Escribe Marcela Almeida
Han trascendido en estos días diversos “proyectos” del oficialismo para conformar un nuevo “instituto de estadísticas”. Más allá de las opciones que salieron a la luz y fueron publicadas por distintos medios, todas tienen algo en común: buscan hacer depender la planificación de las estadísticas, e incluso la metodología a utilizar, de un “consejo”, colocado por encima del propio instituto, con absoluta mayoría del poder político de turno.
A esto se le agrega que, con el pretexto de “profesionalizar” el futuro instituto de estadísticas, se amenaza con despedir a todos los trabajadores que no tengan título profesional, desconociendo la experiencia adquirida a lo largo de años de actividad.
Los trabajadores del Indec venimos de una larga y durísima lucha contra la intervención en los tiempos del kirchnerismo. Denunciamos y peleamos contra los índices truchos, soportamos las agresiones y aprietes de la patota de Guillermo Moreno, tuvimos compañeros despedidos y muchos fuimos desplazados de nuestras tareas.
No sólo resistimos todos estos años, sino que fuimos definiendo qué tipo de Indec necesitan los trabajadores. Un instituto que produzca estadísticas confiables y sustentables científicamente, con metodologías transparentes y un plan de trabajo que permita conocer todos los números de la realidad social de nuestro país. Con trabajadores que puedan realizar sus tareas libres de presiones políticas, e incorporados a la planta permanente. Y, por sobre todo, con una conducción autónoma del poder político de turno, integrada por los propios trabajadores de la institución, junto con las organizaciones de los trabajadores y de la comunidad científica involucrada.