Los unió el espanto ante la debilidad del gobierno. Esta es la mejor caracterización de la marcha que se realizó en la tarde del sábado pasado en Plaza de Mayo y algunas otras del país. Participó centralmente el “núcleo duro” que apoya al macrismo y sus medidas económicas y que está en contra de las huelgas y los piquetes. Un sector que siempre existió, compuesto socialmente de clases medias y medias altas, conservador (prácticamente no había jóvenes) que históricamente votó a la centroderecha (en la Ciudad de Buenos Aires, por tomar un ejemplo, lo hacía por Álvaro Alsogaray o en otros momentos por el radicalismo).

Ya rige el nuevo sacudón en las boletas del gas. Si bien el gobierno, a través del ministro Aranguren rápidamente salió a aclarar que el alza en esta oportunidad es del 36%, si se toma en cuenta los aumentos de toda la gestión Macri, llegaríamos a un acumulado del 400%.

Autogestionado hace 14 años, los trabajadores del hotel Bauen enfrentan ahora la amenaza del desalojo. El vetó de Macri a la ley que declaraba al inmueble “de utilidad pública y sujeto a expropiación” dio lugar a la orden que ya tiene fecha: 19 de abril. Sin patrones y con gran esfuerzo, los compañeros han logrado hacer del hotel recuperado un emprendimiento sustentable que ya sumó 130 puestos de trabajo. Enfrentando el desalojo y defendiendo la fuente de trabajo llevan adelante distintas acciones en diversos frentes. Una de ellas es realizar una cena solidaria con presencia de referentes sociales y políticos para el 11 de abril, y para el 18 y 19 de abril, un festival sobre la avenida Callao. ¡Toda nuestra solidaridad para los trabajadores del hotel Bauen!

Finalmente la clase trabajadora logró imponer el primer paro nacional contra Macri. Fue un parazo. El gobierno ahora intenta minimizarlo. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, llegó a decir que “no fue una expresión mayoritaria de los argentinos”. Pero la verdad es que fue una expresión mayoritaria de los trabajadores. Más aún: se plebiscitó la bronca contra el gobierno. Varios funcionarios y periodistas de los medios afines al gobierno trataron de meter los típicos argumentos de que la gente no fue a trabajar “por miedo” o “porque no había transporte”. La respuesta es simple: miles de trabajadores del transporte (de trenes, colectivos, subtes, e incluso transporte fluvial y aéreo) decidieron parar. Más aún, el paro fue fuertísimo a pesar de las apretadas que hicieron muchas empresas privadas amenazando a sus trabajadores si no se presentaban. En síntesis, el gobierno salió derrotado, a pesar de que contó a su favor con las patronales y los medios que se jugaron al fracaso de la medida de fuerza.

El gobierno de Macri está haciendo gestiones en Estados Unidos para comprar armamento militar por 2.000 millones de dólares. Martín Lousteau, embajador argentino en Washington, elevó por escrito el pedido de aviones, helicópteros militares, tanquetas, misiles y vehículos anfibios. Se trata de armamento utilizado en la guerra yanqui contra Vietnam o en las invasiones a Irak, que han quedado obsoletos.