Apr 27, 2024 Last Updated 4:33 PM, Apr 27, 2024

Escribe Gabriel Massa

Los justos reclamos de las organizaciones piqueteras se hicieron sentir con fuerza en la semana que pasó. El acampe por 48 horas en la avenida 9 de Julio, con acciones simultáneas en varias provincias exigían del gobierno nacional medidas elementales: trabajo genuino, más partidas para los comedores y merenderos populares, aumento de los montos de los programas sociales, hoy fijados en 7.500 pesos y la reapertura de los mismos para contemplar a los miles de nuevos desocupados.

En vez de dar soluciones, el gobierno respondió con represión y una ley de emergencia alimentaria acordada con la oposición que no resuelve absolutamente nada (ver nota central). Y le inició una causa penal a los dirigentes Kuperman y Belliboni.

Repudiamos la brutal represión del gobierno y exigimos medidas concretas para resolver los graves problemas de estas familias.
A contramano de esta realidad, Alberto Fernández llamó a dejar las calles, una propuesta absurda en un país donde el hambre y la pobreza crecen sin solución. Ni los pedidos de “despejar las calles” de Fernández, ni la represión implementada por Bulrich-Macri, podrán ocultar esta tragedia social. Por eso seguiremos apostando a la lucha como el único camino.

Escribe Martín Fú

Daniel es dirigente petrolero de Chubut. Hace un año se encuentra detenido en el penal de Marcos Paz por luchar contra el robo de las jubilaciones en las históricas jornadas del 14 y 18 de diciembre de 2017, donde miles salimos a las calles y enfrentamos la brutal represión de la Gendarmería y la Policía de Macri y Patricia Bullrich.

La incertidumbre ante un juicio que aún no tiene fecha, el hecho de estar alejado a dos mil kilómetros de su familia y afectos, y la falta de respuesta ante el pedido de morigeración de la situación llevaron a Daniel Ruiz a realizar una huelga de hambre a partir del martes 10 de septiembre.

La semana pasada y al cumplirse el primer año de su detención, en el marco de una campaña nacional e internacional por su urgente e inmediata liberación, se realizaron en el Obelisco y en diferentes ciudades del país actos y movilizaciones exigiendo su libertad. Desde Izquierda Socialista participamos junto a PTS, PO, MST y distintas organizaciones sociales y sindicales. Laura Marrone y Nora Cortiñas, entre otros oradores, exigieron la libertad de Daniel y denunciaron la persecución del gobierno de Macri y la ministra Bullrich a quienes diariamente nos enfrentamos contra el ajuste y la represión estatal.

Escribe José Castillo

Somos un país decadente, con trabajadores pobres y más de un tercio de la población sumida en la miseria. La contrapartida son empresarios cada vez más ricos y un sometimiento cada vez mayor al imperialismo. La salida es romper con todo esto y avanzar en un gobierno de los trabajadores y el socialismo.

Todos nos emocionamos con la excelente performance de la selección argentina de básquet en el mundial de China. Más aún cuando esta vez se trató de un grupo humilde de jugadores, que no contaban con el hándicap que diez años atrás tenía la llamada “generación dorada”. El contraste entre este equipo brillante y el presente de un país decadente, hundido en la miseria, y con la vergonzosa realidad de que mientras se es capaz de producir alimentos para diez veces la población, millones de argentinos (y entre ellos la mayoría de los niños) pasan hambre, no puede ser más fuerte. Muchos periodistas y analistas políticos salieron a plantear que ello se debía a que “nos falta espíritu de equipo”, o a que se trataría de un problema de “mentalidad”. Nada más alejado de la realidad.

Un país capitalista semicolonial

Acá está la primera y más profunda respuesta de la decadencia de nuestro país y de los males que sufre el pueblo trabajador. Nuestras inmensas riquezas naturales (capaces de producir carne, leche, trigo, maíz, y otros cultivos, gas y petróleo, la inmensa plataforma pesquera del Mar Argentino, el litio, los minerales) y la enorme capacidad de trabajo de nuestro pueblo son saqueadas por un puñado de empresarios nacionales y extranjeros.

Los mecanismos de este robo son diversos y han variado en su importancia a lo largo de los años: desde el reparto de las mejores tierras a un puñado de terratenientes oligarcas tras el genocidio a los pueblos originarios, pasando por las transnacionales que se llevaban al exterior las ganancias que obtenían por la superexplotación del trabajo, o por el liso y llano robo de recursos no renovables, como el gas, el petróleo, la pesca o los minerales. En los últimos cuarenta años, lo que primó fue el saqueo descarado a través del endeudamiento externo y la especulación financiera. Si en otros tiempos fuimos una semicolonia británica, ya hace más de setenta años que pasamos a ser semicolonizados por los yanquis, con los países imperialistas europeos aportando también “su granito” para empobrecernos más.

Capitalistas extranjeros…pero también nacionales

Cargill, Dreyfuss, Cofco, son nombres de algunas de las transnacionales que tienen monopolizado nuestras exportaciones agropecuarias. Ellas son las responsables de que los alimentos muchas veces no lleguen a la mesa de los argentinos. J.P.Morgan, Deutsche Bank, City, Santander, HSBC, Templeton, Black Rock, son nombres de algunos de los pulpos financieros que se llevan miles de millones por medio de los más diversos mecanismos de la especulación financiera. Chevrón, Total, Shell, son algunos de los nombres del saqueo petrolero, así como tenemos a la Barrick Gold para llevarse el oro, mientras deja un tendal de desastre ambiental. Y podríamos seguir, con las transnacionales automotrices que explotan a nuestros trabajadores para aprovecharse de la plataforma exportadora del Mercosur y tantos otros.

Pero no nos confundamos: al lado, e íntimamente vinculados a ellos tenemos a un puñado de grandes patronales argentinas, que se comportan de igual forma. También ellos viven de la superexplotación y el saqueo, fugan sus fortunas al exterior, con el “plus” de que su nacionalidad argentina les otorga cierta prioridad para los negociados de la obra pública. Así crecieron y se fortalecieron los Macri, los Roggio, los Fortabat, los Born, los Pagani y tantos otros. O, más acá en el tiempo, los Madanes, los Coto, los Cabrales, los Constantini o los Eskenazi. Que se enriquecieron con sus lazos con todos los gobiernos, sean militares, peronistas, radicales, centroizquierdistas o macristas. Cada gobierno les da prioridad a unos sobre otros, o agrega algún nuevo nombre a la nómina. Pero ninguno deja de ganar. El listado actual de quienes lideran la “tabla de posiciones” lo ofrecemos en el recuadro.

¿Cuál es la salida?

Todos ellos, los viejos y los nuevos, los nacionales y los extranjeros, se hicieron multimillonarios a costa de sumir al pueblo trabajador en la miseria. Que hoy el 35% de los argentinos sea pobre, que haya un 14,5% que haya pasado por situaciones de hambre, que casi un 40% de la clase trabajadora esté en negro, es la responsabilidad de estos personajes, que luego pontifican desde foros o revista de negocios “exclusivas” o, en muchos casos, directamente desde sus mansiones en el exterior.

Por todo esto, nuestra conclusión es contundente: no habrá salida para nuestro pueblo si no nos liberamos del imperialismo, que hoy en lo concreto pasa por romper con el FMI y dejar de pagar la deuda externa, nacionalizar la banca y el comercio exterior y reestatizar las privatizadas. Pero eso está íntimamente ligado a que se terminen los gobiernos patronales que nos hundieron mientras servían al enriquecimiento de quienes generaron las crisis. Y a que gobiernen quiénes nunca lo hicieron, los trabajadores, expropiando a estos grandes capitalistas, planificando la economía y empezando a construir una sociedad distinta: una Argentina socialista.

 

Seis grandes capitalistas argentinos suman, de conjunto, una fortuna de 15.000 millones de dólares. Son los que figuran en el ranking de los multimillonarios de la revista Forbes.

La tabla de posiciones la encabeza Paolo Rocca, el dueño de Techint, con una fortuna de 4.100 millones de dólares. Sus empresas van desde Ternium y Tenaris, en el rubro del acero, hasta la petrolera Tecpetrol. El gran salto lo pegó cuando, en plena era menemista, resultó favorecido con la privatización de Somisa, la gran acería estatal argentina.

Segundo viene Alejandro Bulgheroni, con 3.100 millones. Se trata del propietario de Pan American Energy, la segunda petrolera argentina después de YPF, y, junto a los pulpos transnacionales del sector, vanguardia en el saqueo de nuestros recursos energéticos no renovables.
Tercero lo tenemos a Alberto Roemmers, de los laboratorios del mismo nombre, con 3.000 millones de dólares de patrimonio. Cada vez que vamos a comprar un medicamento y vemos como sus precios se tornan inalcanzables para un jubilado, miremos la etiqueta: si es nacional tenemos una altísima posibilidad que sea de la empresa de este señor.

Eduardo Eurnekian está cuarto, con 1.600 millones, el dueño de los aeropuertos y del multimedio Corporación América. Luego viene Marcos Galperín, un multimillonario relativamente “nuevo”, propietario de Mercado Libre y abanderado de la flexibilización laboral. Y cierra el sexteto Gregorio Perez Companc, dueño de un grupo económico que supo transitar por todo el espinel (fue naviera, petrolera, proveedora de telefonía) para concentrarse en el último tiempo en el negocio de los alimentos tras la compra de Molinos Río de la Plata y es uno de los principales responsables de los precios por las nubes de gran parte de la canasta básica.

El gobierno sigue en su naufragio político. El pasado 7 de septiembre comenzó formal y tempranamente la campaña electoral. Los plazos fueron ampliados para comenzar 50 días antes del 27 de octubre, seguramente ante un gobierno que especuló con tener más tiempo para explicar “sus bondades”. Pero con la derrota catastrófica en las PASO la maniobra se le volvió en contra. Macri y su gabinete dijeron que van a postergar por dos semanas el inicio de la pelea por el voto porque están “concentrados” en contener la crisis social. Pero su medida central pasa por destinar los millones de dólares que le quedan a las reservas del Banco Central para controlar el dólar, al ritmo de pulverizar casi 300 millones de dólares por día. A tal punto que el ministro Lacunza está huyendo a Washington a pedirle de rodillas al FMI los 5.400 millones de dólares que se comprometió a desembolsar para tal fin.

La preocupación de Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio) pasa por “llegar”, en los eternos tres meses que le quedan para entregar el mando. Nada más. Solo Pichetto y Marcos Peña piensan en la utopía de remontar el resultado electoral. Macri se sigue hundiendo al ritmo del crecimiento de la miseria, la pobreza y la pérdida salarial y jubilatoria. Un dato contundente: el salario mínimo vital y móvil, la jubilación mínima y todos los planes sociales ya quedaron por debajo de la canasta de indigencia.

Ante esta terrible situación al peronismo le alcanza con hacer la plancha. Alberto Fernández se fue una semana a Europa y Cristina sigue presentando su libro. No proponen ninguna medida de fondo, solo medias tintas, mientras reafirman hasta el cansancio que van a mantener el acuerdo con el FMI y pagar toda la deuda, aunque sea usurera, ilegítima y fraudulenta.

Ahora impulsan una “ley de emergencia alimentaria” en el Congreso -avalada por los gobernadores, la burocracia sindical y la Iglesia- en un jueguito parlamentario para posar de que “combaten el hambre”. El mismo peronismo que criticó los manotazos de ahogado de eliminar parcialmente el IVA de la canasta familiar sostiene ahora que con una ley que solo dispone 8.000 millones de pesos para más comida se va a solucionar el problema… ¡cuando se van todos los meses 70.000 millones de pesos solo en el pago de los intereses de la deuda!

Daer, por su parte, acaba de reunirse con el gobierno con el objeto de anunciar un bono de 5.000 pesos para los trabajadores privados, el mismo que se otorgó en otras oportunidades y ni siquiera se pagó en muchos lugares de trabajo. Descartando, por supuesto, cualquier medida de fuerza, ni qué hablar de un paro general como propone el sindicalismo combativo y la izquierda, a pesar de que los trabajadores de Chubut ingresan en otra semana de lucha y fueron patoteados, obligando que Ctera declare un paro nacional de la docencia el pasado 5 de septiembre, o este martes haya habido un paro nacional de ATE, o que hayan sido reprimidos los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba en lucha.

Ante semejante catástrofe social, el Frente de Izquierda Unidad sigue llamando a enfrentar el ajuste de Macri y los gobernadores poniendo todas sus fuerzas para ello, exigiendo que la CGT abandone la complicidad con el gobierno y junto a las CTA llame a un paro general y a un plan de lucha nacional. Por eso nuestra diputada nacional Mónica Schlotthauer viajó varios días a Chubut junto al dirigente docente y candidato a primer senador por la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Adaro, para apoyar la heroica rebelión en la provincia, mientras el gobernador peronista que responde a Alberto Fernández aplica el ajuste al mejor estilo Macri (ver páginas centrales). Y fundamentalmente, desde el FIT Unidad, levantamos un verdadero plan económico alternativo, en la emergencia y con medidas de fondo.

Somos categóricos. A diferencia de lo que dicen los Fernández de que el país va a salir delante de la mano del FMI y los pagos de la deuda con el ejemplo del “modelo” de ajuste portugués (ver página 5), desde la izquierda planteamos que solo repudiando el pacto con el Fondo Monetario y suspendiendo los pagos de esa deuda en forma inmediata se podrán combatir los males capitalistas de Macri. No pago de la deuda que debe ir unido a la nacionalización de la banca y el comercio exterior, la reestatización de las privatizadas y la imposición de un fuerte impuesto a los ricos, multinacionales y grandes empresarios. Ahí están los fondos para aumentar los salarios y jubilaciones al valor de la canasta familiar e implementar un plan de viviendas populares para dar trabajo genuino. Para luchar por esa salida es que pedimos el voto al Frente de Izquierda Unidad.

Cada voto que saque el FIT Unidad con la fórmula presidencial Del Caño-Del Plá y demás candidatas y candidatos a diputados que orgullosamente integran nuestras listas será para estar más fuertes para la lucha de hoy y la que se viene con el próximo gobierno. Para todo ello llamamos a que nos acompañen a pelear por esa salida, entre los compañeros de trabajo, estudio, familiares y amigos. Y a participar del gran acto que el Frente de Izquierda está preparando para el próximo 5 de octubre en el Obelisco de Buenos Aires. Si Macri ya fue y con Alberto sigue el FMI, hay que apoyar y votar al FIT Unidad.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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