El régimen sirio se ha desplomado como un castillo de naipes. De forma totalmente imprevista, se ha hundido en menos de dos semanas: el ejército, la policía y las cárceles construidos durante 54 años de dictadura criminal han colapsado. La gente en las ciudades se ha rebelado, ha vaciado las cárceles, ha tirado estatuas del dictador padre y del dictador hijo. Los presos y las presas de la dictadura han salido a la calle en una nueva Siria. Policías y soldados entraron en pánico y desertaron masivamente.
La ofensiva de la coalición opositora parecía incapaz de cambiar la situación, cuando empezó hace sólo diez días. Sus armas no eran nada al lado de las de la dictadura, apoyada por Rusia e Irán. El régimen de Bashar al- Assad había lanzado miles de barriles de dinamita contra barrios indefensos, había gaseado a su propio pueblo con armas químicas, había erigido cárceles que eran enormes centros de tortura, con crematorios incluídos como en Sednaya, había cortado las cuerdas vocales a los cantantes y los había arrojado a los ríos, que había violado a miles de hombres y mujeres, había bombardeado escuelas y hospitales.
Toda esta maquinaria de terror, odio y destrucción se mantenía en pie contra el pueblo sirio gracias al apoyo de las dictaduras de Rusia e Irán, que salieron a la salvación de Al-Assad por sus propios intereses. Estados Unidos e Israel dejaron muy claro que preferían que Al-Asad siguiera en el poder que una situación revolucionaria con potencial para desestabilizar a toda la región. Cuando el apoyo de Teherán y Moscú se debilitó, el pueblo sirio vio que el emperador estaba desnudo y que era su ocasión para derrocarlo. No ha sido sólo la ofensiva militar rebelde, ha sido un alzamiento popular. Daraa, la cuna de la revolución de marzo de 2011 se liberó sin esperar a que las columnas rebeldes avanzaran.
Una acción militar sorpresa que ha desencadenado una rebelión y ha puesto en evidencia la debilidad de un aparato de seguridad que parecía invencible. El régimen sirio era un pilar de la estabilidad en toda la región, y por ello todos los gobiernos de la región temen su caída. Es lo que declararon el sábado 7 de diciembre, un día antes de la huida de Bashar, en un comunicado conjunto los gobiernos de Catar, Irak, Arabia Saudí, Jordania, Egipto, Irán, Turquía y Rusia. Unos atacaron y otros defendieron a Al-Assad, pero ninguno de ellos quiso nunca el triunfo de una revolución que no podían controlar.
La caída de Al-Assad es una buena noticia para los pueblos de Oriente Medio y del mundo entero. La represión sangrienta de la revolución siria fue un cortafuegos para el proceso revolucionario iniciado en 2011 y muchos años después Siria seguía siendo utilizada como la demostración de que era imposible la libertad en los países de Oriente Medio y el Norte de África. En Argelia, en Egipto, en Líbano... cuando alguien levantaba la cabeza el régimen de turno, les amenazaban con otra Siria, o sea con otra masacre.
El pueblo sirio y la coalición opositora han dejado muy claro su apoyo a Palestina. También Hamás, a diferencia de Hezbollah, rompió con el asesino régimen sirio. Nadie puede entender mejor que el pueblo sirio el genocidio acelerado en Gaza porque llevan 14 años bajo bombardeos sistemáticos, asedios de hambre y sed, desplazamientos masivos. Alepo fue liberada con banderas de la revolución siria y con banderas de Palestina. Los rebeldes ya atacaron posiciones israelíes en el Golán ocupado. Una siria libre puede ser útil a la causa palestina, y no un régimen podrido y asesino que nunca ha disparado un solo tiro contra Israel, ni siquiera ahora, con el genocidio en Gaza en marcha. Israel dijo y repitió durante toda la revolución que prefería que Bashar al Assad continuara en el poder y en estos días ha amenazado a la oposición siria. Al-Assad se llenaba la boca con la causa palestina, pero en realidad era el mejor guardián de la frontera norte de Israel. En estas últimas semanas reaccionó a los ataques israelíes contra posiciones de Irán en Siria con el lacónico “responderemos cuando sea el momento oportuno”, y el momento oportuno no llegó nunca en 54 años.
La revolución siria fue abandonada por la mayoría de la izquierda en todo el mundo, anclada en los preceptos del estalinismo y el colonialismo. Ahora estos maestros de la confusión seguirán justificando lo injustificable: seguirán diciendo que hay dictaduras buenas, como los regímenes de Siria, Irán o Rusia, en las que ninguno de ellos quisiera vivir. Seguirán abonados a una estúpida lógica de bloques donde se supone que se puede ser antiimperialista y ahogar a tu propio pueblo en sangre. Tienen aparato, la propaganda de Putin y de la falsa izquierda y del falso antiimperialismo reformista de los Maduro (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua) o Diaz-Canel (Cuba)de su lado… pero nada de lo que dicen se sostiene viendo lo que ocurre en Siria. La única manera de hacer cuadrar su análisis con la realidad es tergiversándola.
La caída de Bashar es el triunfo de la revolución iniciada en marzo del 2011 como parte del proceso revolucionario que comenzó en Túnez y derrumbó dictaduras de más de 30 años de existencia.
La revolución siria no es un camino de rosas. Ninguna revolución lo es. Hay muchos retos por delante, De momento, los islamistas de HTS, que han encabezado la coalición que lideró la ofensiva militar, y el PYD kurdo están en conversaciones sobre el futuro de Siria. Sólo una Siria que reconozca a todos sus pueblos puede ser un país libre y democrático. Desde la UIT-CI, como socialistas revolucionarios, que siempre apoyamos la revolución junto a la izquierda siria, no prestamos apoyo a esta dirección ni despertamos ninguna confianza política. La salida de fondo sigue siendo continuar la lucha por una Siria Socialista bajo un gobierno de las y los trabajadores y los sectores populares. Apoyamos y nos solidarizamos con el pueblo sirio y con este primer triunfo revolucionario.
No valen ahora los llantos de sirena que desde el estalinismo y la izquierda reformista critican a la revolución siria por su dirección. Las voces de izquierda en Siria fueron silenciadas con la complicidad activa de esta izquierda internacional ciega y colonial. Esta izquierda que está hoy en el exilio y con quien, desde la UIT-CI, hemos tenido el honor de trabajar codo con codo, puede jugar un papel importante en la lucha por la construcción de la nueva Siria.
Los recientes acontecimientos que han trastocado el mapa de Siria solo pueden entenderse desde este enfoque: por un lado, el colapso de un régimen descompuesto que ha perdido su base social y que solo ha podido mantenerse con el apoyo militar de fuerzas externas; por otro, el avance militar de una coalición política que, con características reaccionarias, refleja de manera distorsionada la legítima demanda del pueblo por el derrocamiento de la dictadura. Tenemos grandes diferencias políticas con HTS (el grupo que ha liderado dentro de la coalición la ofensiva militar), con los rebeldes que se apoyaron en Turquía y con la dirección kurda (PYD). También tenemos grandes diferencias con Hamás y esto no nos lleva a restar ni un ápice de apoyo al pueblo palestino. Con el dictador Bashar Al-Assad fuera del poder la lucha entra en una nueva fase, peleando, entre otras demandas, para garantizar las plenas libertades democráticas, por el retiro de todas fuerzas militares extranjeras y por los reclamos sociales pendientes por la explotación capitalista-imperialista.
¡Viva la revolución siria libre!
¡Viva la Solidaridad entre los pueblos!
¡Palestina libre del río al mar!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores- Cuarta Internacional (UIT-CI)
8 de diciembre de 2024
El SINDICALISMO COMBATIVO, piqueteros y la Izquierda se movilizaron con columna independiente al acto convocado por la CTA y movimientos sociales
La columna estaba encabezada por una gran bandera que decía PARO GENERAL Y PLAN DE LUCHA PARA DERROTAR A MILEI
Se encolumnaron los ferroviarios del ferrocarril Sarmiento, el SUTNA, AGD- UBA, Ademys, el Sindicato de trabajadores municipales de Vte López, Suteba Tigre y decenas de delegados y agrupaciones sindicales combativas, jubilados.
Antes de la movilización se realizó u a radio abierta en el obelisco donde un grupo de dirigentes denunció el brutal ajuste de Milei y al pacto con la CGT, exigiendo que se rompa y la CGT llame al paro nacional.
Entre los oradores de A LUCHAR hablaron los ferroviarios Rubén Pollo Sobrero y la diputada nacional de Izquierda Socialista en el FIT-U Mónica Schlotthauer, la docente y concejal de La Matanza Olga Ortigoza, la jubilada Ana Muller.
Acompañaron la acción los diputados del Frente de izquierda Unidad y Juan Carlos Giordano, diputado electo de Izquierda Socialista en el FIT-U.
La importante columna ingresó a la plaza de mayo al grito de "Paro paro paro, paro general", en contraposición a los oradores de la CTA y UTEP que equivocadamente llamaban a fortalecer al peronismo para las elecciones del 2025
Se está preparando la continuidad de las acciones contra el plan Motosierra de Milei para el 20 de diciembre, en un nuevo aniversario del argentinazo del 2001.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
El senador Edgardo Kueider fue apresado con 211 mil dólares y otros valores que no pudo justificar. Quedó demorado en Paraguay. "Cruzó en la hora que se hacen los contrabandos", dijo el jefe de la Dirección de Ingreso Tributario de ese país. Kueider dijo "la plata no es mía" y se declaró inocente. Iba con su secretaria, con quien ingresó a Paraguay varias veces y oficiaría de testaferra. También era investigado por lavado de activos y enriquecimiento ilícito en Entre Ríos por unos departamentos y cocheras.
Kueider entró al Senado en 2019 por esa provincia en las listas del Frente de Todos de Alberto y Cristina, luego Unión por la Patria. Después se pasó a las filas de Milei. Era la figura favorita del oficialismo en el Senado. Incluso participó junto a Luis Juez y otros senadores de una reunión que encabezó Milei en la Casa Rosada el 11 de septiembre (Ver foto).
Kueider se reunió con Milei y otros senadores para cerrar nuevos acuerdos el 11 de septiembre
El actual escándalo con los dólares desató una guerra de justificaciones entre Milei y Cristina Kirchner. Milei dijo "es un problema del kirchnerismo". La ex vice presidenta se desmarcó diciendo "Democracia tarifada, votado como peronista pasó a votar como libertario". La Libertad Avanza y el peronismo quedan enchastrados. No saben cómo zafar.
El mentiroso ultraderechista Milei ganó las elecciones diciendo que no tenía nada que ver con la política tradicional ("la casta", "la corrupción"), pero esto demuestra que es parte de la misma política patronal que nos vino gobernando. Kueider pactó con Milei siendo un hombre clave a la hora de votar la Ley Bases. Villarruel le dio la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales, estaba en siete comisiones y Santiago Caputo le había propuesto la Embajada Argentina en Uruguay. ¿El mismo gobierno que se financia con cenas en Puerto Madero donde empresarios mafiosos pagan 25.000 dólares el cubierto, del cual no rinde cuentas se dice anti-corrupción?
Por otro lado, queda en evidencia el rol del peronismo, que siempre pidió el voto "para combatir a la derecha o redistribuir la riqueza" y de sus filas salen estos personajes corruptos y coimeros.
Cristina Kirchner critica a Kueider porque "perjudica a las grandes mayorías". Pero no se trata solo de este senador, sino de distintas diputadas y diputados que responden a gobernadores peronistas de Unión por la Patria que votaron con Milei.
Esto tiene que llevar a una profunda reflexión a las y los seguidores de Cristina que puedan creer que el peronismo es la salida para enfrentar a Milei o pueda representar un vehículo "esperanzador" como dice Cristina. El de Kueider apoyando a Milei "como peronista" es otro hecho contundente.
Milei es minoría en ambas Cámaras pero ha logrado la Ley Bases y los vetos en jubilaciones y en la universidad con la complicidad de diputadas, diputados y senadoras y senadores de todos los bloques, que incluye a Unión por la Patria. Volvemos a repetir. Si Milei puede avanzar es por la complicidad de parte del peronismo que deja correr el brutal ajuste especulando con capitalizar el desgaste del gobierno en las elecciones del año que viene. Y el inestimable pacto sellado con el gobierno por parte de la CGT (que es parte del peronismo) sin que convoque a ninguna otra medida de fuerza desde hace siete meses tras el exitoso paro general del 9 de mayo.
A las y los luchadores y jóvenes decepcionados con el peronismo les decimos que se fijen en los hechos. El peronismo ya no es salida. Sólo el Frente de Izquierda Unidad, en las calles y en el Congreso, es la alternativa política que de manera consecuente y coherente enfrenta y llama a enfrentar en la más amplia unidad al plan motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI. Y postula una salida de fondo mediante un plan económico obrero y popular. Para pelear por esa salida invitamos a sumarse a Izquierda Socialista.
Escribe Atakan Citfci – dirigente del Partido de la Democracia Obrera, sección de la UIT-CI en Turquía
5/12/2024. El 27 de noviembre, la Operación Disuasión de la Agresión, lanzada por una coalición militar liderada por HTS (Heyet Tahrir el Şam – Organización para la Liberación del Levante), creó una nueva situación que alteró los equilibrios existentes en Siria. Poco después del inicio de la operación, la coalición militar tomó el control de toda la provincia de Idlib, así como de gran parte de la provincia de Alepo, incluido su centro urbano. Hasta el 3 de diciembre, al contabilizar ciudades, pueblos, aldeas y bases militares, la coalición había tomado el control de más de 200 asentamientos previamente bajo dominio del régimen. Paralelamente, con la Operación Amanecer de la Libertad, liderada por fuerzas militares afiliadas al SMO (Ejército Nacional Sirio) bajo el patrocinio de Turquía, las YPG (Unidades de Protección Popular) se retiraron de la región de Tel Rifat. Además, se registraron enfrentamientos militares entre las YPG, que forman parte de las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias), y las fuerzas del régimen en la región de Deir ez-Zor, donde las SDF continúan su avance militar.
Esta nueva situación en Siria ocurre en un contexto marcado por la Operación Tormenta de Al-Aqsa, lanzada hace aproximadamente 14 meses por una coalición militar liderada por Hamas, y el subsiguiente genocidio perpetrado por el estado sionista en Gaza, la profundización de la anexión en Cisjordania y el aumento de la agresión militar en la región, particularmente hacia Líbano e Irán. Paralelamente a la propaganda difundida por el régimen de Assad, Rusia, Irán y sus aliados, amplios sectores de la izquierda han interpretado estos acontecimientos como una nueva agresión orquestada en secreto por Israel y Estados Unidos.
Los acontecimientos de la última semana en Siria representan, sin duda, un punto de inflexión importante, y la velocidad vertiginosa de los acontecimientos ha generado un panorama difícil de interpretar para muchos activistas y militantes. Sin embargo, sectores de la izquierda que analizan el proceso desde una perspectiva del “campismo” del estalinismo o culturalista han recurrido una vez más a glorificar al régimen de Assad y al «eje de resistencia» idealizado en su imaginario.
En su famoso artículo sobre la revolución de 1905, Lenin tituló su análisis «Nuevas fuerzas y nuevas tareas». Desde el inicio de la revuelta popular en Siria el 15 de marzo de 2011, como parte de las revoluciones de África del Norte y Medio Oriente, ha pasado un tiempo considerable. En particular, los últimos años han estado marcados por un proceso en el que el mapa de Siria parecía estar «congelado». Los recientes acontecimientos no solo han terminado con este proceso «congelado», sino que también han creado una «nueva» situación mientras que las tareas siguen manteniendo su carácter «viejo». En este artículo, intentaremos resumir las líneas principales de una política revolucionaria e internacionalista desde una perspectiva que aborda la situación actual como el resultado de «13 años y medio + 1 semana», en lugar de como una «sorpresa de la última semana».
¿Dinámicas «externas» o «internas»?
El régimen, con la ayuda masiva de Irán, Hezbolá y Rusia, logró recuperar en cinco años las áreas que había perdido, incluida la ciudad de Alepo. Por tanto, el hecho de que la oposición militar haya duplicado su control territorial en solo seis días es, a primera vista, un desarrollo difícil de entender. Este resultado es, sin duda, el producto de una combinación de dinámicas externas e internas.
En primer lugar, la debilidad reciente de los principales aliados del régimen es el desarrollo más evidente. El gobierno de Putin está lidiando con las consecuencias de su fallida anexión de Ucrania. El régimen de los mulás en Irán, sacudido por el levantamiento revolucionario de 2022, enfrenta la agresión israelí en su propio territorio. Hezbolá, que combate la agresión israelí, ya no está en condiciones de ofrecer a Assad el apoyo paramilitar que proporcionaba anteriormente. Sin la asistencia militar y material de estos aliados, el régimen nunca habría podido salir victorioso de la guerra civil.
¿Es este ataque obra de Estados Unidos e Israel? Pronto abordaremos la relación del régimen con el imperialismo y el sionismo. Por ahora, basta con señalar lo siguiente: ni Estados Unidos ni Israel han apoyado jamás el derrocamiento del régimen de Assad ni la instauración de un régimen democrático en su lugar. En cambio, siempre han preferido la existencia de un régimen de Assad debilitado como garantía para su propia seguridad. El proceso vivido desde 2011 está lleno de innumerables datos que respaldan esta afirmación.
¿Está Turquía detrás de estas operaciones? Hasta hace poco, Erdoğan había reiterado en numerosas ocasiones su interés por reunirse con Assad. ¿Ha dado un giro estratégico y permitido estas operaciones militares? A pesar de las declaraciones del gobierno en sentido contrario, considerando que las unidades que componen el SMO (Ejército Nacional Sirio) están bajo el patrocinio de Turquía y los vínculos implícitos del gobierno con HTŞ (Heyet Tahrir el Şam), sin duda, esta posibilidad es plausible. Mientras los trolls del régimen promueven esta imagen en las redes sociales, el principal beneficiado de este cambio parece ser el gobierno de Erdoğan. Sin embargo, la experiencia de los últimos años ha demostrado claramente que no existe una cadena de mando directa entre el gobierno turco y estas fuerzas. Por otro lado, que el debilitado régimen autocratica dentro y fuera de Turquía lidere una aventura tan arriesgada podría interpretarse como una sobreestimación de su capacidad real.
El principal actor que no se menciona en todas estas evaluaciones es, precisamente, el propio pueblo sirio. A pesar de haber sufrido una devastación extrema durante los últimos 13 años, y aunque muchos quieran olvidarlo, ¡el pueblo sirio sigue existiendo! Esta realidad sigue siendo el único factor que puede explicar los recientes acontecimientos: el rechazo mayoritario del pueblo sirio hacia el régimen de Assad y el nivel extremo de descomposición al que ha llegado el régimen. La dinámica fundamental detrás de las extraordinarias pérdidas del régimen está definida precisamente por la fórmula «13 años y medio + 1 semana».
La operación militar contra el régimen está liderada por una coalición política reaccionaria que abarca desde islamistas radicales hasta nacionalistas. Este liderazgo es una manifestación de la degeneración de la revolución por parte de un frente internacional contrarrevolucionario. Sin embargo, ninguna organización militar o política actúa en el vacío; siempre se forma dentro de la sociedad en la que opera. Los recientes acontecimientos que han trastocado el mapa de Siria solo pueden entenderse desde este enfoque: por un lado, el colapso de un régimen descompuesto que ha perdido su base social y que solo ha podido mantenerse con el apoyo militar de fuerzas externas; por otro, el avance militar de una coalición política que, con todas sus características reaccionarias, refleja de manera distorsionada la legítima demanda del pueblo por el derrocamiento de la dictadura. Este énfasis en las «dinámicas internas» vuelve a poner sobre la mesa el régimen de Assad y sus características fundamentales como parte esencial de esta dinámica.
¿Es el régimen de Assad antiimperialista y antisionista?
En los comunicados y declaraciones de amplios sectores de la izquierda sobre los recientes acontecimientos en Siria, se ha recurrido repetidamente a calificativos como «pandillas», «yihadistas» o «terroristas», sin abordar directamente la naturaleza del régimen de Assad. En algunos casos, incluso se ha afirmado que el régimen de Assad constituye el «gobierno legítimo» de Siria. Sin embargo, la «legitimidad» de Bashar al-Assad como presidente de Siria proviene únicamente del hecho de ser hijo de Hafez al-Assad, quien llegó al poder mediante un golpe militar en 1970.
La revolución de 2011, que popularizó el eslogan «¡El pueblo quiere la caída del régimen!», sacudió los cimientos de esa supuesta legitimidad. El régimen sobrevivió a la revuelta convirtiéndola en una sangrienta guerra civil, con consecuencias devastadoras: más de 500.000 muertos, más de 10 millones de desplazados internos y más de 5 millones de refugiados en el extranjero.
A lo largo de más de seis décadas en el poder, el partido Baaz y la dinastía Assad han mantenido relaciones ambiguas con el imperialismo y el estado sionista. Para ilustrarlo, basta con señalar algunos hechos recientes. A pesar de la presencia de tropas estadounidenses en su territorio y de los continuos ataques aéreos de Israel, el régimen sirio no ha tomado ninguna acción militar contra estos actores. En cambio, ha centrado sus esfuerzos en operaciones constantes contra Idlib, donde, en los últimos años, han muerto entre 30 y 200 civiles cada mes.
¿Es el régimen de Assad secular y amigo del pueblo kurdo?
El régimen baazista ha utilizado históricamente las divisiones sectarias para facilitar la opresión de las clases trabajadoras y ha sido un enemigo acérrimo del pueblo kurdo. Hasta el inicio de la revolución en 2011, unos 400.000 kurdos en el norte de Siria no tenían documentos de identidad, ya que el régimen de Assad les había negado la ciudadanía. La relación pragmática que estableció con el PYD (Partido de la Unión Democrática) fue una concesión temporal para mantenerse en el poder. Incluso en sus momentos más débiles, el régimen de Assad se negó sistemáticamente a reconocer formalmente el estatus del pueblo kurdo.
Aunque el régimen de Assad se presenta como una estructura secular frente al islamismo radical, utilizó las divisiones sectarias como herramienta de control. Durante la revolución, mientras llenaba las cárceles con activistas que exigían libertad, liberó a futuros líderes de organizaciones islamistas radicales como Al-Nusra y el Estado Islámico. Además, evitó enfrentarse directamente al Estado Islámico y cooperó con este en la eliminación de la oposición democrática y laica.
Los clichés y simplificaciones engañan: La realidad es contradictoria y revolucionaria
Volviendo al punto inicial: los recientes acontecimientos en Siria solo pueden entenderse mediante la fórmula «13 años y medio + 1 semana». La «nueva» situación en Siria resalta nuevamente la «vieja» tarea: hacer realidad la demanda de libertad del pueblo sirio mediante el derrocamiento del régimen de Assad y la expulsión de sus partidarios del país. Sin embargo, esta legítima aspiración no puede ser realizada por HTŞ ni por otras fuerzas reaccionarias. Por tanto, sigue siendo crucial asegurar la mayor unidad posible entre las fuerzas opositoras y el pueblo kurdo, así como reconstruir las organizaciones populares en las áreas liberadas del régimen, tal como sucedió con las antiguas comités de coordinación locales. Este esfuerzo es vital para avanzar hacia una verdadera emancipación del pueblo sirio.
Escribe Ezequiel Peressini, dirigente de Izquierda Socialista, sección de la UIT-CI en Argentina
5/12/2024. El pasado martes 3 de diciembre, el gobierno ultraderechista de Yoon Suk Yeol, declaró la Ley marcial bajo el supuesto de proteger al país de las “fuerzas comunistas y los aliados de Corea del Norte” y que “la Asamblea Nacional se ha convertido en un monstruo”. En realidad, el gobierno buscó controlar a la oposición socialdemócrata y liberal y al conjunto del parlamento, que bloqueaba las leyes y designaciones del gobiernos, impugnaba designaciones de funcionarios y exigía se investigara la esposa del presidente por presunta corrupción. Todo esto se desarrolló en medio de reclamos sindicales y populares, como una huelga de médicos que ya lleva más de un año reclamando contra la injusta reforma en el sistema de salud. También se destacó en julio de 2024 la gran huelga de los trabajadores de Samsung y sus llamativas movilizaciones por aumento de salario y el derecho a la sindicalización. Con la ley marcial, el gobierno buscó prohibir todas las actividades políticas, las reuniones civiles y las “noticias falsas”, en lo que denominó un intento de salvar al país de las “fuerzas pro norcoreanas” y “anti estatales”.
Pero, su intentona golpista terminó en una derrota para el gobierno y fue un disparo en sus pies. Apenas 6 horas después de declarada la Ley Marcial, la Asamblea Nacional reunida en un parlamento rodeado por militares, votó levantar la medida. Ahora, en medio de huelgas y movilizaciones, el herido gobierno de Yoon Suk Yeol, pende de un hilo y pierde el sostén de su propio partido, sus ex aliados y hasta el imperialismo norteamericano desconoce la medida golpista impulsada por el presidente.
Yoon Suk Yeol. Catapultado y hundido por la crisis política
Yoon Suk Yeol, del Partido del Poder Popular (PPP), está en el poder desde las últimas elecciones presidenciales realizadas en el 2022, las que ganó por el estrecho margen de 247 mil votos (el 0,73%) en una elección donde participaron 34 millones de votantes, siendo las elecciones más reñida de la historia. En las últimas elecciones legislativas desarrolladas en abril de 2024, luego de las negociaciones parlamentarias y el retroceso del PPP, la oposición patronal de centro izquierda y liberal logró controlar la mayoría de la Asamblea Nacional, llevando la polarización política al extremo.
Yoon Suk Yeol es un reivindicador sistemático de las dictaduras militares como un motor para el desarrollo económico, es un excéntrico mesiánico, anti feminista, conservador y al igual que otros ultraderechistas como Javier Milei en Argentina, y se postula como campeón de la lucha contra el supuesto “comunismo” y cuestiona los derechos de la mujer y el derecho al aborto. En su campaña electoral prometió abolir el Ministerio de Igualdad de Género de Corea del Sur.
La figura de Yoon Suk Yeol surgió al calor de la crisis política y la inestabilidad. Desde 1999 fue parte de la Fiscalía Nacional y en 2019 fue designado por el entonces gobernante Partido Democrático (socialdemócrata) como Fiscal General. Desde su ubicación impulsó las investigaciones contra la ex presidenta, Park Geun-hye, quien fue destituida por acusaciones de corrupción en 2016 luego de fuertes manifestaciones. La ex presidenta fue encarcelada y luego indultada por el gobierno de Moon Jae-in, del actual partido opositor Partido Democrático de Corea del Sur, quien perdió las elecciones en el año 2022 con el actual gobierno conservador por no mejorar las condiciones de vida de millones de trabajadores.
La Ley Marcial: ¿el principio del fin de Yoon Suk Yeol?
La Ley Marcial fue declarada en la televisión el martes 3 de diciembre por la noche y declaró a la oposición como “fuerzas anti estatales pro norcoreanas sinvergüenzas que están saqueando la libertad y la felicidad de nuestros ciudadanos”.
La Ley Marcial del gobierno fue tomada como una declaración de guerra por el conjunto de las organizaciones políticas y sindicales. La mayoría de la clase trabajadora y los sectores populares rechazaron la medida. Las fuerzas armadas, escasamente movilizadas y muy divididas, no lograron impedir el funcionamiento del parlamento ni las incipientes concentraciones en repudio al gobierno.
El experimento golpista del gobierno fracasó por carecer de base social dentro de su partido, de la oposición política, ni entre los militares. Los parlamentarios lograron ingresar a la Asamblea Nacional saltando paredes y cercos y ayudados por la movilización que en las puertas del parlamento desafiaba a las fuerzas armadas. 190 diputados lograron ingresar y aprobaron la inmediata nulidad de la Ley Marcial por considerarla inconstitucional, ya que Corea del Sur no está en Guerra, ni en situaciones similares a las guerras.
La desesperación del presidente, quien en un brusco giro represivo y autoritario buscó compensar su debilidad política con la movilización de las fuerzas armadas, fracasó. Su intentona se le volvió en contra y a seis horas de haber anunciado la declaración de la Ley Marcial, la tuvo que levantar.
El fracaso político del presidente Yoon Suk Yeol abrió la puerta a una profundización de la crisis política y su gobierno pende de un hilo mientras transcurre un verdadero éxodo masivo en el que decenas de funcionarios abandonan su gobierno y su partido. Según el diario local Korea Herald, todos los colaboradores de Yoon, incluido el jefe de gabinete Chung, el director de política nacional Sung Tae-yoon y el asesor de seguridad nacional Shin Won-sik, así como 11 secretarios de alto rango, ofrecieron renunciar a sus puestos. Sin embargo, el partido gobernante se negaría a aprobar la destitución de Yoon e insiste en que el presidente debe abandonar su partido. En una declaración separada, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se alejó del presidente golpista desconociendo la medida tomada por el gobierno y resaltó que: «Reafirmamos nuestro apoyo al pueblo de Corea y a la alianza entre Estados Unidos y la República de Corea basada en los principios compartidos de democracia y estado de derecho» .
El ridículo de la medida tomada quedó de manifiesto en las palabras de renuncia del ex Ministro de Defensa, quien pidió disculpas por la medida tomada y se hizo responsable de la situación y de “haber asesorado mal” al presidente.
La crisis política y la debilidad del presidente han llevado a que la Asamblea Nacional presentara seis proyectos para destituir a Yoon Suk Yeol. Estos proyectos serán discutidos en los próximos días, en medio de huelgas y movilizaciones y será resuelta por el tribunal constitucional una vez que se resuelva la designación de sus miembros faltantes y se espera que el Primer Ministro sea quien asuma el poder.
A pesar de la mayoría opositora en el parlamento, existen fervientes negociaciones para conquistar los 200 votos a favor sobre los 300 diputados. En este escenario, el Partido Democrático y sus aliados, se preparan para ser el recambio y capitalizar la crisis de gobierno.
La clase trabajadora entra en escena para derribar al gobierno
En medio de esta crisis brutal, la clase obrera y los trabajadores entran en escena. La Confederación Coreana de Sindicatos, la mayor organización sindical de Corea del Sur, declaró el miércoles 4 una huelga general indefinida, exigiendo la dimisión inmediata del presidente y se convocó a una «protesta masiva» en la plaza Gwanghwamun, en el centro de la capital, Seúl. En un comunicado, la Confederación que agrupa a más de un millón de trabajadores, afirmó que: «El presidente ha revelado su dictadura antidemocrática al recurrir a esta medida inconstitucional y extrema. Esto marca el fin de su régimen. Nosotros, junto con el pueblo de esta nación, no nos quedaremos de brazos cruzados«.
La crisis política que se vive en Corea del Sur demuestra que los gobiernos de ultraderecha no resuelven los grandes problemas sociales que sufren los trabajadores y los sectores populares, sino más bien, los empeoran. Los bajos salarios, la precarización y la grave crisis habitacional que golpea particularmente a la juventud, se vio reflejada drásticamente en la galardonada y taquillera película Parásitos o la popular serie Juegos del Calamar, siendo la ficción un inevitable reflejo de la cruda realidad coreana. Según Sarah A. Son, profesora de estudios coreanos en la Universidad de Sheffield, cuando esta serie fue estrenada en 2021, la deuda de los hogares en Corea del Sur, con 51,7 millones de habitantes, superaba el 100% de su PIB, el más alto de Asia. El 20% de los que más ganan en el país tiene un patrimonio neto 166 veces mayor que el del 20% con menores ingresos, una disparidad que se ha incrementado en un 50% desde 2017.
En este escenario la clase trabajadora, los sectores populares y la juventud se organiza en busca una salida a la crisis económica y social que impone el capitalismo y los gobiernos. La pelea por salarios y pensiones dignos, una vivienda digna y condiciones de trabajo seguras y estables, junto a la defensa de los derechos democráticos, son el motor de las luchas en curso. Derrotar al gobierno y conquistar la caída de Yoon Suk Yeol es tarea fundamental del conjunto de la clase trabajadora. En esta tarea merecen toda la solidaridad internacional con su lucha, en una nueva lección de cómo enfrentar a los nuevos gobiernos de ultraderecha que ajustan al pueblo trabajador y atacan las libertades democráticas.