Escribe Federico Wagner, secretario gremial de Media
En una jornada que quedará en la historia del sindicalismo de Córdoba, el viernes 1° asumimos como Lista Unidad desde las Escuelas la nueva Comisión Directiva de UEPC capital, integrada por dirigentes de Tribuna Docente (PO), Docentes en Marcha (Izquierda Socialista), independientes y de otras corrientes de izquierda. Centenares de docentes participamos en el acto frente a la UEPC, mostrando el apoyo y las expectativas en este cambio de conducción. Además de las intervenciones de directivos de la nueva comisión directiva, decenas de referentes del sindicalismo combativo nacional enviaron videos y adhesiones y estuvieron presentes dando su apoyo delegaciones de sindicatos docentes de distintas provincias, opositores a la burocracia Celeste de Baradel y Monserrat, de Rosario, Buenos Aires, Santa Cruz, Jujuy, Chubut, Tierra del Fuego, Formosa, entre las que se encontraban nuestras compañeras Angélica Lagunas, secretaria general de ATEN Neuquén Capital y Mariana Scayola y Jorge Adaro, secretaria general gremial de Ademys CABA, reivindicando que “el triunfo de UEPC Capital es un triunfo para todo el sindicalismo combativo”.
El sábado, las delegaciones nos reunimos para avanzar en la coordinación nacional, llamando a enfrentar el plan motosierra de Milei y el ajuste que todos los gobernadores seguirán aplicando contra la docencia, nuestro salario, nuestros derechos laborales y la escuela pública. Llamando a una nueva reunión nacional el 15 de diciembre y participar en las jornadas del 20 de dicembre en unidad con todos los sectores sindicales, sociales y políticos. La nueva comisión directiva de UEPC Capital nace coordinando con todo el sindicalismo combativo nacional. Por eso debemos integrarnos plenamente al PSC.
El 7 de diciembre realizamos el primer plenario de delegados y delegadas de la seccional con la nueva comisión directiva, con la presencia de unos 350 delegados y delegadas. Se resolvió reclamar el pliego de reivindicaciones al gobierno provincial (recomposición salarial por lo perdido en 2023, jubilaciones, infraestructura, Apros, etcétera) y salir a la calle ante el primer intento de Milei o Llaryora de seguir atacando nuestros salarios, derechos laborales o la escuela pública. También impulsamos fortalecer la UEPC Capital desde las escuelas, para las luchas que se avecinan, con una campaña de afiliación y que se elijan delegados y/o representantes donde todavía no tengamos. Para que entre el gremio y las escuelas haya un ida y vuelta permanente. Ese debe ser nuestro modelo sindical.
El gobierno de Llaryora y los dirigentes Celestes quieren asfixiar a la nueva comisión directiva de Capital y se están quedando con las rentas de la directiva. Tenemos que movilizarnos también para que se respete el derecho de todos los afiliados de UEPC Capital. La conducción provincial Celeste de UEPC, ahora encabezada por Cristalli, sigue la línea de la burocracia de Monserrat, preparando el terreno para acomodarse y dejar correr el ajuste, bajo el argumento que “la docencia los votó”. Pero una cosa es votar a alguien harto del gobierno anterior y otra es creer que la docencia votó para que le sigan quitando salarios y derechos. Hay que exigirle a la UEPC Provincial que convoque a asambleas en toda la provincia para retomar la lucha provincial. Para que el presupuesto nacional y provincial sea para salarios, jubilaciones, educación, salud, viviendas y trabajo y no para pagar la fraudulenta deuda externa al FMI. Para hacer fuerte la UEPC Capital y seguir avanzando en una nueva conducción democrática y de lucha en toda la provincia y en el país. Ese es el camino que desde Docentes en Marcha-Bordó de Córdoba llamamos a impulsar juntos.
Escribe Mariano Barba
La dirigencia sindical de la CGT y las CTA han cumplido un rol “oficialista” en todos los gobiernos, contra las necesidades de las y los trabajadores. Hoy, ante el brutal ajuste de Milei apenas manifestaron “preocupación”. Hace falta una nueva dirección sindical, combativa y democrática.
Durante el gobierno de Macri la burocracia sindical peronista fue aliada del ex presidente para que crezca la pobreza y la caída salarial. Y, durante el último gobierno peronista del Frente de Todos fueron directamente socios del ajuste y la inflación. Ahora, los pasos que viene dando la cúpula de la CGT y las CTA son tan “cuidadosos” que ya indican que prevalecerá la búsqueda de acuerdos con el gobierno.
Ante el primer discurso de Milei, que dijo “ahora el ajuste lo va a pagar el Estado”, Andrés Rodríguez, de UPCN, quien representa a la mayoría de los empleados de la administración pública nacional y también es secretario adjunto de la CGT, dijo que está “a la expectativa” o sea por el momento busca hacer prácticamente nada. El conjunto de la burocracia sindical confirmó ese perfil bajo que había anunciado en su plenario del 24 de noviembre. En esa reunión, posterior al triunfo de Milei en el balotaje, los dirigentes habían declarado: “Si avanzan contra los derechos laborales o las organizaciones sindicales con ajustes o con lo que sea la CGT va a tomar medidas”, con la inmediata aclaración: “No vamos a ser destructivos. Hay que dejarlo caminar a Milei”. En los últimos días ratificaron que: “Nadie va a generar un conflicto antes de tiempo” cuando todos advertimos que con la remarcación de precios inflacionaria de esta semana, ya se justifica el reclamo de un aumento de salarios de emergencia para poder paliar semejante saqueo al bolsillo de los trabajadores y sectores populares.
Hay que organizar la resistencia al ajustazo
Todos los medios de prensa informan sobre reiterados contactos “extraoficiales” de los nuevos funcionarios con la burocracia sindical. Milei les abrió una puerta apenas asumió cuando dijo que recibiría “con los brazos abiertos” a “todos aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse a la nueva Argentina”.
Empezó el gastronómico Barrionuevo que ahora está con Milei. Luego, Gerardo Martínez el capo de la Uocra, quien en plena campaña electoral se reunió con Milei para asesorarle sobre el régimen de indemnizaciones de los trabajadores de la construcción, llamado Fondo de Cese Laboral.
Tampoco se pusieron de pie los burócratas cuando se anunció un fuerte recorte de la obra pública, que dejaría a miles de obreros en la calle y obras indispensables sin terminar a lo largo del país. Y estas son solo las primeras medidas del ajustazo. Y el actual gobierno intentará implementar otras medidas de ajuste como quitar la ley que eliminó el impuesto a las ganancias aplicada al salario y la reducción parcial del IVA que está vigente.
Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad repudiamos la complicidad de esta dirigencia sindical peronista y pro patronal que busca permanentemente aliarse al gobierno patronal de turno para seguir siendo parte del poder y al servicio de que pase el ajuste. A estos dirigentes le exigimos que rompan cualquier acuerdo con el ultraderechista y anti obrero Milei que prometió en la campaña terminar con derechos históricos, empeorando el ya desastroso ajuste que sufrimos con el gobierno peronista de Alberto, Cristina y Massa.
Es hora de convocar a asambleas y plenarios de delegados para organizarnos contra el ajuste que ya está vaciando los bolsillos y si no lo frenamos seguirá con otros derechos y con la estabilidad laboral. Mientras tanto desde el sindicalismo combativo nos disponemos a poner de pie todas las acciones de lucha con democracia sindical para enfrentar el ajustazo. Justamente para enfrentar el plan económico que intentará imponer el gobierno necesitamos ir forjando, junto al sindicalismo combativo, una nueva dirección combativa y democrática que organice al conjunto de la clase trabajadora y termine con los dirigentes sindicales millonarios que siendo parte del peronismo nos llevan como furgón de cola de todos los gobierno patronales sometidos al FMI y las multinacionales.
Escribe Pablo Almeida, delegado general ATE ministerio de Economía y dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
En su discurso de asunción el presidente Javier Milei reiteró su propuesta de producir un ajuste del “gasto público” de proporciones siderales. Y remarcó que el eje del ajuste va a estar enfocado en el empleo público. En conferencia de prensa, al día siguiente, el vocero Adorni agregó que se revisarán cada uno de los contratos firmados en el último año en las distintas dependencias del Estado a la búsqueda de eliminar el “empleo militante”. Y en su primer discurso el ministro de Economía Caputo fue más allá y anunció que despedirán a aquellas trabajadoras y trabajadores contratados en el 2023.
Con estas declaraciones queda claro que uno de los focos donde el gobierno del ultraderechista Milei apunta los cañones es sobre los puestos de trabajo de decenas de miles de estatales con modalidades contractuales precarias. Aquí es importante aclarar que todos los últimos gobiernos han mantenido altísimos niveles de precarización laboral en el Estado nacional. En particular el saliente gobierno peronista de Alberto y Cristina Fernández incumplió el acuerdo paritario firmado en 2020 de pasar a planta permanente a 30 mil trabajadores con más de cinco años de antigüedad.
El otro punto central del ajuste que preparan es pisar o directamente congelar los salarios en el marco de una aceleración inflacionaria que según las declaraciones del propio presidente en enero puede subir al 40 o 50% mensual. La inmensa mayoría de las y los estatales tenemos hoy salarios que no alcanzan ni de cerca para el sostén de una familia y esta situación redunda en un altísimo crecimiento del pluriempleo.
Es importante destacar que estas medidas tienen el objetivo adicional de dar una señal a todas las patronales para avanzar sobre los puestos de trabajo, los salarios y las condiciones laborales del conjunto de la clase trabajadora del país.
En este cuadro es imperioso poner en pie la organización de las y los trabajadores estatales desde cada sector de trabajo. Con asambleas o reuniones abiertas sin importar la modalidad de contratación en cada sector de trabajo para empezar a organizar por abajo la resistencia al ajuste. Exigiendo a las conducciones de ATE que abandonen las divisiones por arriba que han abundado en los últimos diez años y que se pongan al servicio de esta pelea para organizar un movimiento masivo que pueda parar el brutal ajuste que intentan descargar sobre nuestras espaldas.
Escribe Mariano Barba
Tres días antes de la asunción del presidente Milei, se firmó la paritaria de las y los trabajadores aceiteros. El acuerdo lo firmaron las cámaras empresarias del sector y la Federación Gremial de Trabajadores Aceiteros, encabezada por Daniel Yofra del Sindicato de Aceiteros de Rosario.
Una declaración emitida por el sindicato detalla los términos del acuerdo, donde se ajusta el salario de diciembre a una inflación anual del 179 % y se fija un salario inicial para enero del 2024 de 888.715 pesos, además de una cifra fija de 576.863 pesos que se abonará en dos cuotas, en enero y febrero. Y se agrega, como otro elemento del acuerdo, que si la inflación acumulada del 2023 superará el 179 % por Indec se modificaría el salario mínimo de enero. De esta forma el poder adquisitivo de las y los aceiteros se mantendría en un momento de altísima inflación que empeorará según las declaraciones del propio Milei.
El sindicato de aceiteros es un sindicato que viene defendiendo el salario y las condiciones de trabajo de sus afiliados con asambleas y medidas de fuerza desde hace varios años. Su capacidad de negociación también se explica por el sector industrial y el tipo de actividad que se desarrolla a partir de la producción de harina, aceite de soja, maíz, biodiesel, trigo y sus derivados. Es una rama de la producción que está en el centro de las utilidades extraordinarias que embolsa la oligarquía agroalimentaria y las multinacionales, que además contaron durante el presente año de un dólar preferencial por parte del ex ministro peronista Massa. Ahora con Milei y su plan ya deben estar destapando champagne anticipándose a la navidad. Esas empresas de la “zona núcleo” especulan con el precio internacional de los commodities en alza y manejan la totalidad del negocio y nada dejan para cubrir las necesidades del país en materia de alimentos básicos a precios accesibles para el pueblo trabajador. Las principales son: Cargill, A.D.M. Agro y Bunge, Cofco, Aceitera General Deheza (AGD) y Vicentín. Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad saludamos a las y los compañeros aceiteros por su triunfo, fruto de la movilización y la lucha, mientras seguimos planteando la expropiación y estatización de todas estas empresas para que se termine el negocio privado monopólico y antinacional de los alimentos.