maestros, horas gratuitas que los hacen trabajar, y padres y madres que deben pagar a algunos educadores de materias como computación. Por eso las marchas se manifiestan por “enseñanza fiscal, gratuita y de calidad”
Por José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista, sección argentina de la UIT-CI
13/3/2023. El viernes 12 de marzo se produjo la quiebra del Silicon Valley Bank. Desató un tembladeral durante todo el fin de semana y una fuerte caída de las cotizaciones de los bancos en las bolsas de todo el mundo. Una nueva señal de un capitalismo imperialista en crisis crónica. Sea cual sea el desenlace de ese episodio, los grandes capitalistas intentarán que sean la clase trabajadora y los pueblos del mundo quiénes paguen los platos rotos.
El Silicon Valley Bank era una entidad financiera especializada en financiar a empresas tecnológicas, tanto grandes corporaciones como las más pequeñas y emergentes startups. Era el banco número 16 en tamaño en los Estados Unidos. Su quiebra es la segunda en tamaño en toda la historia de los Estados Unidos (la mayor, en 2008 fue la de Lehman Brothers, en el pico agudo de la crisis en ese momento).
Más de la mitad de las empresas tecnológicas de la región del Silicon Valley en el estado de California, tenían dinero depositado en dicho banco, entre ellas la inmensa mayoría de las denominadas “startups”.
Ante los rumores sobre la caída del banco, se produjo una corrida entre jueves y viernes pasado, donde se retiraron 42.000 millones de dólares. Finalmente, la Reserva Federal yanqui terminó declarando la quiebra. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos de los Estados Unidos, entidad estatal, quedó como “liquidador” y a cargo de los 175.000 millones de dólares en depósitos. El problema era que los depósitos sólo están garantizados hasta 250.000 dólares por cuenta, cubriendo sólo al 7% de los mismos.
¿Por qué había tantos depósitos voluminosos en las cuentas del Silicon Valley Bank? Porque la mayoría pertenecía a nuevas empresas tecnológicas, las llamadas startups. Una startup es una empresa nueva, en general pequeña que, por ubicarse en el rubro de las nuevas tecnologías, aspira a crecer muy rápidamente. Recurren al capital de terceros, sean especuladores, otras empresas grandes o bancos. Muchas veces, las startup tienen dificultades para conseguir financiamiento de los bancos más tradicionales, ya que no cumplen los requisitos de seguridad. El Silicon Valley Bank era un banco especializado en dar estos créditos de “riesgo”.
Las startup no suelen tener muchos ingresos: pagan a sus empleados y otras facturas con el efectivo que recaudan vendiendo acciones a los inversores de riesgo. Y guardan el dinero recaudado excedente en algún lugar. Muchas de ellas lo tenían en cuentas del Silicon Valley Bank, ya que era ese mismo banco el que les había otorgado préstamos que otros bancos más importantes le habían negado.
Una burbuja que se desinfla
Lo que sucedió fue un nuevo capítulo de los típicos estallidos de burbujas especulativas. En 2021, estas empresas tecnológicas de capital de riesgo habían logrado financiamiento por 330.000 millones de dólares. Todo en un contexto donde, luego de la pandemia, se expandían aceleradamente. Pero luego sucedió que sus negocios no resultaron tan rentables, y empezaron a achicarse (una de las manifestaciones de ello es el despido de centenares de miles de trabajadores de todas las empresas del sector tecnológico). Al mismo tiempo, la Reserva Federal empezó a subir la tasa de interés para tratar de bajar la inflación, encareciendo el crédito.
El Silicon Valley Bank, por su parte, había colocado en bonos del Tesoro a 40 años los depósitos en su poder. Cuando la Reserva Federal subió la tasa de interés, los viejos bonos, con tasas más bajas, perdieron valor y su cotización empezó a caer. Los depositantes de las empresas tecnológicas, al enfrentarse al hecho de que sus negocios no eran rentables, trataron de retirar el dinero de los bancos. Pero el banco no podía pagarles: sólo tenía esos bonos devaluados como contrapartida. El Silicon Valley Bank trató de vender sus propias acciones para recaudar efectivo, pero estas también empezaron a caer. Ahí se dio la corrida y la quiebra.
La quiebra del Silicon Valley Bank es una consecuencia entonces, de la suba de tasas de la Reserva Federal, que, con el objetivo de bajar la alta inflación yanqui, está dispuesta para ello a avanzar hacia una recesión. Con altas tasas, el dinero es más caro y escaso, y eso desata corridas como la que terminó con el Silicon Valley Bank. Pero también es consecuencia de que está desinflando la burbuja especulativa de las empresas tecnológicas, y cada inversor trata desesperadamente de rescatar su dinero.
Bancos sin control
Una pregunta pertinente es porqué se permitió al Silicon Valley Bank tener semejante exposición al riesgo, jugando con los depósitos de sus clientes depositándolos en bonos que terminaron perdiendo valor. La respuesta es que, en 2015, el gobierno de Donald Trump había desarmado casi todas las regulaciones que se habían creado en la crisis de 2008 para evitar que ello volviera a suceder. Fue justamente Greg Becker, el presidente del Silicon Valley Bank, el principal lobbysta en el Senado yanqui para que se redujeran las regulaciones a los bancos con capital menor a 250.000 millones dólares (en ese entonces todo banco con activos superiores a 50.000 millones de dólares estaba sometidos a fuertes controles). Al flexibilizarse los controles, cientos de bancos, entre ellos el Silicon Valley Bank, quedaron con las manos libres para todo tipo de maniobra especulativa.
La quiebra del Silicon Valley Bank ha afectado a un gran número de empresas tecnológicas de diverso tamaño, que, si no recuperan su dinero, no están en condiciones siquiera de pagar los salarios de este mes. Tal el caso de Roku (dispositivos de streaming de bajo precio), Circle (tecnología de gestión de pagos electrónicos), Roblox (plataforma de juegos en línea), BlockFi (prestamista de criptomonedas), Compass Coffee (cafetería on line), Camp (juguetería on line), Axsome Therapeutics (farmacéutica), Rippling (gestión de pagos), entre las más importantes.
¿Primer paso hacia otro crack?
La caída del Silicon Valley Bank es, sin duda, la que hizo más ruido. Pero previamente ya se había producido la quiebra del banco especializado en criptomonedas Silvergate y este lunes la propia Reserva Federal tuvo que declarar el cierre del Signature Bank.
El lunes cayeron las cotizaciones de todos los bancos en las principales bolsas del mundo, temiendo un efecto contagio. Empiezan a aparecer ramificaciones de afectados fuera del área de las empresas del Silicon Valley. Empresas tecnológicas de Israel y la India aparecen involucradas. También en Gran Bretaña, donde trascendió que el HSBC habría adquirido la sucursal británica del Silicon Valley Bank por sólo una libra esterlina.
Buscando evitar que el pánico se extienda, hubo un comunicado conjunto de la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, garantizando que todos los depósitos serían pagados. El propio presidente yanqui Joe Biden tuvo que salir a defender al sistema bancario, planteando que habría nuevas regulaciones, tema difícil de implementar con la actual composición del Congreso norteamericano. Sin embargo, ninguno de estos anuncios logró llevar tranquilidad, y al cierre de los principales mercados de este lunes seguía la incertidumbre.
No podemos anticipar si ya estamos ante un nuevo crack del tipo que vivió el capitalismo imperialista en 2008, o si los grandes banqueros, los gobiernos imperialistas y los organismos financieros internacionales lograrán controlar la situación. Lo que sí podemos afirmar que esto que está sucediendo no es más que un capítulo más de una crisis crónica del capitalismo imperialista que ya lleva medio siglo con innumerables situaciones de este tipo, muchas de las cuales terminaron en crisis agudas globales. Y que en todos los casos comenzaron por el estallido de burbujas especulativas generadas por ganancias ficticias, ante el hecho concreto de que en el capital productivo las tasas de ganancias siguen a la baja. Hay billones de dólares colocados en la especulación financiera, bursátil, inmobiliaria, en negocios de la nueva tecnología totalmente sobredimensionados o en el sube y baja de las criptomonedas. Que en cualquier momento puede estallar. Y luego, como siempre, se tratará de que la crisis la paguen los trabajadores y los pueblos sometidos del planeta.
Todo esto no es sino una muestra más de porqué el capitalismo no va más, ya que sólo tiene para ofrecer crisis, hambre, miseria y saqueo. Es más necesario que nunca que gobiernen las y los trabajadores, en el camino hacia el socialismo.
Por Prensa UIT-CI
“La lucha deber seguir”-
Entrevistamos al joven luchador nicaragüense Yader Parajón, que fue parte de los 222 presos liberados en Nicaragua, el pasado 9 de febrero por la dictadura de Ortega-Murillo. Parajón fue liberado junto a la ex comandante sandinista Dora María Téllez, el líder estudiantil Lester Aleman y el dirigente campesino Medardo Mairena, entre otras y otros encarcelados por oponerse al régimen represor.
Jimmy Parajón, hermano de Yader Parajón, asesinado por la dictadura de Ortega en 2018
Yader Parajón es un reconocido luchador de los derechos humanos y miembro de AMA (Asociación Madres de Abril). Tiene 32 años y fue detenido en septiembre de 2021, tras haberse convertido en un defensor de los derechos humanos y la libertad en Nicaragua, tras la muerte de su hermano Jimmy fruto de la represión criminal de Ortega en la rebelión de abril de 2018. Jimmy tenía 35 años y fue asesinado en Managua el 11 de mayo de ese año de un tiro en el pecho cuando protestaba en el entorno de la Universidad Politécnica.
Desde entonces Yader levantó la bandera contra la impunidad de ese crimen, como el de otras 450 personas asesinadas y por la libertad de todos los presos y presas políticos. Formó parte de una “caravana internacional” que en julio-agosto de 2018 recorrió Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil denunciando esos crímenes. En Argentina fueron recibidos en la sede de Izquierda Socialista, sección argentina de la UIT-CI. Allí se coordinó la realización de una charla de los miembros de la caravana en la Facultad de Ciencias Sociales, en la que expuso Yader y dos compañeras nicaragüenses. También junto a otras organizaciones, se realizó una concentración frente a la embajada de Nicaragua. Desde entonces Yader siguió su lucha hasta ser detenido en el 2021.
La entrevista fue preparada por Pablo Almeida, dirigente de Izquierda Socialista y miembro, en nombre de la UIT-CI, de la Comisión Internacional por la vida y la libertad de las y los presos políticos en Nicaragua. La comisión viajó a Costa Rica del 6 al 8 de julio de 2022 y llegó hasta la frontera con Nicaragua donde Ortega impidió su entrada.
Pablo Almeida (legislador IS -Argentina) y Mónica Baltodano (Ex dirigente sandinista en el exilio)
Yader Parajón respondió a las preguntas, vía internet, desde los Estados Unidos, país al que fueron expulsados.
Pablo Almeida: Fuiste injustamente condenado a 10 años de prisión. ¿Cómo fue tu detención y tu juicio?
Yader Parajón: Mi detención se realizó en la frontera terrestre entre Nicaragua y Honduras, en el puesto migratorio Guasaule. Fui detenido el día 4 de septiembre de 2021 a las 5.26 de la mañana cuando yo me dirigía a la zona norte de Centroamérica. Fui bajado del autobús, cuestionado por mi participación en el activismo por los derechos humanos, qué estudiaba y cuál había sido mi involucramiento. Y sin ninguna explicación simplemente me dijeron, antes de ese cuestionamiento “usted no puede seguir su viaje, es una orden de arriba”. Y yo le pregunté a la gente de migración de quién era esa orden de arriba, y no me supo contestar. Simplemente me dijo “…es una orden de arriba y usted no puede seguir su viaje”.
Entonces me presentan una foto impresa de una protesta, publicada en un medio de comunicación y me comienzan a preguntar sobre mi participación, me mandan a una sala, y una hora después cuando el bus ya ha dado la orden de partida hacia Honduras, me comienzan a cuestionar otros cuatro oficiales y a preguntarme sobre el activismo de la caravana que hice en el Cono Sur con otras compañeras en el 2018. Ahí me tuvieron retenido dos horas más, comenzaron a revisar mi teléfono, a revisar mi maleta, me dijeron que iba a ser trasladado a la estación policial, a la cárcel de Somotillo, que es el municipio de Chinandega, fronterizo con Honduras.
Ya allí, fui golpeado por el investigador que se llama José Vallecillo que pertenece a las investigaciones especiales. Y me amenazó con un arma mecánica con que me iba a partir y perforar el pecho. Fui entrevistado, amenazado y golpeado físicamente por este inspector en un cuarto pequeño en las celdas de Somotillo.
Una hora más tarde me trasladaron desde Somotillo a Managua, la capital, a ser nuevamente investigado y paso al distrito número 3. Y ahí nuevamente paso un nuevo interrogatorio, los próximos 4 días (sábado, domingo y lunes) siendo golpeado en ropa interior por este mismo oficial, de una manera que está fanatizado. Me preguntaba que quién nos financiaba, que por qué habíamos dicho, según ellos, mentiras. Que por qué estábamos haciendo este tipo de cosas, desestabilizando el país, si “era un gobierno tan bueno”. Incluso tuvo comentarios homofóbicos adjudicando que había sido pareja de otros activistas juveniles, políticos y estudiantiles. Siguió la tortura física y psicológica.
Después de esos cuatro días me trasladaron a la dirección de auxilio judicial, mejor conocida como “El Chipote” y ahí siguieron los interrogatorios. Me amenazaban con apresar a mi papá, me decían “Si vos no hablas queres que te traigan a tu papá atado de pies y manos. ¿Qué vas a hacer si yo te lo traigo?” Yo simplemente contestaba “Yo nada, porque ninguno de los dos ha hecho nada malo. Esto es una injusticia”. Y fui obviamente humillado nuevamente por el tema de la diversidad, revictimizándome de que era mentira la muerte de mi hermano.
Mi juicio fue el primero de febrero del 2022. Fui el primero, de los 222 presas y presos, que fui llevado a juicio. Después de todo un juicio amañado, dónde particularmente mi aprehensión fue el 4 de septiembre y en el acta policial de ellos dice que fui detenido el 5 de febrero. Entonces hubo hasta una incongruencia jurídica de fechas, donde por un principio de nulidad todo el proceso judicial ha sido viciado. Y antes esa incongruencia, la ley nos permite que en ese principio de nulidad quedar plenamente nulo el juicio y yo ser liberado. Pero como los mercenarios de la ley se saltan las incongruencias, esto no ocurrió. Mi juicio duró más de 8 horas (desde las 8 de la mañana hasta las 6 o 7 de la tarde). Estuvo totalmente viciado, se veía la incongruencia del discurso, mis testigos en contra eran oficiales de policía de la dirección de auxilio judicial. Un proceso donde se miraban nerviosos, temerosos, porque se decía mentiras tras mentiras. Incluso hay contradicciones con el discurso de un primer testigo, con el discurso de un tercero y el discurso de un cuarto.
Satanizan el hecho de ser activista de derechos humanos, llamándonos terroristas; el hecho de tener alguna afinidad hacia al socialismo, diciéndonos traidores. Diciéndome directamente a mi traidor a la patria y eso por tener un pensamiento verdaderamente hacia el socialismo y a la lucha de los DD.HH.
PA: ¿Cómo eran las condiciones en la prisión que estuviste?
YP: Las condiciones tienen nombre y apellido. Yo estuve por más de un año en una celda de odio. Yo la titulé así, porque esa celda medía dos metros de frente por dos metros de fondo, donde solo cabía la cama de una losa de concreto, dividida por una pequeña pared, con el excusado que era un hoyo donde teníamos que hacer las necesidades. Una celda hermética totalmente, solo con una ventana de hierro, un techo de concreto, las cuatro paredes selladas. La puerta donde ingresamos era una puerta hermética de metal, solo teniendo una ventanilla de 22 centímetros de largo por 10 centímetros de alto, por donde se nos pasaba la comida. Las condiciones eran terribles.
Managua es una ciudad tropical muy caliente, donde el tema de la deshidratación en esa celda es terrible. No puedes ver nada, no puedes ver a nadie, teníamos prohibido, aún más los que estábamos en celdas de castigo, poder referirnos hacia otros compañeros que estaban en celdas abiertas, celdas de barrotes. Fueron condiciones inhumanas, donde el odio y falso clasismo se ensañó contra mí, por la diversidad sexual, y contra el líder campesino Medardo Mairena. El fue mi compañero de celda por más de un año, en esa celda de castigo. ¿Por qué digo que era de odio y clasista? Porque simplemente me lo hacían saber. Me decían “vos sos uno de clase baja, a vos te manipularon…” según ellos. Por el tema de la diversidad también, me hacían burlas, me hacían bullying sobre ese tema los entrevistadores.
Nosotros duramos más tiempo en esas celdas. Evidentemente cuando nosotros necesitábamos agua, los que estábamos en celdas de castigo como Medardo y yo, no se nos consultaba si íbamos a querer agua. El clasismo, evidentemente, económico, religioso y sexual, se evidenció como odio hacia mi persona, donde yo comenté que yo padezco de ansiedad y eso no les importó. Simplemente querían mantenernos dopados con ansiolíticos y yo renuncié a los ansiolíticos. Porque los primeros meses, en lo de salud, fueron muy duros, muy ácidos.
Entonces, así fueron mis condiciones, en esa misma celda tan chiquita, ahí dormía y con los olores del excusado ahí comíamos, y ahí mismo nos bañábamos. Recibíamos sol cada 10 o 12 días, no salimos al sol a diario. A veces no pasaban el agua, aunque se nos asegurase el agua del grifo. Permanentemente eran celdas oscuras, pero en mi caso también como parte de la celda, cuando hacía mucho calor se hacía un poco más insoportable, entonces terminamos en una colchoneta en esa losa sin mayor cosa. Las condiciones de sol, aunque nosotros demandábamos, simplemente decían que no estaba autorizado. No podíamos hablar. Teníamos que hablar bajito entre los compañeros de la misma celda. Y como mi celda era la última no tenía interacción aunque sea de una mirada, aunque sea con los compañeros que estaban en las celdas de barrotes. Incluso los compañeros que estaban en las celdas de barrotes no podían hablar entre otras celdas, estaba plenamente prohibido y te castigaban si te encontraban hablando en voz alta y te suspendían el derecho a sol.
PA: ¿Por qué crees que lograron la libertad, aunque tenga aberraciones como quitarles la ciudadanía nicaragüense?
YP: En primera instancia yo creo que lo logramos por la insistencia y perseverancia de las familias demandando nuestra libertad. No dudamos que se iban a activar, aunque no teníamos conocimiento pleno porque estábamos aislados en las celdas. Creímos que en algún momento se iba a lograr… O lo creía yo porque también la solidaridad latinoamericana hacia el socialismo iba a permitir al menos la activación de nuestras demandas internas y conseguir mejores condiciones. Esa era mi impresión durante lo que estuve ahí.
Yo creo que se logró por una presión, pero también hay otro factor interno que es la posible pero pausada implosión que se está encaminando cada vez más fuerte dentro de la militancia orteguista. Porque social y económicamente, la dictadura de Ortega es insostenible. Hay una cacería interna en el país de una manera aberrante, que está haciendo una gran ola migratoria hacia el Norte de América. Y esa falta de sostenibilidad social, la falta de capital humano, se la está complicando a la dictadura. Pero en el aspecto político, la misma implosión, porque hay personajes de la misma Corte Suprema de Justicia que han sido procesados, y de algunos otros poderes del país.
Yo creo que mientras crecen las complicaciones de Ortega, nosotros seguíamos con la alta moral que tenemos en la lucha por el derecho a las libertades de nuestro país, al derecho a la justicia y la verdad. Esas cosas han permitido nuestra libertad, aunque con la aberración del destierro. Un destierro que simplemente trata inútilmente, de una manera estéril, moralizar a los pocos que les quedan para asegurarles su permanencia en el poder. Y ellos conseguir la permanencia económica y política en el poder. Porque ellos aspiran a morir en el poder, aspiran a alcanzar 10 años más de lo cual nosotros sabemos que en Nicaragua no es viable eso. No es viable ni para los que están adentro de Nicaragua, ni para los que estamos afuera y seguimos en el activismo.
Entonces ya la dictadura se encuentra cada vez más acorralada porque ya no sabe, en su paranoia, en quien confiar y por qué confiar. Ya que, por la coyuntura nacional, cambia todos los días e incluso en su círculo familiar, su círculo de poder. Y en las disyuntivas que se encuentran entre las aparentes dos facciones que ejecutan el poder: el poder de Doña Rosario y sus allegados, y el poder de Ortega y sus allegados. Y las aparentes pugnas que se rumoran a nivel interno del país. Eso también, creo yo que, es un factor para que fuéramos expulsados.
PA: ¿Se supo en la cárcel de la actividad de nuestra comisión internacional que integramos con diputados, diputadas y dirigentes de diversos países?
YP: Muy poco. Debido al aislamiento total que en que nos mantenía la dictadura en cada una de las celdas, aunque estuviese acompañado como en mi caso por el dirigente campesino Medardo Mairena. En ese aislamiento, obligado a hablar bajo, entre compañeros de la misma celda, era peor aún castigado comunicarse con celdas vecinas, ya sea al frente o a los laterales. Entonces en ese fuerte aislamiento que duró más de un año, desconocíamos las noticias internacionales. Las visitas familiares tenían una irregular presentación; se podían dar dentro de 40 días, o 44 o hasta 55 días.
Después de la visita de agosto de 2022, no volvimos a recibir visita hasta noviembre de 2022. Estuvimos casi 90 días sin saber de nuestras familias. Entonces la poca información que se nos suministraba de parte de nuestras familias, era el activismo y que estábamos en la palestra pública y política a nivel internacional, en países como Chile y Argentina. Pero sin muchos detalles, porque nuestras familias, por temor solo lo nos mencionaban de manera general que se sigue hablando de Nicaragua fuera de ella. Pero específicamente sobre la delegación que participaron ustedes, compañeros y compañeras, diputados, con diferentes actividades como por ejemplo llegar a la frontera de Peñas Blanca, fue bastante poco escuchado por nosotros. Hablo de manera personal porque también nuestras familias en general tenían temor, porque nuestras visitas eran en cuartos muy solos, solo con dos familiares. Había grabadoras cuando teníamos visitas familiares.
Muchas cosas fueron no dichas por el temor de ser meramente apresados o que tuvieran represalias con nosotros de manera física, además de la tortura psicológica con el tema del aislamiento. Entonces por ese tipo de cosas la información internacional fue bastante breve o bastante poco suministrada. Ahora que ya salí me voy dando cuenta del mucho activismo que hicieron ustedes, compañeros y compañeras.
PA: El compañero Miguel Sorans, que integró en 1979 la Brigada de combatientes Simón Bolívar, nos comentaba que le parecía que la expulsión del país de ustedes fue parecida a cuando Daniel Ortega expulsó a la brigada hace más de 40 años. ¿Cómo fue? ¿Les comunicaron lo que iba a pasar?
A la izquierda Dora María Téllez y Yader Parajón en la llegada a EE.UU
YP: Fue de una manera sorpresiva, de mucha incertidumbre, de mucho miedo ya que estábamos plenamente dormidos, pasadas las 10/11 de la noche del día miércoles 8 de febrero. No se nos comunicó absolutamente nada, ni el día miércoles ni tampoco aún estando en el aeropuerto. Ningún oficial de policía nos comunicó directamente ni tampoco las autoridades del Chipote, o como bien se llama también auxilio judicial. Solo nos hicieron la logística para llegar al aeropuerto, pero nunca las autoridades, como el caso de la subcomisionada o el capitán Romero, jamás se nos facilitó esa información. Entonces eso provocaba mucha incertidumbre.
¿Cómo fue? Doy paso por paso. Pasada las 11 de la noche aproximadamente, porque teníamos una noción de la hora aproximada, ya que teníamos prohibido no solo la comunicación entre celdas, sino que también teníamos prohibido el hecho de saber el día y la hora. Entonces haciendo una suposición, pasadas las 11 de la noche, se nos llegó a tocar las rejas de la celda y a gritos nos decían “entréguennos los uniformes y pónganse esta ropa…”. Una ropa de civil con la cual tuvimos nuestra última visita, el pasado lunes 30 de enero y ya estaba en el Chipote esta mudada. Entonces, nos llegan a tocar y alarmarnos a todos, a despertarnos a todos y nos dicen de una manera rápida “Yader, entreganos el uniforme y ponete esta ropa…”. Yo somnoliento volteo a ver a la oficial y le digo “¿Qué pasó?”, y me vuelve a decir que le entregue el uniforme y que me ponga mi vestimenta. Evidentemente, veo que es la vestimenta del lunes 30, de mí última visita con mi papá. Yo asustado veo a otros compañeros que se están vistiendo de civil y me quito el uniforme y paso a ponerme la otra ropa. Y de ahí pasaron alrededor de 40 minutos, iba pasando el tiempo. Hasta que por medio de un listado comienzan a llamarnos y fuimos transferidos a unas celdas más grandes donde estábamos enumerados por bus. Desconocíamos cuál era nuestro paradero.
Eso tomó alrededor de dos horas más, estar esperando en grupos de hasta 17/20 presos en una misma celda, esperando todos de pie vestidos de civil. Solo nos dijeron “son grupo número 3”. Luego pasaron a llamarnos, una hora más tarde, por lista nuevamente y con ese número de lista te enfilabas a salir a uno de los parqueos del edificio, donde te dabas cuenta que había un bus blanco, totalmente forrado en los laterales, en las ventanas, y te iban subiendo por nombre. Un bus con las luces completamente apagadas, no sabías quién compartía ese bus, custodiado altamente con oficiales especiales de la dirección de operaciones especiales, tanto adentro como por comisionado. Había un dispositivo de seguridad donde cada bus llevaba alrededor de 4 patrullas policiales, custodiado aparte por 4 motorizados oficiales. Eso era cada custodio de bus. Una caravana hasta llegar a salir de esa zona, tomamos la carretera norte y con una incertidumbre porque nunca nos dijeron hacia dónde nos dirigíamos. Yo con mucho temor solo pensé que nos iban a subir a un avión o a un helicóptero y nos iban a tirar al mar. Solo se me venía a la cabeza ese temor impresionante de que nos podían desaparecer como les hicieron a muchos en la dictadura de Videla o de Augusto Pinochet. Entonces ese fue un temor.
El bus iba avanzando, con un dispositivo que dejaba una vía libre sobre la carretera; era a altas horas de la noche, alrededor de las 2 o 3 de la madrugada. Y nosotros sin saber a dónde vamos, porque es pista al aeropuerto pero también es pista hacia el sistema penitenciario, que es el más grande de Managua. Entonces no sabíamos hacía dónde nos dirigíamos hasta que entramos por una de las puertas de la Fuerza Aérea que colinda con la autopista del aeropuerto internacional. Y ahí volteo a ver a uno de mis compañeros de prisión que venía en el asiento de atrás, entre ellos Max Jerez y José Adán Aguerri. Y les digo “José Adán, Chano, Max, nos expulsaron…”. Cuando yo estoy viendo que estoy en la autopista del aeropuerto y veo un avión grandísimo. Y es lo único que se me viene a la cabeza “Max, José Adán, nos expulsaron…”, les vuelvo a decir por segunda vez. Y todo el mundo se da cuenta y se acongoja, porque te han expulsado de tu casa, te han expulsado de tu patria y eso duele mucho. Y muchos compañeros y compañeras derramaron sus lágrimas en ese momento, pero siempre manteniéndose muy firmes y muy dignos de convicción.
Pasaron, dentro de su logística, a nombre por nombre, hoja por hoja, haciendo constar, haciendo firmar un documento donde nosotros supuestamente de manera “libre” abandonábamos el país, y hacía referencia hacia a Estados Unidos. No fue consultado, solo nos dieron la orientación “firmen acá, no escriban ninguna consigna…”, o locura según ellos… “firmen y van desembarcando del bus”. Así fue, firmamos y luego pasamos a desembarcar del bus, uno por uno. Ahí había autoridades diplomáticas y políticas de EEUU. Fuimos recibidos por ellos, atendidos médicamente, presión arterial, oxímetro.
Y en un momento también se nos entrega nuestro pasaporte nicaragüense, que es nuestra única identidad hoy por hoy. Desde que estábamos presos, nuestra cédula de identidad nos fue quitada por la dictadura. Así pasamos a subir esas escaleras de ese avión. Eran emociones muy duras, muy encontradas. Era voltear a ver por última vez la capital… o penúltima vez, porque esperamos regresar.
Recuerdo que yo subí, cada paso por una grada, con mi mirada al frente con mi espalda erguida, voltee a ver en esa oscura madrugada el aeropuerto de Managua, de donde soy originario. Y me encontré con un mundo de emociones, que decía “estas libre Yader, posiblemente… pero dejas tu país”. Y sabía que dejaba mi país, dejaba a mi padre y eso me dolió mucho y subí, caminé por el pasillo del avión a buscar un asiento y un vaso de agua. Así fue, nunca se nos comunicó hasta el momento que firmamos y ya después nos dimos cuenta que pasábamos al avión.
PA: Nos imaginamos la alegría en el avión al encontrarse todos los liberados. ¿Cómo la viste a Dora Téllez, la histórica “comandante dos” de la revolución del 79?
YP: ¿Cómo vi a la comandante Téllez, la comandante dos? Ya con mucho cariño cuando logré salir de la celda del castigo comencé a saludarla de largo en el silencio, solo con gestos. A la cual le puse “Mi Guapa”, como un seudónimo. Porque fue una mujer valiente también mientras estuvo presa. Resistió estando aislada en la celda número 1 en el módulo de varones. Resistió día con día, y jamás perdió su identidad revolucionaria, su identidad de no ser sumisa y de siempre interpelar aunque estuviera aislada, aunque se le diese comida poco, aunque se le tardase cualquier cosa de medicina. Pero jamás demostró pleitesía. Jamás demostró reverencia.
En el avión lo primero que hice fue buscar a mis compañeras como Suiyen, como Tamara, como Dora, como Ana Margarita Vigil. Cuando la vi lo primero que hice fue decirle “Mi Guapa que lindo verte, te quiero mucho y te doy un abrazo”. Y le di un abrazo… eufóricos ambos. Y la miré, dolida y con unos ojitos nostálgicos dejando su país. Feliz a la misma vez por encontrarse con sus compañeras y su pareja. Pero a pocos momentos se sentía la vibra, su aura. Una mujer segura, de mucha firmeza y dignidad, aún estando presa y aislada. Y aún estando en ese avión, esa resistencia y esa dignidad la mantuvo durante el viaje. Sin dejar de mantener su voz firme y digna, crítica a la dictadura. Y con mucha, mucha, mucha convicción de que Nicaragua necesita ser libre. Necesita ser libre de la dictadura, necesita ser libre de la politiquería barata y que ella está ahí, resistiendo. Y aunque esta mirada denotaba nostalgia por dejar su patria, por dejar su casa, tenía de fondo, en el alma, mucha convicción de la democracia a la que hemos venido demandando y apelando.
PA: Somos de los que rechazamos que el régimen de Ortega-Murillo sea de izquierda. Es una dictadura al servicio de los explotadores que terminará cayendo. ¿Cómo ves el futuro de la lucha del pueblo nicaragüense?
YP: Qué te digo… Ortega no es de izquierda, es un gobierno que miente, que se ha prestado a los grandes poderes económicos aliados para desterrar a los campesinos, para desterrar a la clase obrera, para manipular por medio de pequeñas subidas de salarios.
¿Cómo veo el futuro de la lucha del pueblo nicaragüense? Aunque es cierto que no se puede permitir retornar a que siga la dictadura ni sus ademanes de los vicios políticos ni sus actos al servicio de los poderes de factos, económico y políticos, se debe pensar en una gran concertación nacional donde quepan todas las creencias ideológicas y religiosas para poder botar a la dictadura. Hoy por hoy más que un discurso frontal, tiene que ser un discurso donde rodeemos a Ortega por todos los flancos para lograr su derrumbe.
En el tema de la concertación nacional es vital una agenda donde lo primero que se debe restaurar es la institucionalidad del país. Es por eso que la lucha debe seguir, debe tomar un matiz de una verdadera y sincera unidad donde estemos todos los actores políticos, otros líderes sociales, activistas de Derechos humanos, líderes juveniles, partidarios, etc. Tengamos el compromiso de deponer el egoísmo y hacer una acción y una agenda propositiva dentro de esa concertación nacional donde le pueda dar una esperanza al pueblo de Nicaragua.
Hoy los que estamos desde afuera tenemos que trabajar por una verdadera unidad donde se ponga siempre, si o si, primero, segundo y tercer lugar, Nicaragua. Y por los hermanos y hermanas, compañeros y compañeras que se encuentran ahí adentro. Un verdadero interés por la unidad para devolverle la esperanza a Nicaragua, sin obviar que debe estar tomada de la mano con el principio de la democracia, de la representatividad y volver así a seguir empujando la caída de la dictadura. Porque la caída de la dictadura está pronto y yo creo que es posible solo con esta concertación nacional.
Creo y considero que el activismo que han logrado articular por la demanda de nuestra libertad, así como desde Argentina y otros compañeros de otras realidades, de otros países, ha sido fundamental para poder haber visibilizado la realidad de Nicaragua. Para demandar nuestra libertad, cosa que también se lo debemos a esta delegación que fue a Nicaragua y quiso ingresar. A Miguel Sorans y a otros compañeros y compañeras que impulsaron la campaña. Se la debemos a la resistencia del pueblo de Nicaragua también. Entonces, seguir la línea del activismo internacional y el acompañamiento de ustedes, es fundamental. Y hago un llamado directo a toda la comunidad internacional y a las personas que también tienen una posición ambigua a definirse ante la violación alarmante de los derechos humanos de nuestro país.