Apr 28, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024

Escribe Claudio Funes

Los pilotos de Aerolíneas Argentinas y Austral reclaman una recomposición salarial del 22% y por esta razón convocaban a un paro de 48 horas para los días sábado 5 y domingo 6.

Decimos convocaban porque, aún sin acuerdo, el paro fue levantado luego del encuentro que Pablo Biró (secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), entre otros, mantuvo con Alberto Fernández en el domicilio del candidato. Biró reconoció que Fernández le pidió revisar la medida.

¿Qué dijo públicamente Fernández? “Yo entiendo lo que dice Biró. Cuando yo planteo que es bueno que no tensemos más la cuerda y que no vayamos al paro, lo hago porque en verdad el efecto de eso el que paga los platos rotos el que viaja, el que compra un pasaje”.

Alberto Fernández está en contra de que los trabajadores luchemos para conquistar nuestros reclamos. Trata de desmovilizar, que no haya turbulencias que puedan poner en peligro la aplicación de su proyecto de pacto social. Por ello, desde ahora, no quiere conflictos ni gente en la calle. Quiere el terreno allanado.

Por esto mantiene conversaciones, como futuro jefe de Estado, con la UIA, la burocracia sindical traidora, la Iglesia y los movimientos sociales que le responden. Para Alberto Fernández todos los reclamos “son justos” (estamos en tiempos electorales), pero pide que nos quedemos en casa.
Desde Izquierda Socialista en el FIT-Unidad denunciamos que el pacto social es ajuste. Porque es congelamiento salarial, aumento de precios, pauperización de los trabajadores y enormes ganancias para los capitalistas. Y su objetivo es maniatar a los trabajadores, impidiéndole llevar adelante sus luchas.

Escribe Claudio Funes

Alberto Fernández continúa con sus reuniones. Esta vez pasó por la Unión Industrial Argentina (UIA). Del encuentro participaron empresarios como Cristiano Ratazzi, Martín Cabrales y Daniel Funes de Rioja, entre otros. La UIA le hizo conocer por escrito sus demandas, las principales: bajar impuestos y reforma laboral. Miguel Acevedo, su presidente, reveló que “Alberto Fernández ve la reforma laboral como algo posible”.
A su vez Fernández manifestó. “Hablamos del pacto social, los industriales son una pieza central, como el campo y el sindicalismo, y hablamos de institucionalizarlo para que perdure en el tiempo”.

Agregó que “Sentí que tenemos una misma idea, que es la de recomponer la industria, tenemos una visión muy parecida sobre la Argentina”. Será por esto que Fernández les planteó desdoblar paritarias por distrito, que no sea general, algo muy beneficioso para las ganancias patronales, ya que como afirmó Miguel Acevedo “[…]porque después la paritaria de Buenos Aires termina siendo la de todo el país. Y acá el poder adquisitivo es muy alto en comparación al interior, donde podría hacerse con sueldos más reducidos”.

Será porque comparten esa visión común, que les prometió a las patronales industriales la titularidad de los ministerios que se ocupen del sector, así como de la minería y de toda la política de exportaciones.

No hay ninguna posibilidad de desarrollo para el país y los sectores populares con las propuestas de Fernández. Lo que plantea es más de lo mismo: ajuste para los trabajadores y fabulosas ganancias para las multinacionales. Por ello insistimos en que la salida está con el Frente de Izquierda, la única que plantea que la crisis la paguen quienes la provocaron, los capitalistas, los acreedores de la deuda externa y el FMI y no el pueblo trabajador.

Hace algunas semanas nos vendían el “modelo portugués”. Ahora la “renegociación a la uruguaya”. En ambos casos el Frente de Todos esconde que fue acompañado por brutales ajustes contra el pueblo trabajador.

Escribe José Castillo, Candidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires

La novedad la dio Alberto Fernández ante un “auditorio selecto”. Se trató nada más ni nada menos que de su presentación en Córdoba, en la sede de la Fundación Mediterráneo. La misma que fue creada en tiempos de la dictadura por Domingo Cavallo y que en los noventa aportó la mayoría de los cuadros para el plan económico de entrega del menemismo. Alberto Fernández, que en esa época militaba en las filas de Cavallo, no perdió la oportunidad para rendir un sentido homenaje a Carlos Sánchez, el entonces “número dos” del ministro de Economía de Menem.

Pero lo que queremos comentar acá fue el contenido de su discurso: el candidato a presidente por el Frente de Todos dijo lo qué iba a hacer exactamente con la deuda externa. Señaló que su modelo era la “renegociación” que hizo Uruguay en 2003, donde “reperfiló” la deuda (léase logró que los acreedores le “corrieran” un par de años los vencimientos más urgentes) pagando el 100% del capital más los intereses adeudados. Según Fernández, así se podría avanzar con un programa de reactivación de la economía, más empleo y, en el mediano plazo, “pacto social” mediante, que se mejoren los salarios y las jubilaciones.

Lo que no contó Alberto Fernández fue el costo que tuvo que pagar el pueblo uruguayo a cambio de esa renegociación, que por otra parte, exigió el aval del propio FMI. No es cierto que fue indolora. El gobierno del presidente Jorge Battle, del partido Colorado, recibió un furibundo voto castigo dos años más adelante y nunca más volvió al gobierno. Pero además de eso, la comparación tampoco sirve numéricamente: Uruguay debía en esos momentos 11.000 millones de dólares, y la renegociación fue por 5.000 millones. ¡Menos aún que la cuota del préstamo que el FMI se niega a enviarle al gobierno de Macri! Si hasta economistas del establishment insisten en que “el modelo uruguayo” es inaplicable porque igual dejaría un monto de intereses anuales imposibles de pagar.

La deuda argentina es infinitamente más grande: arriba de los 400.000 millones. El año que viene solamente vencen 50.000 millones de dólares, 20.000 aparecen como imposibles de “patear para adelante”. Y, si miramos los próximos tres años, los vencimientos ascienden a 150.000 millones de dólares. ¡Imposible pagarlos sin lanzar sobre los trabajadores un ajuste más brutal que el actual!

Antes de las PASO, Axel Kicillof dijo haber “descubierto” el caso portugués, donde supuestamente se podía redistribuir la riqueza y crecer sin romper con los acreedores externos. Era una vulgar mentira, ya que escondía las bajas salariales, la reforma laboral y jubilatoria y los ajustes de todos los servicios públicos que había soportado el pueblo portugués, hoy con los salarios más bajos de todo el continente europeo. Ahora intentan vendernos un supuesto “milagro” uruguayo que, como vimos, nunca fue tal. Probablemente mañana se les ocurra sacar otro conejo de la galera, tal vez Ucrania. Nos anticipamos, ahí también la renegociación de la deuda implicó más hambre y miseria.

Es que se puede recorrer todo el planeta, y nunca van a encontrar el famoso “modelo” que a la vez que garantiza el pago de la deuda y siga los dictados del FMI, permita algún tipo de redistribución de la riqueza a favor de los trabajadores y el pueblo. Por eso insistimos: ¡No nos mientan más! la disyuntiva es de hierro: si se paga la deuda y se sigue con el Fondo, vamos a más ajuste, salarios y jubilaciones a la baja, más desempleo y peores condiciones para la salud y la educación pública. Y, más temprano que tarde, nos vendrán con la reforma laboral y jubilatoria. Ese es el motivo por el que insistimos que, si bien es verdad que “Macri ya fue”, si votamos a Alberto Fernández quedará lo peor del gobierno anterior: la continuidad del acuerdo con el FMI. Por eso, la única alternativa es la de quienes decimos, sin pelos en la lengua, que hay que romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda, para poder utilizar ese dinero en resolver las más urgentes necesidades populares: el Frente de Izquierda Unidad.


¿Qué pasó en Uruguay?

A cambio de reprogramar los vencimientos de deuda externa por solamente 5.000 millones de dólares, el pueblo trabajador uruguayo tuvo que pagar con hambre y miseria. Veamos: se devaluó el peso uruguayo un 100% (de 14 a 28 pesos por dólar), se firmó con el FMI un feroz ajuste fiscal, que implicó pasar de un déficit de 1% a un superávit de 2,3%, con reducciones enormes a las partidas sociales y además se fijó un impuesto de 10% sobre todos los salarios. Esta fue la famosa “renegociación” progresista a la uruguaya. Una vulgar mentira.

Escribe Cristian Luna, candidato a Diputado Nacional

En 2018 se perdieron en Tucumán 10.000 puestos de trabajo. En 2019, ese número será mucho mayor. Los sectores más golpeados son la industria azucarera, la textil, la construcción y el comercio, generando más pobres y excluidos. Los datos de pobreza que difundió el Indec son escalofriantes: en el Gran Tucumán la pobreza por ingresos creció más de 15 puntos en un año y afecta a más del 40% de la población. Sumando la pobreza estructural, ese porcentaje se incrementa en más de diez puntos. Tucumán tiene el segundo peor salario del país. El empleo informal afecta al 49% de los trabajadores. Más de 100.000 trabajadores están desocupados o son informales. Con un futuro gobierno del Frente de Todos no vamos a estar mejor, Alberto Fernández apoyó la brutal devaluación que empujó a la miseria y al hambre a más tucumanos.

Pero Manzur, uno de los gobernadores más férreamente alineados a Fernández, es además el “campeón de los pañuelos celestes”. Los anti derechos declararon a Tucumán “pro vida” y es la provincia donde se obliga a niñas violadas a parir. La provincia no aplica el protocolo de aborto no punible y persigue a aquellos profesionales que lo realizan, como en el famoso caso Lucía, que está lejos de ser el único. La ESI en las escuelas encuentra la resistencia férrea de estos mismos sectores celestes.

Por eso, desde el Frente de Izquierda Unidad, proponemos un programa concreto para salir de la crisis. Junto con las medidas nacionales, como romper con el FMI y no pagar la deuda externa planteamos: la reestatización de EDET (empresa de luz), Gasnor (gas) y SAT (agua) bajo control de trabajadores y usuarios para terminar con los tarifazos y los pésimos servicios. ¡Basta de privatización y destrucción de la salud pública con la implementación de la CUS! Exigimos salud pública, gratuita y de calidad para todos.

Reclamamos la reapertura de los ingenios y fábricas cerradas y la reactivación del ferrocarril, bajo control y gestión de trabajadores y usuarios.
Nos pronunciamos por una educación pública, laica, científica y de calidad, planteando ¡fuera la religión de las escuelas públicas en Tucumán! Por una ESI para todos los estudiantes de la provincia en todos los niveles educativos.

Para estar más fuertes y pelear por este programa de emergencia junto a nuestra fórmula presidencial integrada por Nicolás del Caño y Romina del Plá, te invitamos a votar a los candidatos del FIT-Unidad de Tucumán.

Los diagnósticos del mundo científico son categóricos: de no ocurrir una reducción drástica de las emisiones de gas invernadero en la próxima década que frene el calentamiento global, la vida de las generaciones futuras sobre la faz de la tierra está seriamente comprometida. ¿Esto tiene solución dentro de los márgenes del capitalismo?

Escribe Nicolás Núñez, candidato a legislador porteño

Ante este panorama, hace un tiempo que viene ganando espacio la idea de una “New Deal Verde” impulsado por la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez en Estados Unidos, Jeremy Corbyn en Inglaterra, ahora Pedro Sánchez en el Estado Español, y también intelectuales como Naomi Klein. Recordemos que el “New Deal” había sido el programa económico impulsado por Roosvelt para hacer frente a la crisis de 1929 en Estados Unidos. Hablan de una “movilización de recursos sin precedentes” para frenar el calentamiento global, pero el centro de su propuesta se concentra en la subvención estatal a las multinacionales para que adecuen sus procesos productivos. O sea, es un premio a las empresas que más atacan el ambiente, como las automotrices y petroleras, para que sostengan sus ganancias con los impuestos que pagan las mayorías populares.

Pero ni aun así, las 100 empresas que generan el 71% de las emisiones de gas invernadero están interesadas en modificar su actual lugar de privilegio en la economía mundial, y las emisiones siguen aumentando año a año. En suma, en Estados Unidos al completo rechazo de Trump, se le suma el sector mayoritario del Partido Demócrata que no apoya el proyecto por miedo a perder votos.

En este contexto, un documento de especialistas del Fondo Monetario Internacional sobre políticas macroeconómicas y financieras ante el cambio climático distribuido frente a la cumbre mundial de las Naciones Unidas concluye con un reconocimiento a ser tenido en cuenta: no existe en su “literatura” (su reserva de teoría y lineamientos) alguna respuesta para hacer coincidir estabilidad económica con “mitigar” el cambio climático. A confesión de partes, relevo de pruebas: no hay forma de hacer congeniar la economía capitalista con las drásticas medidas necesarias para la protección del ambiente. El “capitalismo verde” no pasa de ser una utopía, otro “cuento de hadas” del imperialismo (utilizando la expresión de la activista sueca Greta Thunberg en su discurso en la Cumbre de Acción Climática).

“Estamos a punto de sacrificar nuestra civilización por las oportunidades de ganar enormes cantidades de dinero para un reducido número de personas.” había dicho Greta en diciembre de 2018 en otra conferencia de la ONU. En sus denuncias y en las pancartas que entre los millones que ganan las calles piden “cambio del sistema, no del clima”, empieza a emerger una denuncia con un fuerte contenido anticapitalista. Los socialistas revolucionarios tenemos que aprovechar estas expresiones de lucha para fortalecer una franja dentro del movimiento que se proponga dar pelea por una salida de fondo, la única efectiva para frenar la destrucción ambiental capitalista: pelear por gobiernos de la clase trabajadora que le quiten los resortes de la economía a las multinacionales, y planifiquen la economía al servicio de las necesidades populares y el cuidado de la naturaleza.

Por un gran movimiento de lucha contra la destrucción ambiental capitalista

Tenemos que ser parte de cada una de las movilizaciones que están convocando a nivel mundial y en nuestro país. Lo hacemos levantando un programa de fondo, que parta de la estatización de los recursos naturales para quitarlos de las manos del saqueo y la contaminación capitalista que desarrollan las multinacionales. Le decimos basta en la Argentina a un modelo productivo que se asienta en la explotación contaminante como la megaminería y el fracking para juntar dólares para la deuda. Exigimos plata para el desarrollo científico, tecnológico y productivo. Plata que debe provenir de no pagar la deuda externa y romper con el FMI.

También denunciamos a Macri que, por decreto, acaba de habilitar la importación de materiales plásticos contaminantes para que Argentina sea basurero del mundo, y en la Ciudad de Buenos Aires con Larreta habilitaron quema de residuos a cielo abierto, cosa prohibida hace décadas. Pero también decimos que no se puede luchar por preservar el ambiente de la mano del proyecto político de Alberto Fernández que incluye como prioridad transformar en Vaca Muerta un “paraíso” para las multinacionales de fracking, precarización laboral y ausencia de controles ambientales.
Avancemos en la coordinación para dar estas peleas junto al Frente de Izquierda-Unidad y las organizaciones socioambientales que vienen haciendo crecer la preocupación ante estas problemáticas. Sumemos a nuestro país a la ola mundial que tiene por horizonte evitar que el capitalismo termine con la propia existencia humana.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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