Aug 04, 2024 Last Updated 3:38 PM, Aug 2, 2024

Izquierda Socialista

El 12 de marzo falleció, a sus 80 años, el histórico dirigente trotskista francés Alain Krivine. El inclaudicable compromiso de Krivine con la lucha anticapitalista hace que los revolucionarios de todo el mundo lo despidamos con el puño en alto. Más allá de las diferencias que nuestra corriente morenista ha mantenido a lo largo de décadas con las distintas posiciones políticas que asumió. Fue uno de los principales dirigentes, junto a Daniel Bensaïd, de la Liga Comunista Revolucionaria francesa, luego Nuevo Partido Anticapitalista, y del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional, de orientación mandelista.

Su acercamiento a la militancia política comenzó en su juventud, en los agrupamientos juveniles del Partido Comunista Francés al que se incorporó junto a sus hermanos. La política del aparato estalinista contra la independencia de Argelia lo empujó a la ruptura. Luego se vinculó con el Partido Comunista Internacionalista, dirigido por el trotskista Pierre Frank, aunque manteniéndose dentro de los marcos de las juventudes comunistas hasta ser expulsado en 1966. Allí fundó junto a Bensaïd la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR), embrión de la posterior Liga Comunista Revolucionaria (LCR) y que tuvo un rol muy importante en las barricadas del Mayo Francés. Transformado en uno de los referentes de ese proceso, tuvo que afrontar su encarcelamiento al decretar De Gaulle la disolución de la JCR. Luego, en 1969, logró sortear las trabas proscriptivas del régimen electoral y ser candidato a presidente, repitiendo también luego ese rol en 1974. También fue electo eurodiputado en 1999 en un frente junto a Lutte Ouvrière.

Su vida política siguió ligada al curso de la LCR, y luego del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), hasta que en 2006 decidió dar un paso al costado de su dirección.  Su autobiografía llamada “Ça te passera avec l’âge”, jugaba desde el título contra esa expectativa del sentido común burgués de que la convicción militante revolucionaria juvenil va desapareciendo con la edad. Sus camaradas, amigos y familiares, a quienes enviamos nuestro saludo, dan cuenta de que hasta el final de sus días mantuvo su convicción militante y revolucionaria.
 
 

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Video de pedido de solidaridad desde la resistencia popular a la invasión Rusa.

«Quiero dirigirme a los obreros de todo el mundo. Estoy ahora hablando bajo el sonido de las sirenas de alarma.

Seguramente de nuevo van bombardear mi ciudad, Krivoy Rog.

Quisiera pedirles que nos ayuden a nosotros las personas humildes de todo el mundo. Porque a nosotros nos hacen la guerra los fascistas al servicio de los oligarcas de Rusia.»

Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Hay una campaña nefasta diciendo que si se desconociera la deuda contraída por Macri y no se pactara con el FMI, Argentina caería en el “abismo” y vendrían todos los males. Quieren esconder que el pacto con el FMI es el mal de los males al cual solo el Frente de Izquierda se opone consecuentemente junto a centenares de organizaciones.  
 
En las charlas surge la duda. Muchos dicen “está bien lo que dicen ustedes, pero qué pasaría si no pagamos? ¿Qué consecuencias traería?”.

Comprendemos esos interrogantes que se hacen trabajadores y jóvenes. Son legítimos. No así la campaña malintencionada del gobierno peronista, el FMI, los yanquis, los grandes empresarios, el macrismo y la CGT, que dicen “no quedaba otra” para justificar la entrega. Son los mismos que vienen aplicando planes de ajuste y de saqueo precisamente para pagar. Lo que no pueden negar es que precisamente por pagar una deuda usurera nuestro país se viene hundiendo, en especial el pueblo trabajador.

El terrorismo mediático dice que dejar de pagar nos traería graves sanciones, no vendrían las inversiones, nos podrían faltar remedios o tecnología. Pero eso es precisamente lo que nos vino pasando por pagar, no por no pagar.
La catástrofe es el FMI. El propio gobierno admitió que el préstamo sideral a Macri en 2018 (que ahora va a reconocer y pagar) “no trajo acceso a los mercados, contrajo la producción, aumentaron la inflación y la pobreza, el empleo cayó, el tipo de cambio se depreció, la deuda subió y la situación se agravó” (fundamentos del proyecto de ley enviado al Congreso). ¿Por qué sería distinto ahora?

Que vamos a lo peor hasta lo reconocen personalidades peronistas críticas del gobierno, como Mempo Giardinelli: “Un acuerdo que es una claudicación, un poner de rodillas a una república desgastada, obligar a casi 50 millones de personas a hipotecar su futuro por todo un siglo, a pagar lo que no compramos ni recibimos” (Página12, 7/3).

¿Cómo estaríamos si hiciéramos lo opuesto? Estaríamos mucho mejor. Por ejemplo, con los 12.000 millones de dólares que el gobierno pagó de deuda externa en estos dos años se podrían haber construido 500.000 viviendas populares y haber dado trabajo genuino a dos millones de desocupados.

Si tomáramos esa decisión ¿nos podrían embargar? Vayamos a un ejemplo que ya se dio, el Argentinazo. Esa rebelión popular contra la tremenda crisis de 2001 a la que nos llevó el FMI obligó a que se dejara de pagar por varios años esa deuda fraudulenta, permitiendo usar esos fondos en la emergencia. ¿Nos embargaron o invadieron? No.

Nuestros males capitalistas son porque se viene pagando, no por liberarnos. Peor que lo que estamos no vamos a estar.

Años atrás nos decían que si no pagamos nos iban a robar los ferrocarriles y todas las empresas del Estado. Resulta que esas empresas se remataron con el peronismo menemista de los años ´90 mientras la deuda externa creció el doble.
Al contrario, si se dejara de pagar, entrarían en crisis el FMI y el sistema financiero mundial. Son ellos los que dejarían de cobrar. Y si intentaran embargarnos, tendríamos el suficiente dinero de contado para adquirir bienes e insumos de cualquier país del mundo. Comercializaríamos con terceros países en igualdad de condiciones, impulsando un mercado común latinoamericano.

En caso de represalias les embargaríamos los bancos, activos, tierras y multinacionales que hay acá. Sería la oportunidad para tomar medidas de fondo, como nacionalizar la banca y el comercio exterior, reestatizar las empresas privatizadas y quitarles las tierras a los Lewis, Benetton y demás terratenientes emprendiendo una reforma agraria.

En algún momento también nos decían que si no pagamos nos podían embargar la Fragata Libertad, las embajadas o los bienes de argentinos en el exterior. Pero los 400.000 millones de dólares que hay en el exterior no son de los trabajadores o jubilados, sino de grandes capitalistas que se llevaron nuestra riqueza a los paraísos fiscales.

El pueblo trabajador tiene todo el derecho soberano a desconocer algo que le fue impuesto en su perjuicio, y encima se lo harán pagar con más ajuste y sufrimientos si no les paramos la mano. Si Argentina tomara una medida de ese tipo sería un ejemplo a imitar por otros pueblos del continente. Ecuador en 2019 derrotó un aumentazo de las gasolinas recomendado por el FMI. El pueblo de Colombia también se sublevó, lo mismo los trabajadores y la juventud chilena. Nosotros proponemos un frente de países latinoamericanos para enfrentar al FMI de conjunto, dando pasos a una Segunda Independencia. Si logramos tirar abajo a la dictadura, hicimos el Argentinazo, logramos el aborto legal con la marea verde y el pueblo de Chubut acaba de derrotar la ley megaminera ¿cómo no vamos a poder liberarnos del FMI?

Claro que no sería “un camino de rosas”. Pero en todo caso, si tuviéramos que soportar algunas privaciones temporarias, sería un costo menor a pagar para liberarnos como hicieron nuestros héroes patrios, no para seguir sometidos.
La catástrofe ya la estamos viviendo por pagar. A eso nos llevaron el peronismo, el radicalismo y PRO. Para emprender un camino opuesto hay que movilizarse y apoyar las propuestas que levantamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad junto a decenas de organizaciones.

Cualquiera que mire o lea las noticias que van y vienen de la votación en el Congreso de la Nación sobre el acuerdo con el FMI podría pensar: “están todos divididos; quién sabe como termina”. Pero no tenemos que dejarnos confundir. En el Congreso de la Nación se está a punto de concretar un episodio altamente significativo que profundizará el sometimiento de nuestro país al capitalismo imperialista. Que habilitará un ajuste mayor al actual, la virtual entrega de la política económica al FMI con las revisiones trimestrales y el compromiso de pagar 110.000 millones de dólares de acá a 2034. El peronismo, la oposición patronal de Juntos por el Cambio, todas las cámaras patronales que operan en el país, la burocracia sindical de la CGT y las CTA, los economistas del establishment, los periodistas de los medios de comunicación hegemónicos, todos unidos para lograr que se apruebe el proyecto de ley que avala este acuerdo con el Fondo. Más allá de las chicanas y maniobras parlamentarias que harán tanto el Frente de Todo como Juntos por el Cambio en los próximos días para quedar lo menos pegados posibles como corresponsables del ajuste, el objetivo está claro. Lo dijo el propio Máximo Kirchner cuando renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos, supuestamente porque no estaba de acuerdo en cómo se venían llevando adelante las negociaciones con el Fondo: “no vamos a poner palos en la rueda”. Clarito, cada uno hará el show en el Congreso que mejor le reditúe políticamente, pero todos aportarán a lo único que les importa al FMI: que se apruebe, para poner en marcha este programa de ajuste y saqueo.

Esto sucede en el mismo momento en que, producto de la criminal invasión de Rusia a Ucrania, se vuelven a encender las alarmas hacia una mayor crisis capitalista mundial. Lo vemos en estos días, con la suba del precio del gas, del petróleo y del pan, que está provocando que la crisis derivada de esta aventura bélica de Putin ya se la están haciendo pagar al pueblo trabajador. En nuestro país ello repercutirá en una mayor inflación que seguirá pulverizando salarios y jubilaciones, y mayores tarifazos si, a juicio del FMI, no alcanza con los ya anunciados en el acuerdo.

La burocracia sindical, mientras tanto, está cumpliendo un rol vergonzoso en todo este proceso. La CGT directamente avala el acuerdo e incluso se pronuncia a favor del incremento de la edad jubilatoria. “No es una mala idea”, llegó vergonzosamente a decir el secretario general de UPCN Andrés Rodríguez. Señalemos que la reforma jubilatoria es, justamente, uno de los temas “estructurales” que están citados en el memorándum con el Fondo. Las CTA buscan disimular su apoyo al pacto, incluso lanzan alguna marcha menor, o proponen como Claudio Lozano, ir a debatir el tema de la deuda a algún tribunal internacional. Pero siguen formando parte del gobierno, apoyándolo y, en definitiva, dejan correr la firma del acuerdo.
Solo el Frente de Izquierda Unidad y el sindicalismo combativo vienen convocando sistemáticamente a un gran movimiento para oponerse de verdad a este plan de saqueo. Esto ya viene dando sus frutos, con más de cien organizaciones que llenaron dos veces la Plaza de Mayo, en diciembre del año pasado y en febrero del actual. Y que lo volverán a hacer esta semana, cuando se trate el proyecto. Dentro del Congreso, los diputados del FIT Unidad serán los únicos que claramente y sin doble discurso, dirán que la salida es romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda para volcar todos esos recursos a resolver las más urgentes necesidades populares.

Pero independientemente de cómo termine la votación en el Congreso, la lucha no culmina allí. Al contrario, podemos decir que recién comienza. Ese gran movimiento que venimos forjando es el que se seguirá movilizando contra lo que vendrá: las consecuencias del acuerdo, los intentos concretos de hacer caer el ajuste sobre las espaldas del pueblo trabajador. Que como ha hecho siempre, resistirá y dará pelea. Como ya lo vienen haciendo los docentes de varias provincias frente a acuerdos paritarios a la baja, y los ferroviarios del Sarmiento cuando se pone en juego su salud y se los provoca con descuentos. Del mismo modo que el movimiento de mujeres, protagonizando otro gigantesco y masivo 8M.

Para seguir dando estas luchas en forma unitaria, con fuerza y doblarle el brazo a lo que se viene, es que este fin de semana se acaba de reunir el plenario del Sindicalismo Combativo, para fortalecer este importante polo de coordinación entre todos los que estén dispuestos a dar las luchas que se vienen.

Desde Izquierda Socialista, como parte del Frente de Izquierda Unidad fuimos impulsores y aportamos al fortalecimiento tanto del gran movimiento contra el FMI y el pago de la deuda, como del propio sindicalismo combativo. Hemos lanzado una gran campaña contra el acuerdo con el Fondo, con afiches, volantes y charlas debate en todo el país para discutir las consecuencias de este acuerdo y cómo nos organizamos para enfrentarlo. Te invitamos a sumarte para fortalecer esta pelea.

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